A finales del siglo xix, la broncoaspiración de cuerpos extraños (CE) tenía una mortalidad del 50%, disminuyendo desde la primera extracción endoscópica realizada por Gustav Killian, modificándose la técnica de extracción y encontrando en el fibrobroncoscopio flexible uno de los métodos más utilizados en la actualidad. Presentamos el caso de un varón de 67 años con el diagnóstico de broncoaspiración de una broca odontológica utilizada para el implante de piezas dentarias.
El paciente acude al Servicio de Urgencias desde una consulta odontológica realizada una hora antes en la que, mientras se le practicaba una endodoncia, una broca cae accidentalmente en la cavidad bucal y desaparece, el dentista cree que ha sido deglutida y lo remite a nuestro hospital. El paciente acude asintomático y en la radiografía de tórax y en la TAC (fig. 1) se observa la broca en el bronquio intermediario, sin complicaciones asociadas. Bajo sedación, se realiza fibrobroncoscopia por vía oral y con fórceps de cocodrilo se extrajo todo en bloque (fig. 1), procediéndose al alta en 24h.
El primer caso de extracción endoscópica publicado ocurrió el 30 de marzo de 1897, cuando un granjero alemán de 63 años comienza con disnea, tos y hemoptisis tras la aspiración de un hueso de cerdo (longitud 11mm y anchura 3mm). Gustav Killian, mediante un esofagoscopio de Mikulicz-Rosenheim adaptado (tubo rígido con espejo frontal para iluminar a través del tubo) y fórceps rígido, consiguió retirarlo del bronquio principal derecho1.
La aspiración de CE es más frecuente en varones de 1-2 años2, con una mortalidad del 7% en<4 años. La incidencia en adultos es<0,4%3, observándose en población geriátrica, enfermedades neurológicas, abuso de alcohol o drogas, intubación traumática, retraso mental, intervención dentaria o pacientes traqueotomizados. El tipo de CE depende de la edad, siendo en niños hasta el 55% de origen vegetal (cacahuetes y semillas2); en adultos, Blanco et al., describe en 9.781 broncoscopias, 32 aspiraciones, siendo el 78% material inorgánico, seguido del odontológico3.
Solo existe un caso publicado del mismo objeto dentario con similares características y resultados a los nuestros4.
Cuando hay síntomas, suelen ser: tos incoercible, disnea o infecciones de repetición. Las alteraciones en la radiografía de tórax incluyen atelectasias, infiltrados o signos de hiperinsuflación, aunque en más del 40% es normal3.
La broncoscopia es la técnica de elección; la localización más frecuente es el bronquio intermediario y se observan en broncoscopias de rutina hasta en el 9%5. La técnica de extracción es variable, desde técnicas no broncoscópicas (en movibles y pequeños como frutos secos o semillas) puede bastar con maniobras de posicionamiento2 y/o el uso de esteroides sistémicos para disminuir el edema y facilitar la expectoración5 hasta técnicas endoscópicas o toracotomías. Por vía endoscópica, se evitará el desplazamiento del CE distalmente, usándose una sonda de Fogarty o balón previo a su extracción5. Aunque en la mayoría se recomienda el empleo de broncoscopio flexible3, el broncoscopio rígido es de elección en<12 años y algunos adultos, dependiendo del CE y el paciente2.