El embarazo se asocia a ciertas adaptaciones fisiológicas específicas y los médicos diagnostican a menudo erróneamente algunos síntomas atípicos durante el mismo. Ello puede conducir a complicaciones graves, en especial cuando el embarazo se asocia a un tumor.
Presentamos el caso de una mujer de 21 años embarazada que fue ingresada en nuestro servicio de urgencias por disnea crónica grave, hemoptisis mínima y trabajo de parto pretérmino. Se encontraba en la semana 28 de gestación y era grávida 1, para 0. La exploración ginecológica mostró un orificio cervical externo abierto. La SaO2 era del 90% y la presión arterial era de 90mmHg/60mmHg. A la exploración torácica se apreció una ausencia de ruidos respiratorios en el hemitórax izquierdo. La radiografía con exposición mínima a rayos X mostró un hemitórax izquierdo totalmente opaco. Se tomó la decisión inmediata de llevar a cabo una toracocentesis dejando un drenaje torácico izquierdo, para reducir la disnea. El tubo de tórax drenó 1.500cc de líquido pleural serohemático. Se administró un corticosteroide (betametasona) para acelerar la maduración pulmonar fetal. Tres días después se realizó con éxito una cesárea tras la detención del trabajo de parto pretérmino. Nació un niño varón sano. La TC y la RM de tórax (fig. 1a) evidenciaron la presencia de un tumor mediastínico que se extendía a la totalidad del hemitórax izquierdo con una enorme desviación mediastínica derecha. El tumor contenía espacios quísticos y zonas discretas de tejidos blandos y grasa compatibles con un probable teratoma maduro. En nuestro caso, los niveles séricos de alfafetoproteína (AFP) y de gonadotropina coriónica humana (hCG) de la paciente fueron normales. En la toracotomía posterolateral se observó que el tumor gigante tenía adherencias al pulmón izquierdo, que estaba colapsado por completo. El tumor contenía estructuras organoides (pelo) compatibles con un teratoma (fig. 1b). Nos sorprendió la obtención de una expansión satisfactoria del pulmón tras la extirpación completa del tumor (fig. 1c). Histológicamente, el tumor se diagnosticó como un teratoma maduro. Se detectaron receptores de estrógenos y de progesterona positivos en el tejido resecado.
Los teratomas son tumores del mediastino anterior en el 60% de los casos y son maduros en un 88% de las ocasiones1. El teratoma maduro es con frecuencia asintomático y protruye en un hemitórax. En la TC se observa una masa con contenido de grasa, calcificaciones o cambios quísticos. La ausencia de actividad en la FDG-PET confirma el carácter benigno de estas lesiones2. La RM permite obtener un mapa exacto de las estructuras anatómicas circundantes para la extirpación quirúrgica.
La intervención quirúrgica es el único tratamiento curativo disponible para estas lesiones. Suele realizarse una esternotomía o toracotomía para aliviar los síntomas de compresión o para prevenir una transformación maligna.
La resección total del tumor permitirá establecer el diagnóstico y tratamiento correctos, pero no es necesaria una extirpación completa puesto que la tasa de recurrencias locales es baja3. No es necesario aplicar un tratamiento adyuvante, puesto que el pronóstico de un teratoma maduro es favorable4.
En las mujeres embarazadas, si se protege el abdomen, la radiación aplicada al tórax se considera segura5, por lo que no debe diagnosticarse erróneamente la disnea inexplicada en una mujer embarazada, y está indicada formalmente la radiografía de tórax.
La función respiratoria se deteriora como consecuencia de este tumor torácico de gran tamaño, con un derrame pleural que puede aumentar a causa de los cambios hormonales y también por los factores mecánicos asociados al embarazo.
En conclusión, durante el embarazo, la aparición probable de estos tumores puede comportar dificultades diagnósticas y terapéuticas reales.
Conflicto de interesesLos autores no tienen ningún conflicto de intereses que declarar.