Las neoplasias pulmonares pueden debutar como síndromes paraneoplásicos neurológicos, entre los que destaca el síndrome de Eaton-Lambert, la encefalomielopatía, degeneración cerebelar, la neuropatía sensorial subaguda, la neuropatía autonómica1 y raramente se ha descrito el síndrome de Guillain Barré. Se trata de una polineuropatía desmielinizante autoinmune que afecta al sistema nervioso periférico y con frecuencia se presenta como una parálisis ascendente junto con la pérdida completa de reflejos tendinosos profundos2. El síndrome de Guillain Barré como forma de inicio de neoplasia pulmonar se considera un hecho excepcional.
Varón de 45 años, fumador de 65 paquetes/año, diagnosticado de esquizofrenia. Ingresó por anorexia, astenia, febrícula y pérdida de peso en los últimos tres meses, además de disnea a ligeros esfuerzos. Dos meses antes había iniciado un cuadro de debilidad muscular progresiva generalizada en forma ascendente, con incapacidad para la marcha en la última semana. A la exploración física destacaba abolición del murmullo vesicular en los 2/3 superiores de hemitórax derecho, tetraparesia intensa de predominio proximal 1/5 y distal 2/5 con arreflexia universal y amiotrofia generalizada con sensibilidad conservada. La radiografía de tórax posteroanterior y lateral (fig. 1A) mostró una masa de contornos bien definidos que ocupaba el lóbulo superior derecho (LSD). Se realizó tomografía axial computarizada de tórax (fig. 1B) que confirmó la presencia de una masa pulmonar de 15×11cm en LSD, con infiltración de la arteria pulmonar derecha, compresión de la tráquea y adenopatías patológicas en mediastino. La fibrobroncospia reveló obstrucción del bronquio del LSD con infiltración tumoral, siendo el broncoaspirado, cepillado y biopsia bronquial compatibles con carcinoma microcítico. El electromiograma mostró hallazgos neurográficos compatibles con síndrome de Guillain Barré y los anticuerpos anti Hu, anti Yo, anti Ri, y anti canales de calcio fueron negativos. Se inició tratamiento con quimioterapia e inmunoglogulina intravenosa con mejoría progresiva de la clínica neurológica durante 15 días. El paciente falleció a los tres meses por progresión tumoral.
Los pacientes con cáncer pueden desarrollar signos y síntomas de disfunción nerviosa periférica, más frecuentemente en relación con la quimioterapia; en algunos casos, antígenos neuronales expresados por el tumor estimulan una respuesta inmune caracterizada por células T, anticuerpos o ambas, que no solo atacan el tumor sino también el tejido nervioso3. El síndrome de Guillain Barré es una forma muy infrecuente de debut y raramente asociada al carcinoma de pulmón. En nuestro conocimiento, se ha publicado un solo caso en nuestro país asociado a carcinoma escamoso y en la literatura se describen 3 casos esporádicos de carcinoma microcítico. Aunque son entidades infrecuentes, se estima que aparecen en el 1% de los pacientes con cáncer. El linfoma no Hodgkin es el cáncer más frecuentemente asociado y la relación frente a otras enfermedades malignas es menos clara4. En una serie de 435 pacientes con síndrome de Guillain Barré, 9 desarrollaron neoplasias en los siguientes 6 meses, de los cuales 3 eran carcinoma pulmonar no microcítico, y los otros leucemia linfocítica crónica, linfoma no Hodgkin, cáncer de riñón, cáncer de esófago, cáncer de cuerdas vocales y enfermedad metastásica de origen desconocido5. El pronóstico de los pacientes con neoplasia y Guillain Barré resultó peor, con mayor mortalidad que aquellos con síndrome de Guillain Barré aislado6.
Concluimos que ante un paciente con síndrome de Guillain Barré debe incluirse el carcinoma de pulmón en el estudio etiológico.