El lipoma intravascular se define como un lipoma originado en la capa media vascular que contiene pocos adipocitos; puede formarse un lipoma extravascular o extraluminal a partir de tejido adiposo adyacente por invaginación. Solamente hay 9 casos descritos de lipoma de la pared vascular1.
Presentamos un caso de lipoma localizado en la arteria subclavia izquierda. No hemos encontrado casos similares en la literatura.
Un varón de 65 años de edad fue ingresado por una masa en el área de la subclavia izquierda. La exploración física evidenció la presencia de una masa profunda de 6cm con extensión subclavia y sin deterioro neurológico ni vascular. La ecografía y la tomografía computarizada (TC) de tórax (fig. 1 A-C) mostraron una masa bien circunscrita, que se pensó que podía ser un lipoma subclavio, extraordinariamente infrecuente, con un amplio contacto con la arteria subclavia, pero sin presencia de masa intravascular. Mediante una incisión subclavia se extirpó el tumor, separándolo de forma segura de las estructuras adyacentes de la arteria y vena subclavias y del nervio braquial (fig. 1 D). Se produjo una lesión mínima de la vena subclavia que se reparó rápidamente. El seguimiento del paciente transcurrió sin incidencias. El examen histopatológico mostró adipocitos maduros.
A. TC torácica en la que se observa una masa hipodensa en la región subclavia (proyección transversal). B. TC torácica en proyección sagital, que muestra el pequeño contacto de la masa con la arteria subclavia izquierda. C. Reconstrucción de TC torácica en la que se aprecia la vena y la arteria subclavias separadas por el lipoma. D. Imagen preoperatoria del lipoma con la adherencia dura a la arteria subclavia.
BN: nervio braquial; SCA: arteria subclavia; SCV: vena subclavia.
Los lipomas son tumores vasculares primarios muy poco frecuentes que tienen su origen en las paredes de las venas, sobre todo en la vena cava inferior, con una frecuencia del 0,5% en las exploraciones abdominales con TC2.
Los lipomas extravasculares son muy infrecuentes, y los intravasculares son extraordinariamente infrecuentes. Se ha propuesto una hipótesis para explicar la formación de estos lipomas: el tumor puede originarse en la pared vascular o en el tejido adiposo perivascular. Cuando el origen del lipoma es la pared vascular el crecimiento intravascular puede observarse incluso cuando la capa media de los vasos está poco desarrollada y tiene pocas células adiposas3. Esto sugiere que el tumor de nuestro paciente tenía su origen en el tejido perivascular y penetraba luego en la arteria sin infiltrar la pared vascular, sino mediante intrusión mecánica o invaginación.
La mayor parte de los lipomas vasculares son asintomáticos en una TC o una RM. Los tumores sintomáticos pueden causar una trombosis u oclusión4.
Aunque la ecografía puede confirmar la presencia de un lipoma no permite evaluar adecuadamente la magnitud y profundidad de las lesiones subclavias. Tanto la TC como la resonancia magnética (RM) son útiles en la evaluación de los lipomas de subclavia. Los defensores de la RM creen que esta exploración confirma de manera fiable el carácter adiposo de la masa y define con mayor precisión la magnitud de la lesión y su relación con las estructuras circundantes. Los defensores de la TC consideran, como nosotros, que para la mayoría de las lesiones toda la información clínicamente relevante es accesible en la TC con igual claridad que en la RM, pero que la primera es preferible por razones de coste, disponibilidad y facilidad de obtención de las imágenes.
El diagnóstico diferencial incluye el angiomiolipoma, que está mal encapsulado, contiene adipocitos maduros y vasos pequeños con calcificaciones heterotópicas, el hemangioma cavernoso, una masa vascular con vasos serpiginosos pequeños y flebolitos, el hemangioma quístico, los tumores mixofibrosos y el hemangiopericitoma lipomatoso5.
El lipoma sintomático o la sospecha de malignidad constituyen indicaciones para una intervención quirúrgica.
Los lipomas situados en localizaciones atípicas no son operaciones «fáciles». Debe realizarse una planificación adecuada, debe remitirse al paciente a un cirujano cardiotorácico y deben evitarse las consecuencias yatrogénicas, como lesiones vasculares con el paciente despierto o las causadas por un cirujano poco experimentado.
Conflicto de interesesLos autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.