Agradecemos al Dr. Llorens et al. por sus comentarios sobre nuestro trabajo sobre utilización de la ventilación mecánica no invasiva (VNI) vs. presión continua positiva en la vía aérea (CPAP) en pacientes con edema agudo de pulmón (EAP) cardiogénico ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI)1. Los autores hacen referencia a unos criterios de inclusión selectivos al eliminar pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o infección respiratoria que desencadenan insuficiencia cardíaca. La exclusión se fundamentó en el hecho que muchos pacientes con exacerbación de EPOC presentan una acidosis respiratoria grave, lo que podría poner en peligro la posibilidad de comparar ambos dispositivos, máxime cuando está claramente indicado el empleo de la VNI en el EPOC con acidosis respiratoria2. En la misma línea, muchos de los trabajos referenciados en nuestro estudio excluyeron pacientes con EPOC o acidosis respiratoria grave3.
En cuanto al sistema CPAP empleado (Boussignac® o WhisperFlow®), el primer dispositivo fue utilizado en el 98% de los casos (43 pacientes). Las razones fundamentales fueron: 1) la disponibilidad de dicho sistema en el servicio de urgencias hospitalarias (SUH) en el momento de realización del estudio; 2) una interfase más cómoda, que además permite hablar; y, 3) menor ruido generado por este sistema en comparación con el dispositivo WhisperFlow®. En cuanto al grado de tolerancia, las interfases oronasales (tanto la CPAP como la VNI) suelen desarrollar úlceras en el puente de la nariz4, efecto adverso no recogido en nuestro estudio, pero ampliamente registrado en la práctica clínica tras uso prolongado de dichas interfases (9-40%)5.
Desde el punto de vista metodológico se incluyeron 43 pacientes procedentes del SUH que no habían mejorado a pesar de tratamiento médico (24 con empleo de la CPAP, en ninguno se utilizó la VNI dada la ausencia de dicho dispositivo durante el periodo de estudio). Con el objetivo de homogeneizar las muestras y evitar sesgos, se aleatorizaron independientemente del uso previo de la CPAP. Por otro lado, no se contempló en el protocolo de estudio el cruce entre ambas modalidades de soporte ventilatorio. Por lo que respecta a las variables a su ingreso en la UCI tras proceder del SUH (tabla 1), a pesar de que la mayoría de los pacientes presentaban hipercapnia, este hecho no influyó negativamente sobre el dispositivo empleado. Tal y como inciden los autores sobre la importancia de evitar desreclutamientos no deseables al pasar de un dispositivo a otro, no registramos el nivel de la CPAP empleado en SUH, pero los niveles de la CPAP y de presión positiva espiratoria (EPAP) empleados durante la primera hora en UCI fueron de 7±2cm/H2O y 6±1cm/H2O, respectivamente. Dichos valores estaban dentro del rango establecido en las referencias de nuestro trabajo3, así como en las revisiones del ámbito de urgencias4.
Comparación de variables hemodinámicas y gasométricas de pacientes procedentes de SUH
VNI (n=22) | CPAP (n=21) | p-valor | |
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TAM, mmHg | 90 (77-115) | 105 (86-123) | 0,677 |
Frecuencia cardíaca, lpm | 104 (92-124) | 110 (89-125) | 0,854 |
Frecuencia respiratoria, rpm | 36 (28-39) | 36 (30-40) | 0,815 |
pH | 7,24±0,125 | 7,29±0,109 | 0,162 |
PaCO2, mmHg | 52±18 | 45±15 | 0,291 |
PaCO2>45, n (%) | 14 (64) | 11 (52) | 0,810 |
PO2/FiO2 | 115±60 | 125±56 | 0,536 |
Láctico, mmol/l | 3±2 | 3±2 | 0,898 |
CPAP: presión continua positiva en la vía aérea; SUH: servicio de urgencias hospitalarias; TAM: tensión arterial media; VNI: ventilación mecánica no invasiva.
Por último, la duración de ventilación en el grupo de la CPAP hipercápnico que fracasó (n=4) fue muy semejante al grupo de la VNI hipercápnico que fracasó (n=4) (4 [2-6]h vs. 4 [2-6]h, respectivamente), lo que apoya la homogeneidad de la muestra y los resultados obtenidos.