La resección en bloque de tumores de la pared torácica con márgenes amplios genera defectos de pared que afectan a su función estructural e interfieren la mecánica respiratoria. La restauración de la integridad de la pared supone un reto quirúrgico por la complejidad que asocia restituir la rigidez estructural de la caja preservando la elasticidad necesaria para la fisiología respiratoria1.
Presentamos el caso de una paciente de 84 años, sometida a una resección de un condrosarcoma gigante, en el que se reconstruyó el gran defecto de la pared generado mediante una técnica no publicada previamente, que cumple ambos preceptos.
La resección incluyó la tumoración, piel, partes blandas y los arcos costales 2.°-5.°, así como la mitad lateral del esternón (fig. 1) y el gran defecto de pared generado se reparó utilizando las barras de acero quirúrgico premodeladas empleadas habitualmente para la cirugía videoasistida de las deformidades congénitas de la pared torácica (Walter Lorenz®). El trayecto de las barras simulaba el de los arcos costales, y su fijación se efectuó mediante cerclaje con cables de acero (Dall-Miles®) y estabilizadores específicos atornillados al esternón restante (fig. 1). Se utilizó una malla de PTFE (politetrafluoroetileno-Gore-Tex®) para sellar la cavidad pleural (fig. 1). No se registraron complicaciones perioperatorias y, 4 años tras la intervención, la paciente se encuentra asintomática sin signos de recidiva tumoral.
La reparación de defectos de la pared torácica con sustitutos biológicos o protésicos es preceptiva cuando el defecto es mayor de 4 arcos costales o mayor de 5cm, y resulta especialmente relevante cuando la resección afecta a la pared torácica anterior, como en el caso presentado. Actualmente, la mayor parte de las prótesis rígidas disponibles para la reconstrucción como las mallas metálicas o el cemento2 aportan rigidez pero carecen de elasticidad, mientras que los sustitutos costales comerciales limitan en menor medida la compliance torácica pero adolecen de longitud y rigidez limitadas.
En el caso presentado, la longitud de las grandes barras de acero de pectus utilizadas permitió salvar el gran defecto de pared a la vez que los estabilizadores suministrados permitieron una fijación segura y estable de la barra sobre el esternón restante. Por su parte, la fijación posterior de las barras con alambre trenzado contribuyó a la estabilidad del conjunto. Desde el punto de vista biomecánico el modelado de las barras en forma de arco determina el traslado de las fuerzas de compresión a los apoyos óseos de los extremos, por lo que esta propuesta técnica es capaz de soportar cargas importantes, y el componente de PTFE suturado con tensión a los bordes del defecto se adapta fácilmente al perímetro de la herida permitiendo sellar completamente la cavidad pleural. Estas características, la conjunción de sellado elástico de la cavidad pleural y soporte en forma de arcos, favorece también la movilidad de la caja torácica y el restablecimiento del juego de presiones pleurales necesario para una ventilación efectiva3. Por ello esta técnica es un medio de reconstrucción más fisiológico que podría tener un impacto positivo en la recuperación funcional.