Recientemente se publicó en Archivos de Bronconeumología una nota clínica de Gómez-Seco et al.1 en la que se daba a conocer la presencia de una entidad desconocida hasta el momento en nuestro entorno: la antracoestenosis o antracofibrosis. En esta carta se describe un nuevo caso clínico en España con particularidades respecto a los otros tres previamente citados.
Mujer del medio rural de 66 años, no fumadora, sin antecedentes conocidos de tuberculosis ni de exposición al carbón aunque había estado inhalando humo de la combustión de madera a lo largo de toda su vida, diagnosticada previamente de síndrome del lóbulo medio, a la que en 2002 se le realizó una lobectomía del lóbulo medio por infecciones neumónicas de repetición.
Fue derivada a nuestro servicio en 2011 ante tos seca crónica, apreciándose en la radiografía de tórax un engrosamiento hiliar derecho y atelectasia-condensación parcial del bronquio segmentario anterior del lóbulo superior derecho (LSD). Dichos hallazgos fueron confirmados con TC torácica, encontrándose también bronquiectasias en LSD y una adenopatía paratraqueal derecha de 2cm (fig. 1A). Ante sospecha de carcinoma bronquial se realizó broncoscopia que mostró un muñón de lobectomía del lóbulo medio sin signos de neoformación y una extensa mancha de color negro en la entrada del bronquio del lóbulo superior izquierdo, de la que solo se pudo biopsiar una única muestra de tejido por sangrado importante, y que contenía mucosa bronquial con macrófagos en la lámina propia y pigmento citoplasmático negro, sin datos de malignidad. El resto de los bronquios segmentarios de ambos pulmones fueron impracticables por estenosis, especialmente manifiesta en los colindantes a la mancha hacia el culmen y la língula. En el broncoaspirado se aisló Mycobacterium tuberculosis resistente a isoniazida.
La paciente recibió tratamiento durante 6 meses con etambutol, piracinamida y rifampicina, tras el que se observó en la TC de control resolución parcial del infiltrado en el bronquio segmentario anterior del LSD con normalización del tamaño de la adenopatía (fig. 1B). El aspecto endoscópico no experimentó cambios a pesar del tratamiento. En nuevas muestras de broncoaspirado y lavado broncoalveolar se confirmó la erradicación del bacilo de Koch.
La antracoestenosis o antracofibrosis es una entidad descrita en 1998 por Chung et al.2 diferenciada de la neumoconiosis del carbón. Es más frecuente en mujeres no fumadoras con edad entre los 60 y 70 años habitantes de zonas rurales de Asia y de África subsahariana. La etiopatogenia no está completamente aclarada y se postulan varias hipótesis no excluyentes entre ellas. Las 2 principales acerca de los agentes desencadenantes son la inhalación de humos procedentes de la combustión incompleta de biomasa y la tuberculosis pulmonar (TBC)1–4. En la primera hipótesis, aunque los movimientos ciliares eliminen la mayoría de las partículas inhaladas siempre quedan restos acumulados en puntos de subdivisión de la vía aérea en cantidad residual, lo cual activa a los macrófagos alveolares y altera la respuesta inmune celular favoreciendo infecciones3. La segunda hipótesis relaciona la antracoestenosis con la TBC: se cree que es una respuesta inmunológica exagerada a los antígenos de M. tuberculosis, infartándose los ganglios linfáticos en las cadenas adyacentes a los bronquios hacia los que drenarían su contenido caseoso en caso de que lleguen a romperse, generando fibrosis2,3. La broncoscopia es la prueba fundamental para el diagnóstico, debiéndose observar broncoestenosis a varios niveles y parches de pigmentación antracótica en la mucosa bronquial3. Para realizar un buen diagnóstico diferencial se debe de descartar el carcinoma broncogénico e ir más allá de la mera tuberculosis endobronquial (con afectación focal de un solo segmento o lóbulo y sin distribución parcheada)3.
Hasta la publicación de la serie de 3 casos de Gómez-Seco et al.1,en abril de 2012, no se había notificado en España la existencia de pacientes con antracoestenosis. En este cuarto caso descrito en nuestro país, la particularidad se halla en la presencia conjunta de los 2 principales factores desencadenantes hipotéticos: la exposición a humo procedente de la combustión de leña y una TBC. Es importante no olvidar el hecho de que aún se emplea ampliamente el fuego de leña en los países occidentales, tanto en ambientes rurales como en entornos urbanos deprimidos, suponiendo un factor de riesgo para enfermedades respiratorias como la TBC, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, la neumonía y el cáncer4.
Conflicto de interesesLos autores declaran no tener ningún conflicto de intereses.