En el apartado de «Estudios de confirmación citohistológica y estadificación» del manuscrito «Recomendaciones SEPAR de diagnóstico y tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas», publicado en 20161 se hace referencia a la punción aspiración con aguja fina transtorácica (PAAFT) como técnica de diagnóstico histológico transtorácico del cáncer de pulmón (CP). Esta se realiza guiada habitualmente con tomografía computarizada (TC), o con control ecográfico. Los resultados apuntan a una sensibilidad global para diagnóstico de malignidad mayor o igual al 90%1.
Desde hace algunos años la biopsia con aguja gruesa (BAG) está consiguiendo excelentes resultados en el diagnóstico de tumores pulmonares que requieren un abordaje transtorácico2. Esta técnica también se realiza guiada con TC o ecografía y la principal diferencia está en el mayor tamaño de su aguja, y por tanto, de la muestra obtenida. Las indicaciones son similares que para la PAAFT, llevándola a cabo en caso de lesiones periféricas no alcanzables por otro procedimiento y cuando hay discordancia entre la probabilidad clínica de cáncer y los resultados de las pruebas de imagen.
La muestra obtenida mediante BAG, parece ser también suficiente para la clasificación y el análisis molecular del CP3. Aun así, existe cierta controversia en la literatura acerca de cuál técnica es más idónea para la clasificación de estos tumores o para la identificación de mutaciones, como el epidermal growth factor receptor (EGFR) o el anaplastic lymphoma kinase (ALK), entre otros, y con un menor índice de complicaciones. En este sentido encontramos varios estudios que han comparado distintas técnicas. En un primer metaanálisis de Yao X et al. se concluyó que no existían diferencias entre las 2 técnicas para diagnosticar el CP, pero la BAG pudiera ser más util para identificar lesiones benignas2. Estudios más recientes han mostrado resultados similares para el diagnóstico del CP, como el de Sangha B et al., donde la sensibilidad y la especificidad de la BAG fueron respectivamente del 89 y 100%, y de la PAAFT del 95 y 81%4. Además, a pesar de que ambas técnicas son eficaces en el análisis de biomarcadores/mutaciones, los recientes estudios de Ocak S et al. y Schneider F et al. mostraron que la BAG podría identificar mejor las lesiones y ser más rentable en estos análisis3,5. Esta mayor rentabilidad de la BAG pudiera estar ligada al tamaño mayor de la muestra obtenida.
Por otro lado, ninguno de estos estudios mostró diferencias significativas en el porcentaje de complicaciones con las 2 técnicas, a pesar de que en algunos casos pudieran ser mayores con la BAG2-4.
Con todo ello podemos elaborar una nueva recomendación, siguiendo la metodología planteada en las «Recomendaciones SEPAR de diagnóstico y tratamiento del cáncer de pulmón de células no pequeñas», y utilizando los mismos grados de recomendación segun el American College of Chest Physicians (ACCP) Grading System1.
Tanto la PAAFT como la BAG permiten el correcto diagnóstico del CP y la clasificación tumoral en base a las características morfológicas y a los estudios de inmunohistoquímica (grado 1B).