En nuestro servicio ingresó un varón de 38 años con dolor y sensibilidad torácicos de un mes de evolución y que se habían exacerbado gradualmente en los últimos días. La exploración sistémica y las constantes vitales fueron normales. En sus antecedentes constaba una hematuria asintomática microscópica 3 años antes que llevó a diagnóstico de carcinoma vesical. Había recibido 16 ciclos de tratamiento con el bacilo Calmette-Guérin (BCG) que habían terminado hacía aproximadamente 16 meses. Para descartar la posibilidad de metástasis distante en la pared torácica se realizó una gammagrafía ósea de cuerpo entero. Al detectar el aumento de actividad a la altura de la 5.ª costilla, decidimos realizar una tomografía por emisión de positrones/tomografía computarizada (PET/TC) de cuerpo entero con 18F-fluoro-2-deoxi-D-glucosa (18F-FDG PET/TC). La 18F-FDG PET/TC reveló un incremento de actividad (SUVmax: 5,6) en la estación ganglionar linfática 11L, en la región hiliar izquierda. Aunque el prediagnóstico había sido metástasis del carcinoma vesical primario, el análisis histopatológico de las muestras obtenidas mediante punción-aspiración transbronquial guiada por ecografía endobronquial (fig. 1A) reveló la presencia de linfadenitis granulomatosa (fig. 1B). Por lo tanto, el paciente recibió tratamiento farmacológico empírico cuádruple frente a tuberculosis compuesto por isoniazida (300mg/día), rifampicina (600mg/día), etambutol (800mg/día) y pirazinamida (1g/día) durante 6 meses. En la PET de revisión a los 6 meses se observó que la captación FDG se había reducido (SUVmax: 1,1) en comparación con los niveles anteriores. El paciente no refirió molestias en la revisión al año.
El BCG es una opción importante de tratamiento adyuvante para reducir el riesgo de recurrencia y el avance del carcinoma vesical1. El tratamiento con BCG intravesical presenta algunas complicaciones sistémicas y localizadas, aunque son poco frecuentes. La mayoría de los efectos adversos localizados suelen ser autolimitados e incluyen hematuria, disuria, cistitis, prostatitis y orquitis. Sin embargo, los efectos adversos sistémicos son menos comunes y pueden ir desde una simple febrícula hasta una insuficiencia multiorgánica potencialmente mortal2.
En la bibliografía en inglés, existen varios estudios sobre casos de linfadenitis granulomatosa pulmonar o extrapulmonar secundarios a instilación de BCG. Existe un importante debate acerca de si las complicaciones infecciosas secundarias al BCG se deben a una reacción por hipersensibilidad o a infección activa. Algunos estudios han hallado bacterias viables en distintos tejidos, como pulmonar, pancreático o hepático, lo que indica una infección activa3,4. Por su parte, la hipótesis de la hipersensibilidad está respaldada por los trabajos en los que no se pudieron aislar microorganismos5. Ese ha sido nuestro caso, pues no pudimos evidenciar la presencia de bacilos acidorresistentes en 3 muestras de esputo ni en una de lavado broncoalveolar e incluso los resultados de los cultivos fueron negativos.
En resumen, el valor de este caso reside en su ilustración de una complicación característica de la instilación de BCG intravesical. Con este artículo, esperamos resaltar la importancia de tener presentes las distintas complicaciones del tratamiento con BCG intravesical, aunque exista sospecha clínica de infección por BCG.
Conflicto de interesesSin conflicto de intereses ni financiación.