La cistitis enfisematosa (CE) es una infrecuente complicación de la infección del tracto urinario, definida por la presencia de gas a nivel vesical y/o sus paredes1. Afecta principalmente a mujeres de edad avanzada con diabetes mellitus, mal control glucémico y antecedentes de sondajes vesicales previos. Existen otros factores que, aunque en menor medida, también pueden estar en relación con esta enfermedad, como son el trasplante renal, los estados de inmunodepresión y las infecciones recurrentes del tracto urinario1. Los patógenos etiológicos más frecuentemente aislados en el urocultivo son Escherichia coli, Klebsiella pneumoniae y Enterococcus2. La presentación clínica es inespecífica, apareciendo en la mayoría de los casos sintomatología miccional y dolor abdominal. La neumaturia es un signo clave para su sospecha, aunque poco frecuente3. Para su diagnóstico la radiografía simple del aparato urinario es poco específica, siendo la tomografía computarizada (TC) abdominal la prueba de elección por su mayor resolución y, además, permite descartar otras causas de CE, como la fístula entero-vesical (secundaria a un proceso inflamatorio o neoplásico)4. El tratamiento consiste en antibioterapia empírica inicial, control metabólico intenso y manejo derivativo (sondaje transuretral o drenajes derivativos)5. El curso clínico de los pacientes varía desde la rápida mejoría clínica al deterioro del estado general con alta tasa de complicaciones, como la pielonefritis enfisematosa, la perforación vesical, el shock séptico y la muerte en pocas horas5.
Presentamos el caso inusual de un paciente varón, no diabético y con correctos niveles de glucemia, sin antecedentes urológicos de interés, que padece un cuadro de CE durante un ingreso a cargo de neumología por una agudización grave de EPOC, de etiología infecciosa, obteniendo crecimiento del patógeno de E. coli tanto en el cultivo de esputo como en el de orina. Se trata de un varón de 66 años, jubilado de una fundición de hierro, exfumador desde hace 5 años (IAP 70), con antecedentes personales de tuberculosis en la infancia, HTA, EPOC moderada fenotipo enfisematoso no agudizador (categoría A GOLD) y neumonía adquirida en la comunidad hace 5 años. Refiere cuadro infeccioso de 5 días de evolución con rinorrea, aumento de tos con esputo purulento, disnea y fiebre termometrada de 38,3°C. No presenta sintomatología urinaria ni cambio en su hábito intestinal. A nivel analítico destaca insuficiencia respiratoria global aguda, leucocitosis con desviación a la izquierda y aumento de niveles de PCR, sin datos de hiperglucemia. Se solicitan antígenos para neumococo y Legionella en orina, junto con cultivo de esputo, que resultan negativos. En la exploración física se aprecia importante afectación del estado general con fiebre, taquipnea y roncus dispersos en la auscultación pulmonar. No existen signos de enfermedad abdominal en ese momento.
El tercer día de ingreso, el paciente presenta deterioro clínico con sintomatología de infección urinaria (tenesmo, disuria y hematuria). Se solicita sedimento urinario, que presenta abundantes eritrocitos en campo y nitritos positivos. Se cubre espectro antibiótico gramnegativo, y se solicita urocultivo, cuyo resultado fue positivo para E. coli, por lo que se trata según antibiograma con piperacilina-tazobactam. Para completar el estudio se realiza TC torácico-abdominal, con presencia de gas en la luz de la vejiga e infiltrando las paredes de la misma (fig. 1). Tras el diagnóstico de CE, consultamos al servicio de urología, y procedemos a pautar sondaje vesical, obteniendo 400ml de orina con leve tinte hemático y abundante aire; también se inició antibioterapia con piperacilina-tazobactam iv durante 15 días. Tras el ciclo antibiótico se repitió urocultivo que resultó negativo y se procedió a la retirada del sondaje vesical, con resolución del cuadro abdominal. A nivel respiratorio, pese a la mejoría inicial, persiste la expectoración purulenta, y se obtiene un nuevo cultivo de esputo que resulta positivo para E. coli, con sensibilidad intermedia a piperacilina-tazobactam, decidiendo realizar pauta antibiótica con meropenem iv. Finalmente, la evolución fue satisfactoria y tras completar la pauta intravenosa se procedió a dar el alta hospitalaria con seguimiento posterior por neumología.
Al equipo humano del Laboratorio de Exploración Funcional del Hospital Universitario Cruces.