La espirometría es una pieza clave en el diagnóstico y el seguimiento de las enfermedades respiratorias, y por tanto su uso es necesario en todos los niveles asistenciales1. A pesar de ello, uno de sus principales inconvenientes es que la utilidad de la prueba depende directamente de la calidad de la maniobra realizada por el paciente y la adecuada interpretación de los resultados.
En la región sanitaria de Lleida se ha realizado un prolongado esfuerzo para dotar de espirómetros y formación a todos los profesionales de Atención Primaria (AP).
A continuación presentamos las principales conclusiones de una auditoría de calidad de las espirometrías realizadas en Lleida. Se evaluaron los parámetros de la maniobra y la aceptabilidad de las curvas, tomando como referencia la estandarización de Miller2. Cada parámetro se puntuaba como correcto o incorrecto por consenso entre los participantes.
Se incluyeron en el estudio un total de 273 espirometrías (4,8% del total de las realizadas en 2012) procedentes de 16 centros de AP (73% de las áreas básicas de salud de la provincia de Lleida). La edad media de los pacientes a los que se realizó era de 57,1años (DE: 16,3) y 172 (63%) eran varones. No se observaron diferencias estadísticamente significativas en la edad ni en la distribución por sexos entre los centros. Se realizó prueba broncodilatadora en 242pacientes (88,6% de la población estudiada). Se clasificaron como inaceptables 57 (20,9%) de las espirometrías; aceptables 84 (30,8%), y correctas 132 (48,4%). Por tanto, se consideraron como clínicamente útiles 216 (79%) y no útiles 57 (20,9%).
No se encontraron diferencias significativas entre la proporción de espirometrías útiles y no útiles entre el hospital de referencia y la AP en conjunto. Sin embargo, en el análisis individual por centros se observó una importante variabilidad (rango: 5-62,5% pruebas inaceptables) (fig. 1).
Se consiguió la participación de un porcentaje muy elevado de los centros de AP y se constató que todos disponen y utilizan el espirómetro3. Sin embargo, su utilización podría ser inferior a otras áreas limítrofes, dado que la tasa de espirometrías/100 habitantes/año de la región sanitaria de Lleida es de 1,01, inferior a la tasa media de Cataluña (1,32)4.
La auditoría se realizó por consenso de los asistentes, por lo que el número de espirometrías auditadas fue muy variable y podría existir variabilidad interindividual, que no ha sido controlada. Esto podría dificultar la extrapolación de los resultados del estudio.
Por tanto, se deberían realizar en el futuro estudios con un tamaño muestral adecuado a la actividad registrada y con un diseño que permita medir los cambios tras la intervención. Además, se detecta una gran variabilidad entre centros de AP, lo que hace recomendable la instauración de mejoras individuales. Es necesario un esfuerzo coordinado continuo para asegurar que, tras la dotación de medios técnicos a todos los centros, estos se utilizan con eficiencia.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.
A los Dres. Joan Clotet, Núria Nadal, Araceli Fuentes, M.a Cruz Urgeles, Iñigo Lorente y Cristina Esquinas.