La eosinofilia es infrecuente en el cáncer, pero está bien estudiada1. La eosinofilia paraneoplásica se observa con mayor frecuencia en neoplasias hematológicas, aunque también se ha observado en tumores sólidos1. Esta asociación suele ser indicativa de una evolución agresiva y un mal pronóstico1. Las causas de la neumonía eosinofílica (NE) pueden ser diversas pero, en el contexto del cáncer, es extremadamente rara2–5. Presentamos el caso de un varón de 53 años de edad, fumador y trabajador de una fábrica de pinturas. Se trataba de un paciente hipertenso tratado con un inhibidor de la enzima conversora de angiotensina, sin otros antecedentes médicos ni quirúrgicos de interés.
El paciente presentaba tos seca, disnea con el ejercicio moderado y síntomas generales (pérdida de 5kg de peso) de un mes de evolución. La exploración física reveló crepitantes inspiratorios en ambas bases pulmonares y sibilancias difusas. El análisis de sangre inicial indicó leucocitosis con eosinofilia (47,3%; 6,20×109/l) y una elevada concentración de la proteína C reactiva (93,9mg/dl). En la radiología de tórax se observaron infiltrados heterogéneos difusos y se detectó hipoxemia moderada (PaO2, 64mmHg). Los cultivos bacterianos y la tinción para micobacterias del esputo dieron resultados negativos.
La tomografía axial computarizada (TAC) torácica de alta resolución mostró áreas de opacidad subpleural en vidrio esmerilado, principalmente en los lóbulos superiores, áreas de engrosamiento del septo interlobulillar, especialmente en los lóbulos inferiores, y engrosamiento de ganglios linfáticos mediastínicos (fig. 1). En la broncoscopia no se detectaron lesiones endobronquiales. Los recuentos celulares total y diferencial del lavado broncoalveolar mostraron alveolitis eosinofílica intensa (39%), pero sin presencia de microorganismos ni de células malignas. En la biopsia transbronquial guiada mediante ecografía endobronquial de las adenopatías mediastínicas se detectaron células de adenocarcinoma. Se excluyeron todas las posibles causas de NE. La TAC abdominopélvica reveló una masa neoplásica en el ángulo hepático del colon y varias lesiones metastásicas hepáticas. A pesar del tratamiento con dosis altas de corticoesteroides y quimioterapia con ácido folínico, fluorouracilo e irinotecán (FOLFIRI), el deterioro del estado del paciente continuó, con insuficiencia respiratoria y progresión de las lesiones radiológicas, y este falleció 2 meses después del diagnóstico.
Se trata de la primera comunicación de un caso de NE como manifestación principal del cáncer de colon. Hasta donde alcanza nuestro conocimiento, solamente se ha informado de 4 casos de NE como síndrome paraneoplásico2–5.
Se han propuesto diversas explicaciones de la eosinofilia en el cáncer, pero la más coherente parece ser la de la estimulación de la médula ósea por factores circulantes secretados por el tumor (interleucina [IL]-5, IL-3 y los factores estimuladores de colonias G-CSF y GM-CSF)1.
En ausencia de otras lesiones orgánicas, no existe una asociación clara entre eosinofilia y NE, aunque una posible explicación sería la presencia de una metástasis pulmonar temprana con proliferación eosinofílica local, como parece haber sucedido en los demás casos notificados de NE asociada a cáncer2–5.
En el contexto de la neoplasia maligna, la eosinofilia periférica suele ser un signo de diseminación de la enfermedad y se asocia a mal pronóstico1. Sin embargo, no todos los casos de NE maligna descritos hasta la fecha, aunque si la mayor parte, presentaban enfermedad metastásica2–5. La evolución de los casos notificados fue variable, y las metástasis parecerían estar más estrechamente relacionadas con el tipo y la extensión del cáncer que con la presencia de NE2–5. En este contexto, aparte de corticoesteroides, no se ha definido ningún tratamiento específico para la NE2–5.
La detección de una eosinofilia requiere análisis exhaustivos y la consideración de un posible fenómeno paraneoplásico en todos los casos.
FinanciaciónNo se ha recibido ninguna fuente de financiación para la realización de este trabajo.
Los autores agradecen el apoyo del personal de los Servicios de Neumología y Oncología del Centro Hospitalario São João.