En el cáncer pulmonar (CP), la variedad no microcítica ocupa el 80-85% y el adenocarcinoma es su tipo histológico más frecuente1. El pronóstico ominoso de la enfermedad está dado por una escasa supervivencia y elevada recurrencia2. Sometemos a su consideración un enfermo, el cual en la historia de su enfermedad presentó oligorrecurrencias que fueron tratadas con cirugía.
Se trata de un hombre de 42 años, fumador, estudiado por sombra pulmonar en una radiografía de tórax eventual. La tomografía computarizada (TC) mostró radiodensidad central de 4×2cm en el lóbulo superior del pulmón izquierdo, sin adenomegalias. La fibrobroncoscopia y la citología por aspiración facilitaron el diagnóstico de CP de tipo epitelial, confirmado en la biopsia por congelación durante la toracotomía que se complementó con lobectomía superior izquierda y linfoadenectomía mediastinal (estaciones 5, 6, 7 y 10). El resultado histopatológico postoperatorio fue: adenocarcinoma pobremente diferenciado, invasivo, predominantemente sólido con producción de mucina sin rasgos de sobreexpresión o mutación del receptor del factor de crecimiento epidérmico con 2 de los ganglios de la ventana aortopulmonar metastásicos. Se complementó con quimiorradioterapia secuencial.
A los 9meses comenzó con trastornos visuales y vértigos, realizándose resonancia magnética nuclear con contraste del cráneo, encontrándose lesión tumoral única en el lóbulo temporal izquierdo (fig. 1, panel derecho) a la que se le realizó metastasectomía con radioterapia como adyuvancia. Cinco meses después se detecta en un ultrasonido abdominal tumoración de la glándula suprarrenal derecha (fig. 1, panel izquierdo), confirmada con la TC contrastada y efectuándose suprarrenalectomía. Actualmente en seguimiento 5años después del último proceder.
Panel izquierdo: resonancia magnética nuclear del cráneo en la que se observa lesión metastásica con realce del contraste en el lóbulo temporal izquierdo y lesiones inflamatorias perilesionales. Panel derecho: tomografía computarizada del abdomen en la que se observa lesión metastásica de la glándula suprarrenal derecha.
El término oligometástasis, propuesto por Hellman y Wechselbaum en 1995 y revisado por Niibe et al. en 2006 como oligorrecurrencia2,3, son etapas del CP donde las metástasis o recurrencias (entre 1 y 5lesiones) pueden ser tratadas con terapias locales. Las diferencias estriban en el control del tumor primario y su forma de aparición; en la oligorrecurrencia existe control del tumor primario y aparece de forma metacrónica, mientras que en la oligometástasis sucede lo contrario. Resumiendo, la oligorrecurrencia es un estado oligometastásico de tipo metacrónico con control del tumor primario3.
La tomografía con emisión de positrones ha disminuido el diagnóstico de oligorrecurrencias, pues muchas de ellas son metastásicas al diagnóstico inicial. Sin embargo, a pesar de ser parte de los protocolos diagnósticos, no está disponible en algunos países.
El control del tumor primario, el estado nutricional, el tipo histológico y el número de metástasis, entre otros factores, influyen en el tratamiento de la oligorrecurrencia3–5. Sin embargo, la presencia o no de afectación ganglionar metastásica es un factor determinante para la supervivencia (0-35%)4,5.
A la luz de los avances tecnológicos actuales y la aplicación de terapias locales y sistémicas, la cirugía3–5 es válida para algunos pacientes con oligorrecurrencias. En este paciente, a pesar de tener ganglios N2, la supervivencia ha sido buena, reforzando la teoría de «la semilla y la tierra» o de interacción entre célula y huésped en el CP como en otro tipo de cáncer.