El advenimiento de los procedimientos derivados de la videotoracoscopia (CVT) ha supuesto un nuevo empuje en el tratamiento del neumotórax espontáneo. Se describe la experiencia inicial con un protocolo de estudio, utilizando esta técnica.
Corresponde a una serie consecutiva de pacientes que ingresaron en nuestro hospital, durante el año 1995, con diagnóstico de neumotórax espontáneo; se realizó diagnóstico por clínica y cuantificación del neumotórax por medida de la distancia interpleural en la radiografía de tórax. El tratamiento inicial fue el drenaje pleural; en el caso de neumotorax recidivante, imposibilidad de reexpansión pulmonar o fuga aérea persistente se indicó CVT.
Se revisan 45 casos (30 varones y 15 mujeres), con una edad media de 29 años. En 11 casos (24%) se trataba de neumotórax recidivante (tratados previamente con drenaje pleural). Se localizó en 24 casos (54%) en el hemitórax derecho. El tratamiento inicial fue drenaje pleural; en 32 casos fue el único tratamiento. Se realizó CTV en 11 casos, en uno (9%) se convirtió en minitoracotomía o cirugía videotoracoscópica asistida (CTV); en 2 casos se realizó toracotomía convencional. El tiempo medio empleado con la videotoracoscopia fue de 80 min. El seguimiento medio fue de 3 meses. No observamos recidiva en los casos tratados con videotoracoscopia y cirugía.
La experiencia inicial nos muestra la CTV como una técnica a utilizar de preferencia en el tratamiento definitivo del neumotórax espontáneo. La disminución del dolor postoperatorio, aumento de la confortabilidad, ausencia de morbilidad destacable, menor estancia postoperatoria y pronta reanudación de la actividad normal del paciente, nos anima a utilizar este procedimiento, en sustitución de la cirugía abierta.
The appearance of procedures derived from video assisted thoracoscopy (VAT) has fostered new breakthroughs in the treatment of spontaneous pneumothorax. Our early experience with a study protocol using this technique is described.
Patients admitted to our hospital in 1995 with a diagnosis of spontaneous pneumothorax were enrolled consecutively. Diagnosis was based on symptoms and pneumothorax was quantifíed by measuring the interpleural distance observed on the chest film. The initial treatment was pleural drainage; VAT was ordered in cases of recurrence, when lung reexpansion failed or when air leakage was persistent.
Forty-five cases (30 men, 15 women) are reported. Mean age was 29 years. Eleven (24%) patients had had earlier pleural drainage but were suffering recurrences. The right side was involved in 14 (54%) cases. Initial treatment was pleural drainage and in 32 cases no other treatment was given. VAT was performed on 11 patients. In 1 (9%) patient the procedure became a minithoracotomy, or video-assisted thoracoscopic surgery. In 2 patients conventional thoracotomy was performed. Mean time the procedure lasted was 80 min. Mean follow-up was 3 months. There were no recurrences among patients treated with VAT and surgery.
Our initial experience demonstrates that VAT is the technique of preference for the definitive treatment of spontaneous pneumothorax. There is less postoperative pain, increased comfort, no noteworthy morbidity, shorter postoperative hospital stays and prompt return to normal activity for the patient; these advantages lead us to choose this treatment over open surgery.