En los pacientes politraumatizados se han descrito casos de broncoaspiración de piezas dentales1, pero la aspiración de otro tipo de cuerpos extraños es menos frecuente. La sospecha clínica, una historia clínica detallada y una evaluación exhaustiva de las pruebas diagnósticas son los pilares para descartar aspiraciones en este tipo de enfermos2.
Presentamos el caso de un varón de 45 años de edad que ingresó en la unidad de medicina intensiva por politraumatismo secundario a accidente de alta energía. Presentaba una escala de coma de Glasgow 8, anisocoria, hematoma periorbitario y erosiones faciales. Se aseguró la vía aérea con control cervical y se administró sedoanalgesia y manitol para control de la hipertensión intracraneal. Se realizó estudio radiológico que mostró traumatismo craneoencefálico grave y traumatismo facial. La revisión de la tomografía torácica reveló una imagen radio-opaca en la carina traqueal (fig. 1A). Se exploró cavidad oral y no se objetivó pérdida de piezas dentales. Se efectuó fibrobroncoscopia flexible que mostró que correspondía a una piedra de 1cm de diámetro mayor. El cuerpo extraño se había desplazado hasta el bronquio principal derecho por lo que se empleó un balón para llevarlo hasta la carina y desde ahí fue extraído (fig. 1B). Una vez retirado se revisó nuevamente el árbol bronquial con fibrobroncoscopia sin evidenciar otros fragmentos. El paciente evolucionó favorablemente siendo factible la extubación a las 48h de ingreso.