En los últimos años, diversos trabajos han puesto de manifiesto la asociación entre la actividad física (AF) en la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y un menor riesgo de agudización, hospitalización y muerte1,2. Aunque hemos podido constatar una asociación entre función respiratoria y estado muscular, y entre este y el nivel de AF3,4, se ha demostrado que la AF influye de manera constante en diferentes características individuales, entornos geográficos e instrumentos de medición de la misma, siendo independiente de la gravedad espirométrica y otros predictores de evolución de la enfermedad5. Actualmente existe un creciente interés en promover la AF en pacientes con EPOC, si bien la evidencia disponible hasta la fecha es aún limitada6. Son varios los interrogantes que deberían contestarse, entre ellos qué estrategias sencillas y económicas podrían implementarse en la comunidad como promotoras de la misma en estos pacientes ya que, raramente, una mejora de la capacidad funcional y calidad de vida después de los programas de rehabilitación respiratoria se trasfiere en un incremento de AF en esta población7. En esta línea, nuestro grupo diseñó en el año 2009 una primera Guía de paseos para pacientes con EPOC. Esta guía, disponible en formato papel y página web (www.pasearconepoc.es), ha tenido posteriormente varias actualizaciones, llegando en la actualidad a contar con 40 localizaciones y un total de 94 recorridos por nuestra ciudad y su comarca. Los paseos están clasificados en 5 niveles de dificultad, teniendo en cuenta su longitud y pendiente y, atendiendo a las características de gravedad de la enfermedad y otras comorbilidades, se estableció de forma arbitraria una tabla que facilita la asignación de los mismos (tabla 1).
Resultados al año y a los dos años entre ambos grupos y efecto tiempo
Basal | Doce meses | Veinticuatro meses | Efecto tiempoa | ||||||||
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Variable | Casos n=32 | Control n=12 | Valor de p | Casos n=26 | Control n=9 | Valor de p | Casos n=24 | Control n=9 | Valor de p | Casos n=24 | Controles n=9 |
Edad | 69,9±7,2 | 71,0±5,2 | 0,8 | 70,3±7,8 | 72,5±5,6 | 0,4 | 70,9±7,7 | 73,8±5,8 | 0,3 | — | — |
IMC (kg/m2) | 28,4±4,5 | 28,5±7,1 | 0,8 | 28,8±4,8 | 27,6±7,4 | 0,4 | 28,4±4,7 | 26,7±7,5 | 0,4 | 0,4 | 0,2 |
FVC | 77,0±12,2 | 75,7±21 | 0,6 | 75,8±11,5 | 71,1±18,1 | 0,6 | 76,4±16,6 | 81,1±17,5 | 0,5 | 0,9 | 0,1 |
FEV1 | 51,5±14,2 | 50,2±12,5 | 0,9 | 52,7±15,2 | 48,6±14,7 | 0,4 | 51,7±16,4 | 52,6±15,1 | 0,8 | 0,4 | 0,4 |
FEV1/FVC | 47,5±11,5 | 48,3±9,1 | 0,8 | 48,9±13,2 | 49,2±12,6 | 0,9 | 47,7±11,9 | 48,8±11,5 | 0,8 | 0,07 | 0,2 |
Test 6m | 478,3±66,5 | 473,5±79,5 | 0,8 | 474,2±100,4 | 470,4±78,2 | 0,6 | 481,1±96,6 | 466,7±110 | 0,7 | 0,6 | 0,9 |
mMRC | 2,1±0,3 | 2±0 | 0,1 | 1,7±0,7 | 1,5±0,5 | 0,5 | 1,7±0,7 | 1,6±0,7 | 0,7 | 0,008 | 0,1 |
BODE | 2,7±1,1 | 2,6±1 | 0,8 | 2,2±1,5 | 2,2±1,2 | 0,7 | 2,2±1,6 | 2,3±1,7 | 0,8 | 0,1 | 0,7 |
CAT | 11,4±5 | 11,9±3 | 0,6 | 6,8±5,5 | 14,1±4,9 | 0,001 | 7,9±5,4 | 10,7±3,9 | 0,16 | 0,002 | 0,2 |
Exacerbaciones | 2±3,1 | 2,2±2,5 | 0,9 | -- | -- | -- | 1,6±2,1 | 3,8±3,7 | 0,03 | 0,5 | 0,04 |
N.° de pasos | 8.470±3.826 | 6.643±4.198 | 0,2 | 8.060±4.552 | 5.253±3.103 | 0,1 | 7.419±5.301 | 4.394±2.410 | 0,07 | 0,1 | 0,9 |
Fuerza (kg) | 195,7±76,7 | 196,1±82,1 | 0,9 | 233,3±68,5 | 172,5±19,9 | 0,015 | 248,2±86,8 | 177,0±36,5 | 0,046 | 0,003 | 0,2 |
BODE: escala multidimensional para EPOC; CAT: COPD Assesment Test; CI: capacidad inspiratoria; FEV1: volumen espirado en el primer segundo; Fuerza: fuerza máxima (1-repetición máxima) del miembro inferior en el ejercicio de prensa de piernas; FVC: capacidad vital forzada; IMC: índice de masa corporal; mMRC: escala de disnea del British Medical Council modificada; N.° de pasos: pasos diarios cuantificados con acelerómetro (ActiGraph, el acelerómetro fue analizado con al menos 4 días de al menos de 10h/día de medición); Test 6m: test de 6min marcha.
El estudio que presentamos trata de evaluar la posible eficacia clínica de un programa de caminatas en pacientes con EPOC. Se trata de un estudio observacional prospectivo, comparando un grupo de intervención con un grupo de referencia, no aleatorizado, abierto y no cegado. En el primero, los pacientes seguían la prescripción de nuestra guía si vivían en la ciudad o su comarca y, en caso de no ser así, se les daban indicaciones equivalentes a las recogidas en la misma. Todos los pacientes de este grupo cumplimentaban un registro diario de síntomas y exacerbaciones y, mensualmente se les hacía una llamada telefónica en la que se preguntaba la media de cumplimentación mensual de las indicaciones dadas. El grupo control, procedente igualmente de las consultas de neumología y seleccionado con posterioridad, seguía las recomendaciones estándar sobre AF dadas en la consulta de neumología, y en ningún caso se formó con pacientes que hubiesen rechazado participar en el programa. En ambos grupos se comprobó la adecuada prescripción y adherencia al tratamiento para su enfermedad. En todos los casos se midieron las variables representadas en la tabla, al inicio, al año y a los 2 años de seguimiento, a excepción del número de exacerbaciones moderadas y/o severas, que fue cuantificado globalmente en un periodo previo al inicio de 2 años y en los 2 años del estudio. Se comprobó la normalidad de las muestras y se analizó la diferencia de medias mediante la t de Student y, dado el pequeño tamaño muestral se confirmaron los resultados con los correspondientes test no paramétricos.
Se reclutaron un total de 44 pacientes, procedentes de la consulta de neumología (32 en el grupo intervención y 12 en el grupo control), de los que 11 no llegaron a cumplimentar el protocolo en su totalidad (8 del grupo intervención y 3 del grupo control); las pérdidas en el primero fueron 5 abandonos, un empeoramiento y 2 fallecimientos y, en el segundo, 3 abandonos. En la tabla se muestran los resultados de la población en el momento basal, al año y a los 2 años, así como el efecto tiempo en cada grupo entre el periodo inicial y los 2 años. Se comprobó, previo al análisis, que la población que completó el estudio era similar a la inicial. Los únicos cambios detectados entre los 2 grupos al primer año de seguimiento, fueron una disminución significativamente superior en el cuestionario CAT en el grupo intervención que, sin embargo, no se mantuvo a los 2 años, y una mejora en la fuerza de miembros inferiores que sí se mantiene. También existieron diferencias en el número de exacerbaciones a favor del grupo que siguió el programa de paseos. En cuanto al efecto tiempo, en el grupo intervención existió una disminución significativa en la disnea, en el CAT y en la fuerza de extremidades inferiores; en relación con el número de pasos, se observó una menor disminución en el número de pasos a los dos años en el grupo caso si bien no alcanza significación estadística (p 0,07); las exacerbaciones fueron significativamente mayores en el grupo control.
La calidad de la evidencia disponible respecto a las intervenciones destinadas a aumentar la AF en pacientes con EPOC es todavía baja5. En nuestro estudio, pese a tratarse de una muestra pequeña y no existir aleatorización, hemos encontrado aspectos de mejora tanto en la calidad de vida como en el efecto sobre el número de exacerbaciones que, aunque modestos, podrían apoyar la utilidad de programas sencillos de caminatas en la EPOC. Con el ánimo de facilitar la prescripción a los facultativos y la accesibilidad a los pacientes, nuestra guía de paseos fue diseñada desde un principio en formato papel y web. Recientemente, Moy et al. pusieron de manifiesto que técnicas de motivación y refuerzo positivo consiguen aumentar los niveles de AF, aunque solo a corto plazo8. En esta línea, nuestro programa constaba, además de la propia guía, de la recogida diaria de síntomas y llamadas telefónicas de incentivación, sin embargo, la traslación a la práctica clínica de este proceder puede dificultar la viabilidad del mismo en muchos medios. Nuestra experiencia nos ha llevado a diseñar una aplicación para móvil (Paseos EPOC) en la que a la guía se le incorporan herramientas de motivación, registro e información para los facultativos y que, a la espera de evaluar su eficacia, pensamos puede mejorar estos resultados. Dada la evidencia demostrada de la importancia de la actividad física en la EPOC, creemos que iniciativas de este tipo deberían estar incluidas en la práctica clínica habitual.
FinanciaciónEste estudio fue desarrollado con el proyecto de investigación del Ministerio de Economía y Competitividad del Gobierno de España (DEP2011-30042).