El carcinoma pulmonar es una neoplasia que presenta una elevada mortalidad, llegando a superar el 20% de las muertes al año en los países europeos1. En los varones occidentales es la causa más frecuente de muerte por cáncer, con una supervivencia a los 5 años del 7,9%2. Los tumores sarcomatoides representan tan solo entre el 0,3 y el 1,3% del cáncer de pulmón, siendo menor aun la prevalencia del carcinoma pleomórfico3.
Las metástasis de cáncer de pulmón en el aparato digestivo son infrecuentes, variando su incidencia del 2 hasta el 14% en algunas series de autopsias4. Normalmente, estas metástasis no se manifiestan hasta producir complicaciones como hemorragia, obstrucción intestinal o perforación. Una vez se producen las mismas, empeora el pronóstico y la supervivencia. Presentamos el caso de un varón de 71 años, exfumador de 100 paquetes/año hasta hace 5 años, con antecedentes de HTA, DM y EPOC, intervenido de urgencia por un cuadro de obstrucción intestinal en el postoperatorio de una resección pulmonar por sospecha de neoplasia pulmonar estadio cT4N0M0. Presentaba un estudio completo realizado entre las 6-8 semanas previas a la intervención: fibrobroncoscopia, pruebas funcionales, TC toraco-abdominal y PET/TC, donde se objetivaba un nódulo en lóbulo superior izquierdo (LSI) y otro en el lóbulo inferior izquierdo (LII) sin evidenciarse enfermedad extratorácica. El endobronchial ultrasound (EBUS, ecobroncoscopia) fue negativo para malignidad. Se realizó una lobectomía inferior izquierda y resección atípica de nódulo en LSI por video-assisted thoracoscopic surgery (VATS, cirugía torácica videoasistida), acompañada de una linfadenectomía de los territorios5-7 hiliares y ligamento pulmonar.
El paciente presentó, al 4.° día postoperatorio, un cuadro de obstrucción intestinal, evidenciándose en la TC abdominal urgente una masa obstructiva y perforada a nivel de íleon (fig. 1A), indicándose cirugía urgente donde se evidenció peritonitis localizada en FID e invaginación intestinal causada por una masa necrosada y perforada de 12cm localizada en íleon terminal (fig. 1B). Además, se encontraron numerosas adenopatías reactivas en meso adyacente, precisando lavado de la cavidad abdominal, resección de la tumoración y anastomosis íleo-ileal para reconstrucción del tránsito. La evolución postoperatoria cursó sin incidencias siendo dado de alta el 7.° día del postoperatorio. El análisis histopatológico de la tumoración abdominal confirmó el diagnóstico de metástasis de carcinoma pleomórfico pulmonar de 12cm (pT2bN0M1b).
Finalmente, tras el análisis histológico de las lesiones pulmonares se concluyó que se trataba de 2 tumores sincrónicos: carcinoma de células escamosas de LSI (pT1bN0) y carcinoma pleomórfico con células gigantes de LII (pT2bN0M1b). McNeill et al. y Berger et al. desarrollaron estudios con un número total de 1.975 pacientes con cáncer de pulmón donde solo el 0,5 y el 0,1%, respectivamente, manifestaron clínica intestinal debido a metástasis4,5. En estudios como el de Ito et al. basado en el comportamiento del carcinoma pleomórfico de pulmón en 22 pacientes se observaron metástasis hasta en 10 de ellos (45%) a lo largo del seguimiento6.
Las metástasis intestinales deben considerarse en el diagnóstico diferencial de los pacientes con carcinoma de pulmón y sintomatología digestiva, con mayor grado de sospecha en los casos de carcinoma pleomórfico.
El tratamiento quirúrgico urgente busca mejorar el pronóstico y la supervivencia a corto plazo.
El interés del caso no radica tan solo en el propio diagnóstico de la metástasis intestinal, si no en el falso negativo del estudió de extensión, completado 6 semanas antes de la cirugía, que de forma inusual no evidenció la lesión abdominal, lo que hubiera cambiado la estrategia terapéutica inicial. Este hecho podría atribuirse a la agresividad descrita en esta estirpe histológica7,8.