Se entiende por derrame pleural (DP) eosinofílico (DPE), aquel en el que se encuentra un porcentaje de eosinófilos mayor del 10% de la celularidad del líquido pleural (LP). En las series publicadas sobre DP, el DPE está en torno al 7,5%1,2. La presencia de aire o sangre en el espacio pleural, de forma global, es la causa más frecuente de DPE. De las etiologías conocidas, las más frecuentes son las neoplasias. Por otro lado, el síndrome hipereosinofílico idiopático (SHEI) constituye un grupo heterogéneo de trastornos que consisten en la asociación de hipereosinofília, definida como un recuento absoluto de eosinófilos mayor de 1,5×109/l o >1.500cél/μl, en 2 muestras consecutivas separadas un mes, asociada a daño orgánico inducido por eosinófilos, habiendo excluido otras causas de hipereosinofilia.
Estudiamos el caso de un varón de 25 años con DP bilateral (fig. 1). El hemograma mostró cifras de eosinófilos de 3.500mm3, el 26% del total de leucocitos con valores similares en analíticas previas. El LP presentaba inicialmente un aspecto turbio, características de exudado, con niveles de glucosa de 64mg/dl y con niveles de adenosina desaminasa de 27,7U/l. El estudio citológico del LP mostró ausencia de células neoplásicas, y celularidad inflamatoria de predominio agudo, con abundantes eosinófilos (50-60% de la celularidad total). El cultivo del mismo fue negativo para bacterias, micobacterias y hongos. La ecocardiografía no mostraba derrame pericárdico ni datos de miocardiopatía infiltrativa. Se hizo estudio para descartar causas secundarias de hipereosinofílias, con resultados negativos, y tras un amplio estudio por parte de hematología, fue diagnosticado de SHEI. Con prednisona a dosis de 1mg/kg hubo una respuesta favorable. Inicialmente remitió la eosinofília en sangre periférica y, posteriormente tras 7 meses, el DP. En un LP normal el porcentaje de eosinófilos es bajo (menor del 1%). Niveles elevados pueden deberse a múltiples causas. Las causas más frecuentes de DPE son los derrames neoplásicos (entorno al 30-34%1,2) los paraneumónicos y los tuberculosos. Otras posibles etiologías son el asbesto, algunos fármacos, las infecciones por parásitos y el síndrome de Churg-Strauss. Y menos frecuentes, las infecciones por virus y la embolia pulmonar3. Existen pocos datos acerca del DPE secundario a SHEI o a otras causas diferentes a las mencionadas. Prueba de ello son los pocos casos descritos hasta el momento4. La particularidad de nuestro paciente es que su forma de inicio es únicamente como un DPE recidivante. En uno de los casos publicados, el paciente presentaba hepatoesplenomegalia y ascitis junto a DP bilateral y, a diferencia de nuestro enfermo, tuvo un desenlace fatal. En el otro paciente, junto al DPE bilateral se advirtieron lesiones cutáneas que resultaron ser secundarias a una vasculitis5.
En DPE sin causa aparente puede estar indicando la presencia de un SHEI. La eosinofilia en sangre periférica y aún en ausencia de otros hallazgos debería ponernos en la pista de esta entidad. Trabajar conjuntamente con hematología es necesario para confirmar la etiología del mismo.