La ascariasis es la infección helmíntica más frecuente. Pese a ello, la invasión de la pleura por helmintos es muy rara. Comunicamos el caso del hallazgo de una lombriz de Ascaris a través de una aguja de biopsia pleural.
Un varón de 60 años de edad y fumador acudió por presentar disnea de inicio gradual y curso progresivo y hemoptisis de un mes de evolución. El paciente también refería anorexia, pérdida de peso y malestar abdominal. En la exploración inicial se constató esplenomegalia, con ausencia de fiebre, adenopatías y hepatomegalia. La exploración torácica mostró matidez a la percusión de ambas bases pulmonares y disminución del murmullo vesicular. El resto de la exploración general fue normal. La radiografía de tórax reveló derrame pleural bilateral e infiltrados en ambos campos pulmonares. La tomografía axial computarizada (TAC) mostró derrame pleural bilateral y consolidaciones bilaterales que afectaban a ambos lóbulos superiores, el lóbulo medio y la língula (fig. 1). El recuento leucocitario fue de 96.000, con un 75% de eosinófilos. En la ecografía abdominal se observó esplenomegalia y un quiste esplénico simple, y el examen de heces constató amebiasis, observándose huevos de Ascaris en la repetición de este análisis. Basándose en los datos clínicos y analíticos se diagnosticó infestación por Ascaris. Se programó una biopsia pleural para diagnóstico de su patología torácica. Durante la aspiración percutánea del derrame pleural apareció una lombriz blanco-grisácea de 8cm de longitud a través de la aguja utilizada para la biopsia pleural (fig. 2), identificada como Ascaris lumbricoides. Se inició tratamiento con 400mg de albendazol durante 3 días, al cabo de los cuales se observó una mejoría de las opacidades pulmonares y del derrame pleural derecho en la radiología de seguimiento, si bien permanecía derrame pleural izquierdo residual.
La ascariasis es la infección helmíntica más frecuente, y se estima que su prevalencia a nivel mundial es del 25% (0,8-1,22 mil millones de personas)1. La ascariasis es más prevalente en niños de países tropicales y en vías de desarrollo, donde la contaminación de la tierra por heces humanas y el uso de heces no tratadas como fertilizantes la perpetúan2. La lombriz adulta parasita el tubo digestivo sin causar síntomas significativos. No obstante, cuando el entorno intestinal es desfavorable como, por ejemplo, en caso de inflamación u obstrucción intestinal, el Ascaris migra a zonas menos hostiles, lo que puede provocar complicaciones abdominales graves, como obstrucción biliar, colangiohepatitis, absceso hepático o pancreatitis3. Se han publicado 2 casos de ascariasis pulmonar en varones austríacos. Ambos presentaban disnea, tos no productiva, fiebre y eosinofilia (19 y 26%), uno de ellos con infiltrados pulmonares4. Lone et al. también describieron, en 2010, un caso raro de una lombriz de Ascaris que emergió a través de un tubo de toracostomía5. Nuestro caso está relacionado con una ascariasis intrapleural, una forma inhabitual de esta infestación de cuya posibilidad queremos llamar la atención.