El hecho de que el primer síntoma de un tumor primario sea una metástasis ósea no es infrecuente y debe formar parte del diagnóstico diferencial en un paciente que tenga algún antecedente de riesgo. El cáncer de pulmón tiene una predilección por el hueso, y las metástasis generalmente asientan en el fémur proximal.
Presentamos el caso clínico de una mujer de 56 años, sin antecedentes de interés —salvo ser fumadora de un paquete diario— que consultó por dolor en la región trocantérea de 2 meses de evolución. Fue tratada como una bursitis trocantérea, con mala respuesta a los antiinflamatorios no esteroideos. Ante la falta de mejoría y las radiografías de mala calidad, se decidió realizar una resonancia magnética (RM), en la cual se apreció una imagen central y expansiva de características agresivas localizada a nivel del trocánter mayor de la cadera derecha (fig. 1). Con la sospecha de una tumoración maligna metastásica o primaria se realizó un estudio de extensión con tomografía computarizada toracoabdominal en la que se apreció una masa pulmonar suprahiliar izquierda de 20×23mm que infiltra la ventana aortopulmonar con adenopatías mediastínicas homolaterales, imagen osteolítica en el cuello femoral derecho intertrocantérea de 45mm con masa de partes blandas. Fibrobroncoscopia con mucosa inflamatoria en el lóbulo superior izquierdo. Aspirado bronquial sin células neoplásicas. PET/TC: masa parahiliar izquierda de 20×25mm (SUV 16), lesión lítica con masa de partes blandas en la zona trocantérea del fémur derecho (SUV 8,7). Analítica: hemograma, 3.750 leucocitos; hemoglobina, 8,5g/dl; plaquetas, 164.000. Bioquímica: albúmina, 3g/dl; fosfatasa alcalina, 113U; lactato deshidrogenasa, 130U; resto, normal. Iones y coagulación, normales. Antígeno carcinoembrionario, 127ng/ml; Ca15.3, 37U/ml; Ca 125 y Ca 19.9, normales. Se realizó biopsia percutánea de la región trocantérea guiada con radioscopia, que fue informada como compatible con metástasis de adenocarcinoma de pulmón.
Con dicho diagnóstico, y dada la inmovilidad de la paciente, se optó por realizar una resección completa de la metástasis a nivel del trocánter y sustitución del defecto mediante la implantación de una megaprótesis. El postoperatorio fue adecuado, con deambulación con andador a los 5 días y con el uso de un tutor externo al mes.
EvoluciónSe inició quimioterapia sistémica con cisplatino y vinorelbina hasta completar 6 ciclos, sin presentar incidencias y con una calidad de vida aceptable para la paciente. A los 7 meses la paciente fue ingresada por un proceso de deterioro y desorientación, y tras realizar una RM cerebral fue diagnosticada de metástasis cerebrales. Se realizó radioterapia holocraneal, pero al mes la paciente empezó con dolores óseos generalizados, disfagia y disnea progresiva secundaria a la progresión de la enfermedad a nivel pulmonar y mediastínico. La paciente falleció a los 13 meses del diagnóstico.
DiscusiónEs importante, dentro de los diagnósticos diferenciales del dolor musculoesquelético, tener presente la patología tumoral, especialmente en pacientes que tienen factores de riesgo como el tabaquismo1. Es difícil diagnosticar clínicamente un tumor primario óseo o una metástasis, pero se debe sospechar cuando el dolor es continuo, se mantiene en reposo y no mejora con el tratamiento analgésico. Ante un dolor de estas características se debe realizar una radiografía simple de la región afectada, ya que es una prueba que aporta gran información. En las edades medias de la vida, y principalmente cuando es mayor de 60 años, el diagnóstico diferencial comprende en primer lugar un origen metastásico y en segundo lugar un tumor primario, como el tumor de células gigantes o el osteosarcoma. Dentro de las estirpes tumorales de pulmón, la que presenta una mayor frecuencia de metástasis óseas es el cáncer no microcítico, la mayoría de ellas (66%) detectadas en el momento del diagnóstico inicial2. El manejo cuando estas lesiones son metastásicas varía en función de la posible supervivencia. Aunque el pronóstico sea ínfimo, realizar una cirugía de la zona, especialmente cuando es la cadera, facilita mucho la movilización del paciente y le proporciona una calidad de vida alta. La mejor opción quirúrgica es la resección completa de la metástasis, especialmente cuando esta es única, y sustitución del defecto óseo implantando una megaprótesis. Los componentes generalmente son cementados para una incorporación ósea rápida para poder movilizar rápidamente al paciente3,4.
FinanciaciónLos autores declaran que no han obtenido ninguna fuente de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaran que no existe ningún conflicto de intereses respecto a este trabajo.