El progreso que ha experimentado la medicina en las últimas décadas y las consiguientes mejoras en la salud y la longevidad de la población, junto con los avances en el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades, se han visto potenciados por la incorporación a la práctica médica de las innovaciones tecnológicas surgidas en áreas como la biología celular, la bioquímica, la farmacología, la inmunología, la genética, la biofísica o la bioingeniería. Una de las pocas excepciones en este rápido proceso de aplicación de los avances tecnológicos a la medicina se encuentra en el campo de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC). En efecto, su penetración en la práctica clínica es mucho menor que en otros campos científico-profesionales, e incluso menor que en nuestra vida cotidiana. Para paliar este déficit y facilitar la comunicación tanto entre médico y paciente como entre profesionales, así como para acercar la asistencia al paciente, se han puesto en marcha iniciativas públicas tanto en Europa1 como en EE.UU.2.
En el caso específico de la neumología, el uso de las TIC en la práctica clínica habitual es particularmente reducido. Algunas aplicaciones se han centrado en la teleconsulta entre profesionales de distinto nivel de especialización3–6. Otras experiencias de telemedicina respiratoria se han dirigido al seguimiento y teleasistencia de pacientes con enfermedad pulmonar obstructiva crónica, asma, fibrosis quística o trasplante pulmonar7–12. Con la excepción de la teleespirometía13, las iniciativas de TIC ligadas al registro de señales fisiológicas respiratorias se han reducido a algunos estudios preliminares durante la ventilación mecánica domiciliaria14,15. En todos los casos se trata de experiencias piloto que no han permitido demostrar de forma fehaciente su coste-efectividad y que, por lo tanto, no se han plasmado en una aplicación sistemática.
Las enfermedades respiratorias durante el sueño constituyen un área donde la telemedicina tiene una gran potencialidad, tanto por la prevalencia de estos trastornos como por su naturaleza crónica. Entre las posibles aplicaciones de la telemedicina en esta área figuran, por una parte, las enfermedades respiratorias del sueño propiamente dichas (síndrome de apnea/hipopnea obstructiva del sueño y respiración de Cheyne-Stokes), y por otra, enfermedades que, sin ser específicas del estado de sueño, manifiestan alteraciones respiratorias nocturnas o requieren soporte ventilatorio durante el sueño, tales como la insuficiencia respiratoria crónica por alteraciones neuromusculares o de la caja torácica, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica o síndrome de hipoventiación/obesidad. Hasta el momento se han efectuado experiencias de transmisión telemétrica de señales fisiológicas durante el sueño16–18 o durante la ventilación mecánica domiciliaria14,15. Además, se ha propuesto el uso de la telemedicina para supervisar y potenciar el cumplimiento del tratamiento con presión positiva continua de la vía aérea (CPAP)19,20 o para efectuar la titulación de CPAP domiciliaria en tiempo real21. Sin embargo, como en el caso de las otras aplicaciones de la telemedicina en neumología, se trata de estudios piloto todavía no consolidados.
Posiblemente, el principal problema que en la actualidad limita la aplicación amplia de las TIC a la práctica asistencial reside en el modelo de arquitectura informática que más habitualmente se ha utilizado en los ensayos de telemedicina. El modelo de organización de información más empleado se basa en la existencia de una red gestionada mediante un servidor centralizado que opera a través de un centro de llamadas (call center)22,23. Esta arquitectura requiere el establecimiento de complejos y costosos acuerdos económicos/legales entre los hospitales, las compañías que proveen las plataformas de telemedicina y las compañías proveedoras de líneas de telecomunicación. Además, muchos de los modelos de telemedicina que se han ensayado hasta el momento han requerido que el domicilio del paciente esté equipado con un ordenador y una línea de internet, a menudo de altas prestaciones, lo que ha dificultado su aplicación en pacientes de edad avanzada o con nivel socioeconómico bajo. Un enfoque centralizado de las TIC en medicina posiblemente sea adecuado para la explotación de una aplicación consolidada. Sin embargo, su implementación en aplicaciones que, como la telemedicina en las enfermedades respiratorias nocturnas, aún están en fase de desarrollo lleva a menudo a una situación de difícil salida. En efecto, por una parte es prácticamente imposible efectuar estudios clínicos de coste-efectividad de la telemedicina porque su aplicación requiere una plataforma de TIC compleja y costosa. Por otra parte, las empresas de TIC y los hospitales no desarrollan estas plataformas porque no hay estudios que evidencien su coste-efectividad. Como resultado de este círculo vicioso, la telemedicina respiratoria presenta un grado de desarrollo y una consolidación menores de lo que cabría esperar teniendo en cuenta los avances tecnológicos disponibles24.
En este sentido, se puede destacar una novedad en el desarrollo y comercialización de tecnología de la telecomunicación que puede permitir descentralizar el modelo de arquitectura de las TIC para la telemedicina, en particular en el campo de las enfermedades del sueño. Actualmente están disponibles en el mercado, a bajo coste, circuitos integrados miniaturizados que permiten disponer de un módulo capaz de: a) capturar las señales digitales de cualquier aparato convencional (p. ej., un aparato de CPAP, un ventilador domiciliario o un pulsioxímetro); b) enviar señales de control a cualquier aparato (p. ej., señales de control para modificar los parámetros de un ventilador), y c) lo más interesante, actuar como servidor de internet a través de una tarjeta SIM de telefonía móvil convencional con su propia dirección web y contraseña. Con la conexión de este módulo al aparato de CPAP o al ventilador se consigue una comunicación bidireccional inmediata y a bajo coste que permite el seguimiento continuo del paciente y la modificación de los parámetros de ventilación desde cualquier punto con acceso a internet25. Con esta conexión punto a punto entre el paciente y el profesional que se encarga de su tratamiento domiciliario, no es necesario disponer de una compleja plataforma de telemedicina específica. Además, no se requiere ningún tipo de infraestructura de comunicación (ordenador o internet) en el domicilio del paciente. Es de esperar que la implementación de los recientes y futuros avances en el desarrollo y comercialización de las tecnologías de telecomunicación permita una más amplia aplicación de la telemedicina tanto para la puesta en marcha de estudios destinados a evaluar su coste-efectividad como para su eventual aplicación rutinaria.
Trabajo financiado en parte por el Ministerio de Ciencia y Tecnología (SAF2005-00110).