El caso que presentamos (tabla 1), corresponde a una mujer de 68 años con historia 4 meses antes de su ingreso de carcinoma epidermoide de borde lingual tratado con cirugía y RT. Tras pasar desapercibido el neumotórax en una radiografía de urgencias, la paciente es ingresada por neumotórax del 20–30% en TC de control. En el contexto del estudio de este neumotórax se descubre la existencia de varias metástasis.
Cronología del curso clínico del paciente
4 meses PRE ingreso |
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3 meses a 1 mes PRE ingreso |
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1 mes PRE ingreso |
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Día 1 Ingreso |
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Día 4 Ingreso |
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Día 6 Ingreso |
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Día 8 Ingreso |
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Día 12 Ingreso |
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Día 16 Ingreso |
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Día 30 Ingreso |
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AP: Anatomía patológica; DET: Drenaje endotorácico; LID: Lóbulo inferior derecho; LSI: Lóbulo superior izquierdo; Rx: Radiografía de tórax.
La coexistencia de un neumotórax junto con enfermedad pulmonar maligna es muy rara (0,371–2%2 del total de los neumotórax), siendo esta la causante del mismo en únicamente el 0,03–0,85% de los neumotórax espontáneos. Cuando esta etiología maligna corresponde a enfermedad tumoral secundaria, esta suele deberse a metástasis de tumores osteogénicos, sarcomas de tejidos blandos y tumores de células germinales, siendo especialmente frecuente en aquellos casos en los que se haya administrado quimioterapia3.
Para la producción del neumotórax secundario a una metástasis se postulan 4 teorías principales, las cuales son; (1) necrosis directa del tumor por isquemia del mismo a causa del rápido crecimiento, que condiciona la fístula broncopleural que motiva la fuga aérea persistente4; (2) mecanismo valvular por la estenosis del bronquio debida al crecimiento de la neoplasia, que produce una hiperinsuflación distal, que resulta en una bulla que finalmente se rompe hacia la cavidad pleural4, (3) la existencia previa de bronquitis o bullas enfisematosas, las cuales terminan rompiéndose debido a la perturbación de la arquitectura pulmonar secundaria al cáncer2 y (4), en raras ocasiones, la afectación tumoral de la pleura.
El mecanismo etiopatogénico en este caso puede ser por una parte correspondiente a la rotura de las cavidades quísticas subpleurales hacia pleura, aunque tampoco es descartable la afectación directa pleural como mecanismo tanto de producción como de perpetuación, dada la positividad para células compatibles con carcinoma epidermoide en el líquido pleural obtenido.
Los carcinomas epidermoides de cabeza y cuello tienen una gran tendencia a la diseminación. Si bien el órgano más frecuentemente afectado es el pulmón, la producción de neumotórax espontáneo secundario a estas es extremadamente raro, habiendo únicamente otros 2 casos reflejados en la literatura5,6.
En conclusión, el neumotórax espontáneo asociado a metástasis pulmonar es una patología rara. Aun así, el neumotórax puede ser el primer signo de enfermedad metastásica pulmonar, por lo que en pacientes con antecedentes neoplásicos deberá realizarse su despistaje.