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Vol. 48. Issue 12.
Pages 483-484 (December 2012)
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Vol. 48. Issue 12.
Pages 483-484 (December 2012)
Carta al Director
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El neumomediastino espontáneo: ¿indica «gravedad» o esta depende del proceso respiratorio subyacente?
Spontaneous Pneumomediastinum: Is It a Sign of Severity, or Does It Depend on the Underlying Respiratory Process?
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Carlos A. Romboláa,
Corresponding author
carrombola@hotmail.com

Autor para correspondencia.
, Mariela S. Plencb, Pablo León Atancea
a Servicio de Cirugía Torácica, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, Albacete, España
b Servicio de Neumología, Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, Albacete, España
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Sr. Director:

Siguiendo con el interrogante que planteamos en el título, quisiéramos hacer algunos comentarios en relación al neumomediastino espontáneo (NME).

Hemos leído con atención la carta al Director recientemente publicada: «Neumomediastino grave y mutación del gen ABCA3 en un niño: una relación enigmática»1. Nos parece interesante la relación descrita entre mutaciones del gen ABCA3 y ciertas patologías pulmonares asociadas a alteraciones del surfactante. Sin embargo, discrepamos en la trascendencia que los autores asignan al «neumomediastino espontáneo», otorgándole un estatus de gravedad que creemos poco acertado. Por otro lado, creemos que lo que debería buscarse es la relación entre estas alteraciones genéticas y la patología pulmonar que predispone a la producción de NME, ya que este último es solo una consecuencia (presencia de aire en el mediastino sin causa conocida).

El NME es una patología poco frecuente y rara en niños y adultos2,3. Se observa como consecuencia de un aumento de la presión intraalveolar, ruptura alveolar y migración del aire disecando las vainas peribronquiales y perivasculares del hilio pulmonar, extendiéndose al mediastino2-5. Este, a su vez, puede propagarse hacia los tejidos subcutáneo, endotorácico, peritoneal e incluso al canal raquídeo. Este mecanismo es también conocido como «efecto Macklin», quien lo demostró experimentalmente en 1937 insuflando los bronquios de gatos. Pocos años más tarde Hamman lo describe por primera vez en un caso clínico4.

Como condiciones predisponentes se han descrito el asma, enfermedades pulmonares intesticiales, EPOC, bronquiectasias, quistes pulmonares y el cáncer de pulmón, entre otros. Un aumento en la presión intraalveolar producido, por ejemplo, durante los vómitos, inhalación de tóxicos, tos intensa, ejercicio físico o el trabajo de parto, junto con las infecciones broncopulmonares o la ingestión de un cuerpo extraño, pueden desencadenar un NME5. El paciente comentado había presentado un cuadro de infección respiratoria aguda asociado a tos1.

El NME se considera un proceso de poco impacto clínico y buen pronóstico2-5. No necesita otro tratamiento que oxigenoterapia, analgesia, seguimiento y tratamiento de la causa subyacente, resolviéndose completamente en pocos días. La mala evolución del paciente suele estar motivada por la enfermedad pulmonar subyacente asociada. El neumopericardio y el neumotórax a tensión son excepcionales. Son los únicos que deberían ser considerados graves y con un tratamiento especifico (drenaje de urgencia)3,6.

En nuestro medio, el neumomediastino y el posterior enfisema subcutáneo muchas veces son causa de «pánico» en los pacientes, familiares e incluso parte del personal sanitario, y a veces les lleva a adoptar conductas y cuidados inapropiados. Por esto, pensamos que es importante aclarar el verdadero significado del NME.

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