La infección por Strongyloides stercoralis, casi desconocida en nuestro país hasta hace pocos años, ha demostrado ser una infección autóctona no infrecuente en algunas áreas geográficas. En el aparato respiratorio puede cursar con crisis de broncospasmo que dificulta su sospecha diagnóstica, especialmente en pacientes con una enfermedad bronquial subyacente. Con objeto de valorar si la curación de esta infección se acompaña de una mejoría clínica y funcional en pacientes con una obstrucción bronquial, hemos estudiado de forma evolutiva a 22 sujetos infectados por S. stercoralis: 11 sin enfermedad broncopulmonar y 11 con una obstrucción crónica al flujo aéreo o asma. Se valoraron el grado de eosinofliia, niveles séricos de IgE total, síntomas respiratorios, dosis de esteroides y espirometría en ambos grupos, tanto en el momento del diagnóstico de la infección como a los 4 meses de su curación. En el control evolutivo se objetivó un descenso significativo del porcentaje de eosinófilos (16% frente a 5%) e IgE (1.600 U/ml frente a 770) en ambos grupos, y una disminución del número de crisis de broncospasmo y de las necesidades diarias de esferoides en el grupo con patología bronquial. Sin embargo, los parámetros espi-rométricos no evidenciaron cambios significativos. La mejoría en los síntomas respiratorios, en los parámetros biológicos y en las necesidades de medicación, aun cuando no se acompañó de una mejoría funcional de la obstrucción bronquial, nos hace sugerir una disminución en el componente inflamatorio de la vía aérea tras su curación.
Strongyloides stercoralis infection was hardly seen in Spain until a few years ago but has recently been shown to be fairly common in some geographic areas. In the respiratory tract this germ can cause acute bronchospasms that make diagnosis difficult, particulary in patients with underlying bronchial disease. To determine if curing S. stercoralis infection is accompanied by clinical and functional improvement in patients with bronchial obstruction, we studied the evolution of 22 infected patients: 11 with no bronchopulmonary disease and 11 with chronic airway obstruction or asthma. The following variables were assessed in both groups at the moment of diagnosis of infection and four months after cure: levels of eosinophils and total serum IgE, respiratory symptoms, steroid doses and spirometric parameters. After four months we observed a significant decrease in eosinophil (16 versus 5%) and IgE (1,600 versus 770 IU/ml) levels in both groups. The number of bronchospasms and daily steroid doses required decreased in the group with bronchial disease. No significant differences were seen in spirometric parameters, however. The improvement in respiratory symptoms, blood parameters and need for medication leads us to believe that airway inflammation decreases after the infection has been eradicated, in spite of the lack of improvement in bronchial obstruction