Con el objetivo de mejorar el rendimiento diagnóstico de la biopsia pulmonar transbronquial, se han comenzado a utilizar sondas de crioterapia para la obtención de muestras pulmonares. Los estudios que han evaluado el material histológico obtenido mediante criosonda en casos de tumores endobronquiales han observado que se trata de muestras de mayor tamaño que las obtenidas con pinza convencional y con una histología mejor preservada1,2. Estos datos han posibilitado plantear la utilización de criosondas para la realización de la biopsia pulmonar transbronquial como alternativa al método convencional en el estudio de las enfermedades pulmonares difusas y los resultados sugieren una mejora en la eficacia diagnóstica de la técnica3. De la misma forma, se han realizado estudios descriptivos orientados a analizar la viabilidad y la seguridad de la técnica sin que se haya evidenciado un incremento de los efectos adversos, incluso en pacientes con trasplante pulmonar4.
En este punto, los autores hemos analizado los datos de 77 pacientes con sospecha de enfermedad intersticial difusa, que fueron aleatorizados para la realización de la biopsia pulmonar transbronquial con criosonda (39 pacientes) o con pinza convencional (38 pacientes). Se observó que un mayor número de pacientes presentó un sangrado moderado en el grupo de criobiopsia con respecto al grupo convencional (56,4 versus 34,2%, p=0,068) aunque clínicamente el sangrado no resultó relevante, los pacientes no requirieron otras actuaciones médicas ni quirúrgicas ni se prolongó el tiempo de exploración. En cuanto a la clasificación del sangrado, se consideró moderada cualquier hemorragia que precisara succión y oclusión del bronquio segmentario.
Una de las características de esta nueva técnica es que, debido al tamaño de las biopsias obtenidas, es necesario retirar el broncoscopio con la muestra adherida al extremo de la sonda por lo que, a diferencia del método convencional, la visión endoscópica del árbol bronquial se pierde durante unos segundos. La introducción nuevamente del broncoscopio y las maniobras de oclusión del bronquio segmentario dónde se ha realizado la biopsia con criosonda pueden verse dificultadas por la presencia de sangrado. En este sentido, el objetivo de la utilización de un balón de oclusión no es la reducción de la cantidad de sangrado, sino proporcionar un mejor control de la hemorragia, si la hubiera. Este dato supone una modificación de la técnica descrita anteriormente por nuestro grupo5.
De esta forma, previamente al comienzo del procedimiento, introducimos un balón de oclusión (Modelo B5-2C®. Olympus Medical Systems Corp, Tokyo, Japón) por el canal lateral del tubo endotraqueal (Referencia 104100. Broncoflex® 7,5mm, Rüsch, Teleflex Medical, Durham, EE. UU.) y lo colocamos a la entrada del segmento pulmonar dónde se realizará la biopsia pulmonar transbronquial. Inmediatamente tras la realización de la biopsia insuflamos el balón de oclusión hasta la comprobación endoscópica de la ausencia de sangrado.
En conclusión, la utilización de un balón hemostático de forma preventiva permite limitar el sangrado a la zona ocluída en caso de hemorragia. No repercute directamente en la disminución de la intensidad de la posible hemorragia pero facilita su control endoscópico (fig. 1).
a) Imagen endoscópica de la colocación del balón de oclusión paralelo a la criosonda en la entrada de un bronquio segmentario pulmonar del lóbulo inferior derecho (LID). b) Imagen endoscópica del balón de oclusión insuflado tras la realización de una biopsia pulmonar transbronquial.
Los autores declaran no tener conflictos de intereses.