Los resultados obtenidos en el tratamiento del tabaquismo no son todo lo satisfactorios que sería de desear, por lo que resulta necesario continuar realizando investigaciones acerca de los múltiples factores que pueden determinar su éxito o su fracaso. El objetivo de nuestro estudio ha sido conocer la influencia del profesional sanitario en el proceso de deshabituación tabáquica.
Material Y MétodosHemos realizado un estudio prospectivo, longitudinal, en una consulta de atención primaria y otra de atención especializada. Se llevaron a cabo dos tipos de intervención: intervención mínima en pacientes con una dependencia baja, y tratamiento sustitutivo con parches de nicotina (Nicotinell®) (TSN) en los pacientes con dependencia de moderada a alta.
ResultadosEl total de participantes en el estudio fue de 427 fumadores, 206 en la consulta de atención primaria (87 incluidos a petición propia y 119 a propuesta médica) y 221 en la consulta de neumología (79 a petición propia y 142 a propuesta médica).
Al año de la intervención la abstinencia con la intervención mínima fue del 36,8% (27,2–47,4%) en atención primaria y del 41,8% (31,9–52,2%) en la especializada (p > 0,05), y en el grupo de la TSN del 35,3% (24,1–47,8%) y del 35,5% (25,8–46,1%), respectivamente (p > 0,05).
Con la intervención mínima, al año abandonaron el tabaco el 40% (16,3–67,7%) de los que solicitaron ser incluidos, frente al 36,3% (32,1–46,9%) (p > 0,05) de los que se incluyeron por propuesta médica, y con la TSN los porcentajes respectivos fueron del 33,3% (24,4–43,2%) y del 39,3% (26,5–53,2%) (p > 0,05).
El porcentaje de abstinencia observado entre los fumadores en fase de precontemplación fue, al año del inicio de la intervención, del 28,4% (18,5–40,1%), y entre los que estaban en fase de contemplación, del 49,2% (36,6–61,9%) (p < 0,05).
Los pacientes que fueron incluidos en el programa de deshabituación a propuesta médica obtuvieron mejores resultados, presentando una odds ratio de 0,244, con un intervalo de confianza del 95% de 0,097–0,616.
ConclusionesLa intervención sobre el tabaquismo debe realizarse con el mismo hincapié en quienes solicitan ayuda y en los que todavía no se plantean el abandono del tabaco, y se debe contemplar el progreso de fase en el proceso de abandono de tabaco como un éxito terapéutico para, con un abordaje posterior, conseguir la cesación total del hábito tabáquico.
The results obtained from treatment of smoking addiction are not all that might be desired, such that continued investigation of the various factors that determine treatment success or failure are necessary. The aim of this study was to know the influence of health care providers in the smoking cessation process.
Material And MethodsWe performed a prospective, longitudinal study of patients at a primary care facility and a specialized unit. Two types of intervention were performed: minimal intervention with patients with a low level of dependence and nicotine patch substitution treatment (Nicotinell ®) (NST) in patients with moderate-to-high dependence.
ResultsThe total number of smokers enrolled was 427: 206 at the primary care facility (87 who requested treatment and 119 to whom enrollment was recommended) and 21 at the respiratory medicine unit (79 who requested treatment and 142 to whom enrollment was recommended).
One year after minimal intervention, abstinence was 36.8% (27.2%-47.4%) at the primary care center and 41.8% (31.9%-52.2%) at the specialized unit (p > 0.05). Abstinence in the NST group at each center was 35.3% (24.1%- 47.8%) and 35.5% (25.8%-46.1%), respectively (p > 0.05). With minimal intervention, 40% (16.3%-67.7%) of those who had requested enrollment had quit smoking one year after starting, versus 36.3% (32.1%-46.9%) of those to whom it had been recommended (p > 0.05); in the NST group, the percentages were 33.3% (24.4%-43.2%) and 39.3% (26.5%-53.2%) (p > 0.05).
The percentage of abstinence among smokers in pre-contemplation phase was 28.4% (18.5%-40.1%) one year after starting; among those in the contemplation phase, abstinence at one year was 49.2% (36.6%-61.9%) (p < 0.05).
The patients whose enrollment was the result of physician recommendation had better outcomes (odds ratio of 0.244 [95% CI: 0.097–0.616]).
ConclusionsIntervention among smokers should be as strong among those who ask for help as among those who have not yet contemplated quitting; progress to another phase in the abandonment process, so that efforts to achieve total cessation can be approached at a later time, should be considered a therapeutic success.