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Vol. 10. Issue 1.
Pages 26-32 (January 1974)
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Pages 26-32 (January 1974)
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Neumotórax espontáneo. Clasificación radioclínica y tratamiento
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C.. Vidal Lópeza, R.. Anglés Besaa, J.L.. Viejo Bañuelosa
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Sanatorio Clínica Nuestra Señora

de la Merced (Director: G. Manresa

Formosa), Barcelona.

NEUMOTORAX ESPONTANEO. CLASIFICACION

RADIOCLINICA Y TRATAMIENTO

C. Vidal López, R. Anglés Besa y J.L. Viejo Bañuelos

Introducción

El incremento del síndrome neumotórax

espontáneo (N.E.) en estos

últimos años y el confusionismo aún

existentes entre las dos tendencias

extremas de tratamiento, expectante

o activo, justifican el estudio y planteamiento

de una sistemática de actuación

terapéutica.

Aceptamos con Brun' «que nada es

tan frecuente ni tan mal tratado como

el N.E. en la práctica médica».

Entendemos por N.E. el síndrome

radioclínico secundario a la entrada

de aire en la cavidad pleural sin que

exista una acción traumatizante demostrada

y sin coexistir con proceso

infeccioso evolutivo'.

Eliminamos pues, por definición,

los neumotórax traumáticos, excluidos

igualmente de la casuística presentada

en la Segunda Ponencia del

Congreso SEP AR ,19723 que abarcaba

172 casos y que ahora incrementamos

con otros 30 más, objeto del presente

26

estudio. De igual manera no consideramos

los N.E. denominados infectantes

por la Escuela Francesa, por

creer que corresponden al capítulo de

los empiemas agudos, donde el neumotórax

no es más que un epifenómeno

de un cuadro general o local.

La existencia del N.E. supone

siempre una alteración pleuropulmonar

previa. Las experiencias de

Oeser', demuestran que para lograr

un desgarro en una pleura sana, se

necesitan presiones del orden de

200 mm de Hg, valores que ni siquiera

se alcanzan con respiración a presión

positiva. No creemos por tanto

en el N.E. atribuible únicamente a un

esfuerzo; es necesaria la existencia

de alteraciones previas. El esfuerzo o

cualquier factor físico o mecánico son

elementos desencadenantes.

Entendemos por alteración previa,

la existencia de zonas uni o multifocales

de menor resistencia, que pueden

producirse por enfisemas pericicatriciales

(scar emphysema) o por enfisema

pulmonar generalizado. Ambos mecanismos,

estudiados por Lynne Reid'

se presentan como fenómeno de consolidación

pulmonar secundario a

procesos infectivos, inflamatorios,

infartos, colapsos alveolares, exudados

inflamatorios intraalveolares,

exudados líquidos alveolares, etc.

(scar emphysema), o bien como trastornos

enfisematosos generalizados.

La existencia de destrucción alveolar,

hiperinsuflación, atrofia e hipoplasia

alveolar en la proximidad de

la superficie pulmonar, provoca elevaciones

locales de la pleura que·

sobresalen de la periferia parenquimatosa,

fenómeno que conocemos

como bullas. Estas formaciones, únicas

o múltiples, pueden adoptar los

siguientes tipos:

l. Base de implantación pequeña,

con un cuello estrecho. Su tamaño

puede variar desde una rninima elevación

hasta rechazar todo un lóbulo

pulmonar.

[52]

II. Base de implantación ancha y

en general con un trastorno enfisematoso

de base.

III. Hiperdistensión marcada pulmonar,

extendida desde el hilio.

La localización de las diversas

bullas es variable. Las secundarias a

scar emphysema predominan en vértices

y donde los septos pulmonares

son numerosos, como ocurre a lo

largo del eje lingular y de lóbulo medio.

Las enfisematosas no siguen sistematización

alguna, siendo preferente

su localización en los segmentos

anteriores.

Formas de presentación

Como se observa, las causas potenciales

de desarrollo del N.E. abarcan

prácticamente toda la patología pulmonar.

El incremento de la frecuencia

es incriminable a los actuales tratamientos,

que conducen a cicatrizaciones

rápidas de procesos infectivos,

favoreciendo la formación de cicatrices

pulmonares y el consecuente

enfisema pericicatricial.

Aceptando a priori, que todos los

N.E. son secundarios, su causa no se

nos hace evidente con frecuencia en

la práctica diaria, incluso después de

la toracotomia; es por ello que dividimos

a los N.E. en dos grupos:

I. N.E. primitivo, esencial, idiopático

o sin causa evidente.

2. N.E. secundario, sintomático o

de causa conocida.

l. N.E. primitivo. Se presenta en

individuos hasta entonces en plena

salud, sin antecedentes patológicos

respiratorios. Son con frecuencia adolescentes

que reunen unas características

morfológicas especiales: tipos

longilíneos con extremidades alargadas,

asténicos, con resaltes costales,

y algunos con estigmas incluibles en

el síndrome de Marfan, que refieren

episodios análogos en familiares inmediatos.

La toracotomia descubre en un

porcentaje que llega en ocasiones al

92 % la existencia de bullas aisladas

de localización diversa, bordeando

todo el pulmón o limitadas a pequeñas

porciones, segmentos, o lóbulos.

Unas veces hemos visto estas bullas

en zonas duras de cicatrización y condensación

y otras alojadas en parénquima

macroscópicamente indemne.

En estas últimas es donde determinados

autores reconocen un carácter

congénito familiar (Kjaergaard•).

Junto a estas formas de estigmas

señalados, hemos visto también N.E.

(55)

C. VIDAL LOPEZ Y COLS. - NEUMOTORAX ESPONTANEO. CLASIFICA:CION

RADIOCLINJCA Y TRATAMIENTO

sin causa evidente, en adolescentes

y adultos normotipos y sin ninguna

de las características señaladas anteriormente.

2. N.E. secundario. Dentro de este

grupo, hemos de colocar la tuberculosis

en su estadía cicatricial como la

causa más frecuente. Levi ValensF

la hace responsable en su estadística

del 87 % del conjunto. Brocard8sobre

156 casos estudiados en los suburbios

de París, encuentra esta etiología

en 79.

El enfisema pulmonar, con un alto

porcentaje de recidivas (20 a 50 % ),

las fibrosis pulmonares difusas o localizadas,

el asma bronquial, las neumoconiosis,

ocasionando neumotórax

parciales, y el cáncer broncopulmonar

primitivo, son causas de relativa

frecuencia en el desencadenamiento

del cuadro.

Menos frecuentemente la sarcoidosis

en estadios avanzados, la histiocitosis

X con cuadros recidivantes y

bilaterales, micosis, particularmente

la histoplasmosis, infartos pulmo-·

nares, granulomatosis, esclerosis tuberosas,

viriasis, mucoviscidosis, etc.,

son los responsables.

Mecanismo de producción

Para que se presente un neumotórax

son necesarias dos condiciones:

entrada de aire en la cavidad pleural

y existencia de un espacio pleural

libre, parcial o totalmente.

La entrada de aire en la cavidad

pleural, altera el normal equilibrio de

presiones existente en el fuelle toracopulmonar,

reduciendo el volumen

pulmonar e hiperdistendiendo el de

la caja torácica. La reducción de aquél,

se acompaña de una disminución de

la compliance y de un aumento de la

resistencia al débito, pudiendo llegar

a ser crítica en las obstrucciones

bronquiales•. Cualitativamente, como

señala Rosier'º, el colapso pulmonar

altera Ja distribución ·aérea, existiendo

en un tercio de casos una desaturación

de oxígeno arterial ligera, signo

de una insuficiencia distributiva que

puede agravar un anterior cuadro de

insuficiencia respiratoria.

La rotura de una bulla y Ja consiguiente

entrada de aire, puede crear

tres tipos de neumotórax, dato importante

desde el punto de vista del

tratamiento:

N.E. cerrado: La retracción pulmonar

logra el cierre de la perforación.

La presión intrapleural (Pp) puede

ser negativa en relación con la atmos-

So.r"ICllorlo Cltn1co

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B<'rotono

NEUMOTORAX ESPONTANEO

FORMAS OE PRESENTACION CLINICA

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@> {j~ SIMULTANEO

BILATERAL

Figura I

férica (Pb) y mantener al pulmón en

un estado de distensión relativa

(Pp< Pb).

N.E. abierto: La persistencia de la

perforación condiciona, cuando es

amplia, el colapso pulmonar total.

Las presiones intrapleural y atmosférica

son iguales (Pb = Pb).

N.E. valvular: Cuando la perforación

adopta Ja forma valvular, descrita

por Kjaergard en 19326, puede

ser de tres tipos: a) desarrollada

en tejido cicatricial con compresión

bronquiolar; b) desarrollada en enfisematosos

sin tejido cicatricial y en la

que el tejido alveolar enfisematoso

forma por encima del bronquiolo unz

lengüeta capaz de originar la válvula

y e) las vesículas valvulares congénitas

En cualquiera de las formas valvu

lares el mecanismo hipertensivo intratorácico

creado por la tos, puede

originar una entrada de aire intra-

Fig. 2. Recidiva de un neumotórax simple total

izquierdo. Corresponde al tipo !A.

27

ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 10. NUM. 1, 1974

Fig. 3. Neumotórax simple total izquierdo. No hipertensivo. Primera

presentación. Tratado con dos sondas de drenaje. Corresponde al tipo IB.

Fig. 4. Neumotórax simple parcial derecho. Primera presentación. Corresponde

al tipo IIA.

pleural en la inspiración, creando

una presión intrapleural superior a la

atmosférica (Pp > Pb), con desplazamiento

mediastínico contralateral,

trastorno en el relleno diastólico por

dificultad en el vaciado venoso, y

reducción de la hematosis por compresión

del pulmón contralateral.

Ambos mecanismos pueden ser

fatales si no se actúa con rapidez.

Además, este tipo de N.E. sofocante,

extremadamente raro en pacientes

con buenas reservas respiratorias, se

presenta en individuos con cuadros

broncopulmonares preexistentes, agravando

de forma manifiesta un estado

anterior de insuficiencia respiratoria

más o menos compensada".

Clasificación radioclínica

Independiente del mecanismo

etiológico responsable, el N.E. adopta

las diferentes formas radioclínicas,

citadas con anterioridad1

"

13 y completadas

en nuestra aportación a la

2.ª Ponencia, Congreso SEPAR 19723

A. Formas de inicio

I. N.B. simple total.

IA. colapso inferior al 20 % (Pp <

< Pb) (fig. 2).

IB. colapso mayor al 20% (Pp=

= Pb) (fig. 3).

re. desviación mediastínica por

hiperpresión intrapleural (Pp >

> Pb).

II. N.B. simple parcial.

28

IIA. superior no hipertensivo (figura

4).

IIB. inferior no hipertensivo.

ne. hipertensivo.

III. Hemoneumotórax.

IIIA. parcial inferior con nivel

por debajo hilio.

IIIB. total con nivel por debajo

del hilio.

IIIC. total, con shock ligero y disnea.

Nivel en hilio o por encima.

IIID. opacidad total, shock grave.

IV. Simultáneo bilateral.

B. Formas evolutivas (fig. 5)

I. N.B. simple recidivante.

IA. homolateral total o parcial.

IB. contralateral total o parcial.

IC. recidivante bilateral.

II. Hemotórax recidivante.

IIA. recidivante homolateral.

IIB. recidivante contralateral.

III. N.B. cronificado.

Tratamiento

El interés de la clasificación presentada

radica en la posibilidad de

aplicar las diversas actitudes terapéuticas

que se basan en dos métodos:

drenajes + aspiración continua

e intervenciones quirúrgicas.

Creemos que el nudo gordiano del

problema, estriba en la dificultad de

lograr una sínfisis pleural firme y

duradera, fundamento anatómico de

la verdadera curación del N.E. Ante

las preguntas que nos formulan nuestros

pacientes sobre la solidez de su

curación, el médico consciente y con

experiencia, sólo podrá contestar con

un criterio de probabilidades que oscilan

entre un 12,5 % (Ruckly y Cormack)

14 un 41 % (Lynn)15 en el tratamiento

conservador. No se dan

recidivas en el quirúrgico ( Gobel)16

El tratamiento del N.E. estará condicionado

no sólo por los factores

anatomofuncionales, como veremos

más adelante, sino también por factores

sociales y económicos. No podemos

actuar, ni exigimos el mismo

tratamiento en un medio rural, donde

la sola punción evacuadora intrapleural

representa un problema y más la

colocación de un drenaje intrapleural,

que en un servicio especializado.

Creemos que ante pacientes que

viven alejados de los núcleros urbanos

o que realizan trabajos esforzados

o arriesgados se debe utilizar un procedimiento

que aunque más traumatizante

en el momento asegure la curación

del proceso evitando la recidiva.

En el aspecto económico se ha demostrado

que la cura conservadora

requíere un internamiento que varía

de las cuatro a las seis semanas11 a

diferencia de la terapéutica activa

cuyo promedio de estancia hospitalaria

oscila entre los ocho y quince

días. Esto, sumado al porcentaje de

recidivas, ha conducido a varios

autores a colocar de forma sistemática

una sonda intrapleural con aspiración

continuada is. i 9•20 •

Adoptamos, pues, una actitud

activa por varias razones:

l. Con el tratamiento expectante o

conservador, nunca se logra una sínfisis

pleural firme y duradera.

2. Menor estancia hospitalaria con

[56]

el tratamiento activo que con el conservador.

3. El índice de recidivas con el

tratamiento conservador es alarmantemente

más elevado (25 a 40 %)

que con la simple colocación de

drenajes (9 a 12 %).

4. Las actitudes conservadoras a

ultranza, conllevan el riesgo de la

cronificación del proceso. La repetición

irregular de los accidentes escalonados

en varios años, puede transformar

una afección relativamente

benigna en una dificultad extremadamente

grande".

Por último, el hecho de nuestra

actitud activa, está basado además

de las razones expuestas, en las características

especializadas del medio

hospitalario donde nos desenvolvemos.

Sonalotlo Clinlco

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BotulOl'IO NEUMOTORAX E~TANEO

FORMAS EVOLUTIVAS

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B. c. D.

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Figura 5

Antes de sistematizar nuestra metódica

terapéutica queremos hacer

unas breves consideraciones sobre la

técnica y requisitos indispensables

para colocar y controlar correctos

drenajes, de preferencia dobles, ya

que de esta manera hemos logrado

disminuir las dificultades de reexpansión

o reexpansiones tabicadas que en

ocasiones se presentan con un solo

drenaje.

Las sondas deben ser gruesas,

con varios orificios laterales y se

introducirán a través del segundo o

tercer espacio intercostal, línea medio

clavicular y en quinto espacio, línea

axilar media o posterior. Deberán

[57]

C. VIDAL LOPEZ Y COLS. - NEUMOTORAX ESPONTANEO. CLASIFICACION

RADIOCLINICA Y TRATAMIENTO

dirigirse hacia el vértice y hacia plena

bolsa aérea o hemática. A través de

un tubo en Y se conectan a un sistema

de aspiración continua eléctrica

centralizada, intercalando dos frascos

en el circuito, uno que controla

las fugas aéreas y otro en el que codificamos

la depresión del orden de

20 a 40 cm de agua.

Rechazamos totalmente los drenajes

delgados y los colocados en

declive por su fácil bloqueo por acodadura

o taponamiento, bien por

coágulos sanguíneos o por fibrina.

Tanta o más importancia damos a

la vigilancia de los drenajes como a

su correcta colocación. Cada 4 ó 6

horas debe controlarse la existencia

de fugas, testigo de la buena permeabilidad

de las sondas y diariamente,

con el sistema de aspiración conec-

Sarato,.oCUnko

~\fO StodtloMtfttd

ea""""' NEUMOTORAX ESPONTANEO

17\SIM~LE

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PARCIAL

Figura 6

ACTITUD TERAPEUTICA

EXPECTANTE

ElCPECTANTe¡bAENAJE UNCO

DRENAJE UtllCO

tado se hará control radiográfico,

sobre todo cuando las sondas quedan

bloqueadas. De hecho estamos más

tranquilos en cuanto a reexpansión

pulmonar, si comprobamos pequeñas

fugas en el frasco control.

Si el bloqueo de sondas coincide

con un defecto de reexpansión total

o parcial, intentamos la repermeabilización;

centímetro a centímetro se

retiran los drenajes al mismo tiempo

que ejercemos una fuerte aspiración

con jeringa de 20 rnl. En múltiples

ocasiones este sencillo proceder logra

nuestro objetivo. Nunca reintroducimos

los drenajes, ni inyectamos sueros o

fermentos proteolíticos. Preferimos en

caso de fracaso de nuestro procedimiento,

retirar las sondas y colocar

otras nuevas.

Lograda una correcta reexpansión,

con bloqueo de sondas, las «pinzamos

» durante 48 horas. Repetimos las

radiografías y si se mantiene la reexpansión

total, retiramos los drenajes.

Pasamos a continuación a exponer

nuestra actitud terapéutica en las

diferentes formas de presentación y

evolución del síndrome (fig. 6).

N.E, simple total

A) En escasas ocasiones, podemos

especular con una actitud conservadora

de reposo relativo e incluso de

actividad normal. Esto ocurre cuando

controlamos directamente al paciente

y sus condiciones laborales no permiten

una baja laboral.

Fig. 7. Paciente de 2 l años. Hemoneumotórax

izquierdo que es tratado con dos sondas de aspiración

continua. Corresponde al tipo IIIB.

Si el N .E. es mal tolerado o las condiciones

sociales o profesionales ya

citadas apremian la curación, preferimos

la colocación de dobles drenajes".

El tratamiento quirúrgico se indicará

cuando el cuadro se presenta en pacientes

con síndrome de Marfan, de

Ehlers-Danlos, histiocitosis X, u otras

enfermedades de sistema (Tres casos

de síndrome de Marfan que hemos

visto, asociados dos a N.E. y uno a un

hemotórax, recidivaron sistemáticamente.)

B y C) Colocamos dobles drenajes.

En la forma sofocante, practicamos

una toracocentesis descompresiva de

29

ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGlA. VOL. 10. NUM. 1, 1974

urgencia que precede al método

señalado.

N.B. simple parcial

Se presenta con más frecuencia en

pacientes con antecedentes de broncopatías

o neumopatías crónicas.

Los superiores, con pulmón despegado

2 ó 3 cm son en general bien

tolerados. Quizás es la única presentación

de N.E. donde creemos está

justificada la actitud expectante, por

su excelente tolerancia y por la dificultad

en ocasiones de colocar el

drenaje.

En los parciales de base, que comprometen

más la función respiratoria,

colocamos un drenaje único.

Idéntica actitud adoptamos en las

formas hipertensivas.

Hemoneumotórax (fig. 7)

El mecanismo desencadenante del

cuadro hemorrágico será la rotura de

una adherencia vascularizada a expensas

del caoo parietal. En la formación

de bullas hay un déficit importante

de circulación, particularmente

en las formas de enfisema pericicatricial

por fenómenos de endoarteritis

en los dos sistemas arteriales, bronquial

y pulmonar.

Como tratamiento realizamos

siempre una punción evacuadora que

cumple dos objetivos: uno, terapéutico,

tratando por aspiración el neumotórax,

y otro condicionante de actitudes

más enérgicas, ya que la existencia

de coágulos implicaría una intervención.

No nos mostramos partidarios de

vaciados imperfectos ni de lavados

con fermentos proteolíticos por el

riesgo de infección secundaria. Por

otra parte la postura expectante

puede condicionar la tabicación y organización

de los coágulos y el desarrollo

ulterior de un fibrotórax grave.

La indicación quirúrgica inmediata

será adecuada en los hemoneumotórax

masivos con grave shock

hemorrágico y opacidad del hemitórax,

transfundiendo y remontando previamente

al paciente.

Afortunadamente el derrame hemático

acostumbra a ser incoagulable

y de fácil extracción. Los siete

casos que hemos visto han sido de

estas características y la colocación

de dos sondas con rápida reexpansión

pulmonar ha sido siempre eficaz.

Consideramos de importancia la

rápida reexpansión, ya que la hemo-

30

SanolOfioCi..:a

Nu1r1tro Sfll.. cS. lo Merced

Sorulona

N8.JMOTORAX ESPONTANEO

ACTITUD TERAPEIJTICA

SEGUN EVOLUCION

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Figura 8.

c.Poqulplhlritis ~~:~

lnt1trnncicin

rragia es mantenida en ocasiones por

el extremo parietal de la adherencia

rota, como ya señalamos, y el pulmón

puede servir como esponja compresiva

sobre el vaso.

N.B. bilateral simultáneo

Cuadro de extrema urgencia que

se presenta en pacientes con afecciones

sistemáticas. Nuestro primer gesto

terapéutico será la colocación de dobles

drenajes como solución inmediata.

Posteriormente, e independientemente

del resultado, recurriremos

a la intervención quirúrgica, comenzando

por el lado más afectado,

actuando sobre el otro lado según las

circunstancias individuales. En los

casos intervenidos, hemos observado

la existencia de bullas subpleurales

difusas, con gran frecuencia.

Cuando el neumotórax pasa de

ser un episodio agudo accidental en

la vida de un paciente a constituir

una auténtica enfermedad, condicionando

un stress emocional por la

repetición de los episodios, invertimos

el orden de valores dado a nuestros

métodos terapéuticos y nos

mostramos intervencionistas según

la pauta siguiente; conducta así

mismo adoptada por diversos autores'

3·24.

TABLA I

Número de casos según la

edad de presentación

Hasta 3 O años

De 30 a 40 años

De 40 a 50 años

De 50 a 60 años

Más de 60 años

Total

11

6

3

4

6

30

Neumotórax recidivante (fig. 8, I)

A excepción de una recidiva homolateral

en un N.E. cuyo primer episodio

se trató de forma expectante o

con malos drenajes, la pauta terapéutica

es intervencionista. Así ocurrirá

en recidivas contralaterales, hemotórax,

pioneumotórax y en recidivas

homolaterales tratadas con correctos

drenajes". En este último caso, puede

ampliarse el criterio a un número

superior a las tres recidivas, sea cual

fuere el tratamiento inicial realizado.

Neumotórax cronificado (fig. 8, II)

Creemos que no existe duda de que

el único modo de hacer funcionante

un parénquima bloqueado es el intervencionista,

con la práctica de una

pleurectomia visceral.

Queremos finalmente señalar, que

aunque reiteradamente hemos hablado

de cirugía en el tratamiento del

N.E., sólo en 43 ocasiones de los 202

N.E. observados hemos recurrido a

este proceder. Sin embargo, nuestra

línea actual de conducta es ampliar

las indicaciones, puesto que el N.E.

no tratado recidiva con facilidad26, y

lograr que sea un accidente aislado

TABLA II

Distribución de los 30 casos

presentados según los diversos

tipos clínico-radiológicos

1

Simple I.a. I.b.

total 9 6

II

Simple JI.a. II.b.

parcial 6 3

III

Hemo- III.a. III.b.

neumotórax 1 2

IV

Simultáneo IV.

bilateral 1

I.c.

1

Il.c.

1

[58]

C. VIDAL LOPEZ Y COLS. - NEUMOTORAX ESPONTANEO. CLASIFICACION

RADIOCLINICA Y TRATAMIENTO

en la vida del paciente y no una enfe

rmedad que le condiciones psíquica

y somáticamente.

Casuística

Presentaremos a continuación los

últimos 30 casos de N.E. asistidos

en nuestro Servicio a lo largo de los

años 1972-73.

TABLA III

aparente de los complejos bullosos

en el resto. Sin embargo, en una

ocasión no fue posible evidenciar

lesión parenquimatosa alguna, confirmándose

así la existencia del llamado

neumotórax idiopático2

•·

1º.

El tratamiento realizado fue una

pleurectomía en 7 ocasiones, plegamiento

de la zona bullosa en 7 casos

y frotamiento pleural en 3.

En los N.E. tratados con cual-

Evolución clínica. Esquema d el tratamiento inicial, recidivas y

trat a miento de éstas

Lado Edad Tratamiento Recidivas Tº de la Prom. estancia

afectado promed. inicial

1 sonda 13.

Der. 15 2 sondas 9.

Izq. 14 40,6 Quinírgico 5.

Bilat. 1 Reposo 2.

Punción l.

Se trata (tabla I) de pacientes jóvenes

en su mayoría, siendo 17 de

ellos con edad inferior a los 40

af10s21

, lo que hace un 56 % del total.

En la distribución realizada según la

clasificación anteriormente propuesta

vemos que 16 quedan incluidos

dentro del grupo I que corresponde

al neumotórax simple total. Se han

observado 1 O simples parciales, 3

hemoneumotórax y 1 simultáneo bilateral

(tabla JI).

En todos ellos se ha seguido para

su tratamiento la metódica descrita

anteriormente. Su evolución clínica

se detalla en la tabla III. No existe

preferencia en la afectación de un

lado u otro: 15 fueron derechos y

14 izquierdos, siendo 1 bilateral. La

edad promedio fue de 40,6 años.

El tratamíento inicial realizado

fue el siguiente: colocación de sondas

en 22 casos, quirúrgico en 5 ocasiones,

reposo en 2, y punción en

una ocasión.

Todas las recidivas, ocurridas en

portadores anteriormente de sondas,

se trataron quirúrgicamente, excepto

una que volvió a ser tratada con

sonda por ser recidiva parcial.

Tras las recidivas se realizaron en

total 1 O toracotomías para tratamiento

quirúrgico (tabla IV). En nueve de

ellas bullas que confirmaban la etiol9gía

aparecían evidentes28, con perforación

en dos ocasiones y sin lesión

(59)

recidiva clinlca

5. Quinírgico

l. 1 sonda 16,1 días

- 1 fallecimiento

por embolía

pulmonar.

-

-

TABLA IV

Tra t amie nto quirúrgico

Con lesiones bullosas perforadas 2

Bullas sin perforación evidente 7

Sin leción aparente 1

Pleurectomía 7

Intervención Plegamiento bullas 7

Frote pleural 3

Recidivas Una 3

anteriores a Dos 1

la intervención Tres o más 6

Recidivas tras la intervención o

Salvo en un caso en todos los demás se apreciaron

bullas con perforación o sin ella, que se

trató con: pleurectomJa, 7 casos, plegamiento

de la zona bullosa, 7 casos; frote pleural en

3 ocasiones. Tras la intervención, no ha habido

ninguna recidiva.

quiera de los tipos de intervención

no se ha observado recidiva. En un

caso el enfermo falleció por embolia

pulmonar. El promedio de estancia

en clínica fue de 16, 1 días.

Resumen

Se realiza un estudio de los mecanismos

productores del neumotórax

espontáneo distinguiendo los primitivos

de los secundarios, y de los diversos

tipos de presentación: abierto,

cerrado y valvular. Se presenta una

clasificación radioclínica. Posteriormente

se concreta la actuación terapéutica

en cada caso concreto.

Los autores mantienen un criterio

intervencionista con drenajes dobles

o sencillos o intervención quirúrgica

en caso de recidivas. Presentan el

tratamiento realizado en los últimos

30 casos atendidos de los que 1 O

fueron sometidos a intervención quirúrgica

tras recidivar.

Summa ry

SPONTANEOUS PNEUMOTORA.X.

RADIOCLINICAL CLASSIFICATION

AND TREATMENT

A study is carried out on the productive

mechanisms of spontaneous

pneumothorax distinguishing the primitive

from the secondary, and on

the various forms of presentation:

open, shut and valvular. A radioclinical

classification is presented. The

details of therapeutic action for each

concrete cases is given.

The authors mantain a criteria of

intervention ' with double or simple

drainage or surgical intervention in

the case of relapse. They present the

treatment for the last 30 cases attended,

of which 1 O were intervened surgically

after relapse.

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