Mujer de 67 años, no fumadora, diagnosticada en junio de 2018 de leucemia mieloide aguda, tratada con quimioterapia y trasplante de progenitores hematopoyéticos (TPH) haploidéntico.
Previo al trasplante, la paciente presentó bacteriemia asociada a catéter venoso central por Klebsiella, resuelta con ceftriaxona y retirada del catéter. En el estudio microbiológico se objetivó galactomanano sérico positivo, realizándose despistaje de aspergilosis pulmonar con TC torácica normal y posteriores galactomananos séricos negativos.
En febrero de 2019 fue trasplantada. Su tratamiento inmunosupresor incluía ciclofosfamida, ciclosporina y micofenolato, y recibía profilaxis infecciosa con trimetropim-sulfametoxazol, aciclovir y voriconazol, que fue sustituido por isavuconazol por toxicidad hepática (fig. 1).
El micofenolato fue suspendido al mes del TPH por persistencia de enfermedad residual. El descenso de la inmunosupresión supuso la aparición de enfermedad de injerto contra huésped, que precisó tratamiento con metilprednisolona a dosis altas (2mg/kg/día). Durante el descenso de dosis, presenta cuadro de infección respiratoria con infiltrado radiológico en el lóbulo superior izquierdo (LSI). Se solicita broncoscopia, siendo la imagen endobronquial altamente sugestiva de traqueobronquitis aspergilar pseudomembranosa (fig. 1). Este caso se trata de una infección de brecha, seguramente favorecida por la corticoterapia1. La paciente recibió tratamiento con anfotericina B intravenosa y voriconazol, pero con mala evolución, falleciendo pocos días después2.