La polimialgia reumática (PMR) es una enfermedad inflamatoria de origen desconocido, relativamente común, casi exclusiva de adultos mayores de 50 años. Se caracteriza por la existencia de dolor y rigidez matutina en la región cervical y en las cinturas escapular y pelviana. Puede asociarse con la arteritis de células gigantes (ACG)1. La aparición de derrame pleural o pericárdico es infrecuente en pacientes con PMR sin ACG y muy excepcional como forma de comienzo de la enfermedad2.
Presentamos el caso de una mujer de 76 años que acudió a Urgencias por fiebre (38°C). En los 2 meses previos había presentado episodios de fiebre y dolor en cintura escapular irradiado a región cervical. En una ocasión había recibido tratamiento con corticoides orales en pauta descendente, con mejoría. En la exploración física destacaba un soplo sistólico en foco aórtico y abolición del murmullo vesicular en base pulmonar izquierda. En la analítica sanguínea se apreció una proteína C reactiva (PCR) de 25,5mg/dl y, en la radiografía de tórax, un pequeño derrame pleural izquierdo. Inicialmente fue diagnosticada de neumonía con derrame pleural paraneumónico e ingresada con antibioticoterapia empírica. A pesar de ello la fiebre persistió y se realizaron estudios adicionales. En el estudio inmunológico se encontró una positividad de anticuerpos antinucleares (patrón moteado). El análisis de marcadores tumorales reveló una elevación del antígeno CA-125. En la tomografía axial computarizada (TAC) toraco-abdominal se objetivó un pequeño derrame pleural izquierdo y un mínimo derrame pericárdico (fig. 1). Tras consultar con el reumatólogo se realizó el diagnóstico de PMR con afectación de serosas, iniciándose tratamiento con prednisona (dosis inicial: 15mg/día). La evolución clínica posterior fue favorable, desapareciendo la fiebre y el derrame pleural. Tres meses después del alta, la paciente permanecía asintomática, por lo que se redujeron progresivamente las dosis de corticoides hasta suspenderlos. Posteriormente la paciente ha permanecido asintomática, sin presentar un nuevo brote de PMR, durante el tiempo de seguimiento de más de 2 años.
Aunque la elevación del antígeno CA-125 detectada en este estudio podía deberse a otros procesos, como un seudosíndrome de Meigs secundario a un estruma de ovario, finalmente fue interpretada en el contexto de la afectación de serosas. En la revisión de la literatura realizada, solo se han encontrado 5 casos de PMR con derrame pericárdico asociado, de los que 3 presentaban también derrame pleural. En uno de ellos se realizó toracocentesis, encontrándose un líquido con características límites entre trasudado y exudado y citología negativa para malignidad. En otro, se realizó pericardiectomía con biopsia pericárdica, obteniéndose en el análisis del líquido pericárdico: proteínas 5,2g/dl, lactato deshidrogenasa 4562 UI/L y glucosa 65mg/dl. El examen histológico mostró inflamación con fibrosis y áreas de hemorragia intersticial con depósitos de fibrina y, el análisis inmunohistoquímico, un infiltrado linfocitario con predominio de células T3.
Como conclusión, la PMR debe considerarse en el diagnóstico diferencial de pacientes mayores de 50 años con derrame pleural y/o pericárdico4,5. La importancia de identificar la causa del derrame en pacientes con PMR es su espectacular respuesta a la corticoterapia.