La presentación de la tesis doctoral (TD) para un posgraduado mejora las oportunidades de trabajo, genera motivación para una carrera docente, mejora las competencias académicas, aumenta el desarrollo personal y aporta conocimiento. El problema atribuido a las TD es que contribuyen poco al conocimiento contemporáneo, pues la mayoría de los trabajos (70%) no se hacen visibles a la comunidad científica1. Para explicar este hecho se han identificado la falta de confianza del autor en su calidad, la falta de soporte y orientación por parte del director de la tesis, la falta de habilidades y aprendizaje de cómo escribir un trabajo de investigación para que este sea publicado, además de que la publicación no es una prioridad para muchos autores2.
Por todo ello, las universidades han contemplado (en algunas desde hace más de 5 años), como una clara innovación, la realización de la TD a través del nuevo formato denominado por compendio de publicaciones (TCP)3. La TCP no es una mera agrupación de publicaciones, sino que estas tienen que reunir determinadas condiciones y coherencia realizando una original y relevante contribución en un área de conocimiento3.
Entre las ventajas de las TD tradicionales encontramos que pueden representar más el trabajo del doctorando, ser escrita más rápidamente, sin límite de palabras, puede ser más aceptada en ciertos foros de examinadores, puede presentar una mayor coherencia y el análisis de resultados puede ser presentado en bloque. Entre las desventajas encontramos una menor confianza en los hallazgos científicos encontrados y poca supervisión posterior para el desarrollo de habilidades para publicación3.
Entre las ventajas de la TCP encontramos que se consigue una mayor producción y mayor impacto (mayor visibilidad) no solo para el doctorando sino también para la universidad, una mayor experiencia en metodologías, difusión y colaboración del investigador3. Además, se consigue un feedback independiente en el progreso del trabajo realizado, incrementa la probabilidad de completarlo, de desarrollar nuevas ideas y de colaborar en grupos relevantes3. Por el contrario, entre las desventajas se encuentran el que no exista una adecuada coherencia entre los trabajos alrededor del tema investigado llegando a ser una mera agrupación de estudios, la dificultad en establecer la contribución como autor del candidato, y que debe exigirse una plena dedicación de los directores de la TCP. Es preocupante que la presión por publicar que se ejerce sobre el doctorando puede dar lugar a una práctica no deseable como son los salamis (dividir un trabajo en varios) y por otra parte habrá que dejar claro los derechos de autor del candidato3.
La experiencia puede ser muy beneficiosa4 habiéndose identificado aquellos factores primordiales para iniciar una TCP: requerimientos de la universidad, actitud de los supervisores, investigación a escoger, propiedad intelectual, estilo y capacidad de trabajo y las colaboraciones. Otro aspecto práctico es la utilidad de las tesis como herramienta de análisis de la investigación5: indicador de tendencias, identifica la producción, los resultados y la estructura social de la universidad.
La TCP supone una clara innovación para el desarrollo de una TD, siendo en la actualidad una realidad. La TCP genera conocimiento y visibilidad, y quizá resulte más rentable a la hora de optimizar el tiempo y el trabajo.