primitivo, médula ósea, nódulos linfoides,
cartílago, hueso, formaciones epiteliales
glandulares y tubulares.
Se diagnósticó de teratoma.
El posoperatorio fue normal.
El primer caso, de localización típica,
destaca por la gran evolución de las lesiones.
Aproximadamente un 20-25 por 100
de los teratomas son malignos, casi siempre
bajo la forma de carcinomas (adenocarcinoma
o carcinoma papi!ífero). La evo/ución
en este caso rue rap1ctlsíma, pues al
mes y medio presentó una recidiva local y
dos metástasis en lóbulo superior derecho.
El segundo caso es de gran rareza por su
localización pastero-inferior. Hasta la fecha
sólo se han descrito cuatro casos con éste.
Todo lo demás recuerda fielmente con el
concepto de carcinoma.
En ninguno de los dos casos aparecieron
en la radiografía imá.aenes de hueso, dientes,
etcétera, lo que hubiese facilitado el
diagnóstico preoperatorio.
Adenopatías fímicas del mediastino
Doctores G. Téllez de Peralta, J. J. Rufilanches Sánchez y D. Figuera Aymerich
Generalmente, la tuberculosis primaria
infantil, con su complejo anatomopatológico
constituido por la lesión parenquimatosa y
la adenopatía satélite, suele cursar de modo
benigno hacia la curación, a no ser que se
complique.
Dentro de las complicaciones que se
producen, a pesar de un tratamiento médico
adecuado, llamamos la atención sobre
las adenopatías satélites, que a veces, en
lugar de regresar, pueden continuar evolucionando,
caseificarse y perforar o distorsionar
los bronquios, dando lugar a una
serie de complicaciones que integran lo
que podríamos llamar complicaciones regionales
de origen ganglionar del complejo
primario. Y esto ocurre porque es un hecho
comprobado que las drogas antituberculosas
tienen menos efecto sobre las adenopatías
fímicas que sobre las lesiones
parenquimatosas.
No se debe tomar una decisión quirúrgica
sin realizar previamente un adecuado y
completo estudio del enfermo.
El tratamiento en los casos de complejo
primario infantil con complicaciones regionales
de origen ganglionar que no se han
resuelto después de un tratamiento médico
bien conducido debe consistir en resecar
294
RESUMEN
la adenopatía responsable o practicar su
vaciamiento. En los adultos, aunque las
adenopatías fímicas mediastínicas o hiliares
se compliquen con mayor rareza, deben
también ser intervenidos para eliminar un
importante foco caseoso crónico, en el que
casi siempre es posible evidenciar bacilos
tuberculosos aunque la enfermedad esté
aparentemente inactiva.
Esta conducta puede parecer a algunos
extremadamente agresiva, sobre todo a
quienes sostienen el criterio de la benignidad
habitual del complejo primario. Pero
no resulta tan agresiva si tenemos en
cuenta que Frostad encuentra perforaciones
bronquiales en el 28 por 100 de los
niños sospechosos sometidos a exploraciones
broncoscópicas y a la inocuidad de la
operación que proponemos, que dependerá
de la situación anatómica del ganglio o de
los ganglios afectos. Siempre que sea posible,
sin riesgos, debe resecarse la adenopatía.
Pero con mucha frecuencia, la situación
del ganglio en la intrincada encrucijada hiliar
y su adherencia a los vasos vecinos
hacen desaconsejable intentar su resección,
máxime cuando los mismos resultados se
obtienen abriendo el ganglio y vaciando
cuidadosamente su contenido caseoso con
una cucharilla de Volkmann. Si existe
perforación bronquial puede utilizarse la
misma cápsula del ganglio para obturarla.
Si la reexpansión pulmonar es completa y
permanente, utilizando succiones posoperatorias
de alto vacío no se producen complicaciones
pleurales a pesar de la comprobación
de bacilos en el caseum ganglionar.
Esta ha sido la experiencia proporcionada
por cuatro casos operados en la Clínica
" Puerta de Hierro" que siguieron todos
ellos un curso muy satisfactorio, sin complicaciones
posoperatorias.
Tumores del mediastino posterior:
Ganglioneuromas
Doctores G . Téllez de Peralta, J. J. Rufilanchas Sánchez, M . Nieto González y O.
Figuera Aymerich
El 90 por 100 de los tumores de mediastino
posterior son de origen nervioso.
Suelen situarse en el canal paravertebral ,
don'1e se encuentra la cadena simpática,
origsr. generalmente de estos tumores,
aunuue pueden proceder también de los
nervio ~• intercostales. Habitualmente ocupan
la parte superior del canal paravertebral.
Los tumores neurogénicos se pueden dividir
en dos grandes grupos: a) los que se
originan en las hojas neurales, neurofibromas
y neurinomas, y b) aquéllos en le> que
predominan los elementos ganglion.Jre s,
ganglioneuromas, que son los que motivan
la presente comunicación.
tnc1dencias. Suelen encontrarse a menudo
en jóvenes. La edad media encontrada
por Ringertz y Lidholm (1956) en una serie
de 11 ganglioneuromas de mediastino fue
de vei nticinco años y es excepcional observarlos
en niños menores de cuatro años.
Unicamente se conocen los casos refP.riclos
por Blalock (1934), Scoville (1956) y
Shephard y Sutton en 1 958. Son más frecuentes
en el sexo femenino, con un predominio
de 3/2 sobre tos varones, y tienen
ligera tendencia a aparecer en el lado derecho.
Son tumores rel ativamente raros. En la
serie de Ringertz y Lidholm, que incluye
155 tumores de mediastino, constituyen,
RESUMEN
considerando también los ganglioneuroblastomas,
el 17 por 100 de los que aparecen
en el mediastino posterior.
En la Clínica " Puerta de Hierro" hemos
tenido ocasión ·de estudiar a tres enfermos
que presentaban tumoración de este tipo.
En todos ha sido lo más llamativo la ausencia
de sintomatología clínica que presentaban,
hasta el punto de que han sido
hallazgos radiológicos con motivo de exploraciones
radiológicas por otro proceso lo
que demostró su existencia. El tratamiento
quirúrgico se llevó a cabo, resecándose la
tumoración, sin especiales dificultades técnicas.
El curso posoperatorio fue siempre
excelente.
En el estudio anatomopatológico de las
piezas se apreciaba al corte, macroscópicamente,
que eran unas tumoraciones sólidas
que aparecían encapsuladas. con una superficie
blanquecina brillante y de aspecto
gelatinoso. En el estudio microscópico se
apreciaba una mayoría de campos con muy
pocas célu las ganglionares y el resto estaba
constituido por fibras multidireccionales
en una matriz mixoide. Solamente en un
campo seleccionado, donde el tumor era
más intensamen'te celular. podían observarse
agrupaciones de células grandes. de citoplasma
amplio, que correspondían a células
ga nglionares maduras, lo que permitió
identificarlos como glanglioneuromas.
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