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Vol. 54. Issue 2.
Pages 107-108 (February 2018)
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Carta científica
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Fiabilidad del conjunto mínimo básico de datos como herramienta epidemiológica de la enfermedad tuberculosa
Reliability of the Minimum Basic Data Set as an Epidemiological Tool in Tuberculosis
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Susana García-de Cruza,
Corresponding author
sgarciade@saludcastillayleon.es

Autor para correspondencia.
, Carmen Aldea-Mansillaa, Ángel Campos Buenoa, Valentín del Villar Sordob
a Laboratorio de Microbiología, Complejo Asistencial de Soria, Soria, España
b Servicio de Medicina Interna, Complejo Asistencial de Soria, Soria, España
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Estimado Director:

La tuberculosis es actualmente la principal causa infecciosa de mortalidad en adultos en todo el mundo1. Aunque su incidencia está descendiendo en nuestro medio, sigue constituyendo un problema importante de salud y continúa siendo necesaria la vigilancia de la enfermedad2. Sin embargo, no existe una fuente única de información donde estén recogidos con seguridad todos los casos de tuberculosis ya que en el sistema de Enfermedades de Declaración Obligatoria (EDO) se detecta una importante infradeclaración3.

El Conjunto Mínimo Básico de Datos (CMBD) es un sistema de información para el conocimiento de la morbilidad hospitalaria y entre sus objetivos se incluye favorecer la realización de estudios de investigación4. Su validez depende tanto de un informe clínico completo como de la correcta introducción de las variables, y tal como han demostrado estudios realizados en nuestro país, la fiabilidad de la información contenida en el registro no está garantizada5. Sin embargo, debido a que es de fácil acceso, diversos autores han estudiado su utilidad para estudios epidemiológicos en enfermedades claramente de ámbito hospitalario incluida la tuberculosis6–9.

El propósito de este estudio fue determinar la fiabilidad y utilidad del CMBD para la realización de estudios epidemiológicos sobre la enfermedad tuberculosa. Para ello se realizó un estudio retrospectivo entre los años 1994 a 2013 consultando el CMBD del Complejo Asistencial de Soria, que abarca toda la provincia. La búsqueda incluyó los códigos de diagnóstico entre 010.00 y 018.96 de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-9-MC), tanto para diagnóstico principal como secundario, que codifican la enfermedad tuberculosa activa de cualquier localización anatómica. Igualmente se consultaron los registros de micobacterias del Laboratorio de Microbiología del Complejo Asistencial y los casos de tuberculosis declarados al sistema EDO. Posteriormente se revisaron las historias clínicas de todos los pacientes detectados en los 3 registros utilizando los criterios descritos por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE) para caso de tuberculosis por diagnóstico clínico y/o de laboratorio10.

El CMBD aportó un total de 336 pacientes que, según este registro, tenían un diagnóstico de enfermedad tuberculosa durante el periodo estudiado. Tras la revisión de las historias clínicas se observó que 69 pacientes (20,5%) de dicho registro no tenían tuberculosis. En más de la mitad de estos pacientes sin tuberculosis (59,4%) la enfermedad se había sospechado en el momento del alta pero las revisiones posteriores descartaron el diagnóstico. En el resto la historia clínica demostró que se trataba de pacientes con profilaxis tuberculosa (15,9%) o con tuberculosis antigua (17,3%), los cuales son procesos no incluidos en los códigos de diagnóstico consultados, o bien otros errores de codificación sin relación con tuberculosis (7,2%). Además, 8 pacientes fallecieron en el servicio de urgencias y se codificaron múltiples posibilidades y en 5 casos no apareció la historia clínica por lo que no se pudo confirmar el diagnóstico.

El número de pacientes con enfermedad tuberculosa verdadera según criterio RENAVE hallados de forma conjunta en las 3 fuentes utilizadas (CMBD, registro de micobacterias del Laboratorio de Microbiología y sistema EDO) fueron 347 pacientes. La comparación entre los registros mostró que 93 pacientes con enfermedad tuberculosa no constaban en el CMBD lo que supone el 26,8% de todos los pacientes con enfermedad tuberculosa detectados en la provincia a través de estos 3 registros. Por otro lado, 41 pacientes (11,8%) fueron detectados exclusivamente a través del CMBD y no figuraban en los otros registros.

De forma individual el registro de micobacterias del laboratorio de microbiología fue el que presentó mayor sensibilidad aportando más pacientes (78,6%), seguido del sistema EDO (77,5%), considerando en este solamente los pacientes en los que había obligación de declarar en el año de diagnóstico, y por último, el CMBD (73,1%).

La utilización del CMBD en la enfermedad tuberculosa permite, teóricamente, disponer de interesantes datos epidemiológicos, pero, para extraer conclusiones y prever tendencias, es necesario que dichos datos sean fiables. Debido a que este registro se basa en el informe de alta, los casos que se diagnostican con posterioridad no aparecen, y por el contrario, constan casos que al final se descartan. Además, los errores en la introducción de los datos también restan fiabilidad al registro. Los resultados obtenidos en este estudio muestran que solo 254 pacientes de los 336 incluidos en el registro del CMBD podían ser considerados, según criterio RENAVE, casos de tuberculosis por lo que el valor predictivo positivo de este registro fue del 75,5%.

Según estos datos, la información epidemiológica relacionada con la enfermedad tuberculosa que se puede obtener del CMBD como registro aislado es muy cuestionable y resulta imprescindible revisar la historia clínica de cada paciente para confirmar el diagnóstico. Por otro lado, la utilización conjunta de varios registros permite una mejor aproximación a los datos reales9,11 contrastando y completando los casos aportados por cada uno. De hecho, un 11,8% del total de pacientes detectados solamente figuraban en el CMBD ya que no tenían confirmación microbiológica ni habían sido declarados.

Una aproximación más sencilla sería utilizar solo 2 fuentes de datos, el CMBD junto con los registros microbiológicos, con lo que, tras la revisión de las historias clínicas, habríamos detectado el 98,5% de los pacientes incluidos en este estudio simplificando considerablemente el trabajo. Desde el año 2007 la encuesta epidemiológica se almacena en la aplicación informática Sistema de Información de Vigilancia Epidemiológica (SIVE) por lo que a partir de ese año resulta también de muy fácil acceso, en nuestro caso el registro del CMBD en combinación con las EDO aportó el 90,4% de los pacientes del estudio. Otros registros que hubiese resultado interesante valorar serían los de anatomía patológica o los de dispensación farmacéutica, no incluidos en nuestro estudio, pero que podían haber permitido detectar más casos, con lo que la sensibilidad del CMBD sería aún menor.

En conclusión, consideramos que la información epidemiológica relacionada con la enfermedad tuberculosa que se puede obtener del CMBD presenta una baja correlación con la situación epidemiológica real pero su utilización en combinación con otros registros es de gran utilidad mientas no se disponga de un registro que incluya con total fiabilidad todos los pacientes3.

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