La seudomembrana traqueal fibrinosa obstructiva (PTFO) se consideraba una complicación de la intubación traqueal. Describimos un caso singular de PTFO tras la inserción de una endoprótesis de silicona. En este caso se insertó una endoprótesis en forma de reloj de arena a un paciente al que se había diagnosticado estenosis traqueal posintubación. Las endoprótesis de silicona son dispositivos seguros que se emplean para atenuar obstrucciones de la vía aérea, pero presentan muchas complicaciones. No conocemos ningún otro caso de formación de una seudomembrana tras la inserción de una endoprótesis de silicona.
Un varón de 48 años fue hospitalizado en nuestro centro por presentar disnea progresiva, estridor y tos de 3 meses de evolución. Era un paciente exfumador (índice de consumo de cigarrillos de aproximadamente un paquete al día durante 30 años), con antecedentes de intubación y ventilación mecánica por intoxicación por drogas hacía 6 meses y sin antecedentes familiares relevantes. En la exploración física se constató taquipnea y cianosis central. La gasometría arterial reveló hipoxia (pH=7,42; PaO2=57mmHg; PaCO2=31mmHg; HCO3¯ = 20mmol/l, con aire ambiental), y el hemograma completo indicó leucocitosis de 10,75×109/l (intervalo normal: 4,0-10,0×109/l). En primer lugar se consideró un diagnóstico de estenosis traqueal posintubación, por lo que se practicó una tomografía computarizada torácica con oxigenoterapia simultánea, que mostró una estenosis traqueal circunferencial considerable, sin signos de presencia de masa extrínseca. A continuación, para evaluar el grado de estenosis de la vía aérea se practicó una fibrobroncoscopia en la que se observó una estenosis traqueal subglótica (fig. 1.1). Para aliviar la disnea se insertó una endoprótesis de silicona en forma de reloj de arena (endoprótesis Dumon® Silicone) por medio de un broncoscopio rígido, tras lo cual se observó una notable apertura de la vía aérea (fig. 1.2) y, evidentemente, atenuación de la disnea.
Dos días más tarde, la disnea reapareció, lo que motivó la realización de una segunda fibrobroncoscopia, que mostró una membrana gruesa de tipo valvular por encima de la endoprótesis (figs. 1.3 y 1.4). La membrana se retiró bajo control broncoscópico y con la ayuda de una pinza dentada, observándose una resolución completa de la disnea. El examen anatomopatológico de la membrana mostró la presencia de fibrina, células epiteliales necróticas y un exudado, y ausencia de bacterias, hongos o micobacterias.
Las obstrucciones de la vía aérea superior, que se pueden clasificar en malignas y benignas, constituyen un problema clínico complicado. Las obstrucciones malignas son debidas a un cáncer de pulmón primario o secundario, mientras que las benignas a menudo son consecuencia de una intubación traqueal, una traqueotomía o de un tratamiento médico de otro tipo. El objetivo del tratamiento es el alivio de los síntomas con el objetivo de prolongar la vida del paciente y mejorar su calidad. Las primeras aplicaciones de endoprótesis de silicona para el tratamiento de la estenosis de la vía aérea se llevaron a cabo en los años 901 y se acompañaron de algunas complicaciones, como empeoramiento de la tos, obstrucción con secreción o migración de la endoprótesis, o formación de tejido de granulación2.
La PTFO es infrecuente después de la inserción de una endoprótesis de silicona, y la mayoría de los casos publicados se han observado tras una intubación traqueal. Los pacientes con PTFO suelen referir disnea, ronquera y estridor, que pueden aparecer inmediatamente después de la extubación o unas horas más tarde y, en los casos graves se puede observar insuficiencia respiratoria. La base del diagnóstico y del tratamiento de la PTFO es el fibrobroncoscopio o broncoscopio rígido.
La etiopatogenia de la PTFO todavía no se ha aclarado y se han propuesto diferentes hipótesis. Sehgal et al. efectuaron un análisis retrospectivo de una serie de 54 casos, y observaron que la mayor parte de las seudomembranas estaban situadas en la región subglótica, que al ser la parte más estrecha, es la más susceptible de sufrir daños en la mucosa durante la intubación. No obstante, no todos los casos se localizan por debajo de la glotis3. Deslee et al. apuntaron a un daño isquémico provocado por los manguitos como posible causa, pero esta teoría no explica los casos en los que se utilizan tubos de baja presión y alto volumen4. En 2013, Álvarez-Maldonado et al. publicaron un caso de formación de una seudomembrana tras una traqueotomía percutánea por dilatación (TPD)5. En nuestro caso, la PTFO apareció tras la inserción de una endoprótesis de silicona. Ambos casos demuestran la posible relación con la PTFO de diversos factores, tales como estímulos mecánicos o la inflamación aséptica local. En resumen, la PTFO es una complicación infrecuente de la inserción de una endoprótesis de silicona y, si no se diagnostica a tiempo, puede ser mortal. La broncoscopia es fundamental e indispensable para el tratamiento de la PTFO.