El uso de cigarrillos electrónicos y de otros productos para vapear se ha disparado en los últimos años a lo largo de todo el mundo1. El consumo se ha hecho frecuente entre la población de jóvenes y de adultos jóvenes en los países anglosajones2. En España, un estudio del año 2014 mostró que el 10,3% de la población había usado cigarrillos electrónicos en alguna ocasión3. Un estudio más reciente señala que el consumo de estos dispositivos está aumentando4. Muchos factores han contribuido a esta diseminación; entre ellos, los más importantes son: las campañas de las multinacionales tabaqueras promoviendo su consumo, el apoyo de relevantes instituciones sanitarias al consumo de los mismos5,6 y la discusión que ello ha provocado entre grupos de profesionales sanitarios que están en contra de su utilización7-9 y otros que están a favor5-6. Todo ello ha servido para que una buena parte de la población general de fumadores haya sido engañada con la «estrategia de la reducción del daño» y permanezca anclada en el consumo de otras formas de tabaco con la vana ilusión de un «consumo seguro»10.
Pero la realidad del tabaquismo es cruel e inclemente. Durante el mes de julio de 2019 los departamentos de salud de Wisconsin (WDHS) y de Illinois (IDPH) recibieron información de algunos casos de enfermedad pulmonar grave de etiología imprecisa y asociada al consumo de cigarrillos electrónicos o de otros dispositivos de vapeo. Esto originó que ambos departamentos iniciasen un estudio de los casos reportados que culminó con una publicación en la que se analizaban 53casos de esta nueva enfermedad pulmonar asociada al vapeo11. El artículo describía las características epidemiológicas, anatomopatológicas, clínicas, radiológicas, analíticas y evolutivas de los casos y definía los criterios para distinguir entre caso probable y caso confirmado10. De forma resumida, se trataba de sujetos con una media de edad en torno a 19años, y el 83% de ellos hombres. Todos habían utilizado dispositivos de vapeo (muchos para inhalar tetrahidrocannabinol) 90días antes de la presentación de los síntomas (tos, expectoración, disnea, dolor torácico, vómitos, náuseas, dolor abdominal, fiebre y cefaleas eran los más frecuentes) y tenían infiltrados pulmonares difusos que no podían ser atribuidos a otras causas. Hasta un 95% de ellos necesitaron ser hospitalizado, el 58% requirieron ingreso en la UCI y uno (2%) murió11. Los datos más recientes en el momento de escribir este artículo (noviembre de 2019) muestran que la epidemia se ha extendido a todos los estados (con la excepción de Alaska), que se han detectado 2.051 casos y se han producido 39muertes confirmadas por esta enfermedad, aunque otras siguen en investigación12. La mayoría de estos pacientes utilizaban los dispositivos para inhalar tetrahidrocannabinol y habían obtenido los líquidos de forma irregular o ilegal12. En el momento actual la enfermedad ha sido bautizada con el nombre de EVALI, y en el líquido de lavado broncoalveolar de algunos pacientes se ha encontrado acetato de vitaminaE, sustancia que está siendo valorada como causante de este proceso 11,12.
El tabaquismo es una enfermedad crónica que, de acuerdo a los datos más recientes de la OMS, causa alrededor de 6millones de muertes13. El Convenio Marco para el Control del Tabaquismo (CMCT) y la estrategia MPOWER se muestran como las herramientas más eficaces y seguras para combatir esta epidemia14. No es cierto, como se dice desde sectores próximos a las compañías tabaqueras, que estas estrategias estén fallando y no sean capaces de controlar el tabaquismo15. Sí es cierto que cuando estas estrategias son correctamente implantadas y adecuadamente vigilado su cumplimiento en un determinado país, se obtienen resultados beneficiosos a corto y a medio plazo que son innegables. En este estudio se analizaron datos de 126países y se encontró que los que habían implementado las medidas recomendadas por el CMCT tenían mayor reducción de la prevalencia del tabaquismo y bajaban más las tasas de morbimortalidad asociada a esta enfermedad16. La estrategia MPOWER preconiza la monitorización de la epidemia del tabaco, la potenciación de espacios libres de humos, la elevación de los precios del tabaco y la oferta de ayuda a los fumadores para que dejen de serlo, entre otras14.
No hay atajos para combatir esta epidemia. El único camino es el marcado por la estrategia MPOWER y el CMCT. Y lo que todos los profesionales sanitarios debemos hacer es velar por el estricto cumplimiento de todos los postulados de dicha estrategia con el convencimiento de que esa es la correcta dirección. Es de destacar la gran actividad llevada a cabo por las principales instituciones científicas del ámbito de la salud respiratoria7-9 en favor de aquella estrategia y en contra de las voces procedentes de otras instituciones científicas que se mostraban más tibias y domesticadas en favor del uso de los dispositivos de vapeo5,6.
Una pregunta que todavía queda por responder es si esta epidemia que ha sido visualizada en los Estados Unidos de América no está presente en otros países. La Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha creado el Registro de Enfermedad Pulmonar grave asociada al vapeo (https://separ.es/node/1634). Se ha enviado una carta a todos los miembros de dicha sociedad comunicándoles las características de este proceso patológico y animándoles a que lo descarten ante cualquier paciente con sintomatología sospechosa y con antecedentes de consumo de cigarrillos electrónicos o de otros productos de vapeo, que siempre debe ser investigado (comunicación interna enviada a todos los socios de SEPAR en noviembre de 2019). Este Registro servirá para investigar sobre este proceso y controlar con celeridad su difusión en caso de que llegase a producirse en nuestro país.
Resumiendo, el tabaquismo es uno de los principales problemas sanitarios en el mundo. El CMCT y la estrategia MPOWER son los instrumentos más eficaces y seguros para controlarlo. Las estrategias de reducción del daño no funcionan para controlar esta epidemia. El uso de los cigarrillos electrónicos y de otros dispositivos de vapeo tiene riesgos para la salud a corto, a medio y a largo plazo. El primer aviso lo estamos teniendo con la aparición de esta nueva enfermedad que ya afecta a más de 2.000 personas y que ha causado la muerte a 39 de ellas.