La actinomicosis pulmonar es una infección pulmonar necrosante que se puede presentar tras la aspiración de un cuerpo extraño. Aproximadamente un 50% de los casos pueden simular un carcinoma pulmonar1.
Presentamos el caso de una mujer de 76 años diagnosticada de neumonía en lóbulo inferior derecho (LID) en septiembre de 2014, la cual se trató con azitromicina 500mg/24h, durante una semana. Tras completar el ciclo de antibiótico consultó por disnea que se acompañaba de tos con expectoración blanquecina maloliente y fiebre. Se realizó una TAC torácica (fig. 1A) donde se observó una condensación pulmonar heterogénea en el LID, sin evidencia de lesión central obstructiva. La paciente recibió un nuevo ciclo de antibiótico con amoxicilina/ácido clavulánico (1.000/200mg) durante 14 días.
A) Condensación pulmonar heterogénea en el lóbulo inferior derecho, sin evidencia de lesión central, que se asocia a engrosamiento mural. B) Inflamación mixta aguda y crónica, focalmente abscesificante, asociada a cuerpo extraño (espina de pescado), con sobreinfección por Actinomyces, fibrosis y cambios reactivos perilesionales.
En septiembre de 2015 presentó un cuadro de hemoptisis y se realizó una fibrobroncoscopia donde se observó un «tapón de fibrina en un subsegmento medial del LID». Se realizó una angiografía bronquial, donde se observó una lesión hipervascularizada a la altura del hilio derecho, que recibía irrigación de una arteria bronquial derecha dependiente de un tronco intercostal. Se completó el estudio con una PET/TC donde se observó lesión en LID con un SUV (valor estandarizado de captación) máximo de 4. Se decidió realizar tratamiento quirúrgico por la elevada sospecha de malignidad, y por el episodio de hemoptisis. Dada la localización de la lesión se realizó una lobectomía inferior derecha por toracotomía.
El informe anatomopatológico describió una inflamación mixta aguda y crónica, focalmente abscesificante, asociada a cuerpo extraño (espina de pescado) con sobreinfección por Actinomyces, fibrosis y cambios reactivos perilesionales (fig. 1B).
La actinomicosis es una infección crónica supurativa causada por un grupo de bacterias anaerobias que se encuentran de forma habitual en la flora de la orofaringe y en el tracto gastrointestinal. Aproximadamente un 15-20% de los casos diagnosticados tienen una localización intratorácica3. Los síntomas principales que asocian a la actinomicosis son: tos (63%), hemoptisis (36%) y neumonías recurrentes (27%)1. La mayoría de los pacientes son varones, mayores de 55 años y con factores de riesgo de neumonía aspirativa como lo son: la diabetes mellitus, el alcoholismo y la pobre higiene dental2,3.
La actinomicosis pulmonar puede simular un proceso neoplásico pulmonar, por lo que en algunos casos se realiza tratamiento quirúrgico. Bates y Cruickshank4,5 publicaron 85 casos de actinomices pulmonar, de los cuales se realizó resección pulmonar en 7 de ellos por sospecha clínica de neoplasia pulmonar.
El tratamiento de la actinomicosis pulmonar consiste en antibioticoterapia endovenosa prolongada con penicilina a altas dosis, durante 3-4 semanas. Suele tener un pronóstico favorable cuando es diagnosticada y tratada de forma temprana6.
En los pacientes con lesiones pulmonares sin diagnóstico de malignidad confirmado, aunque poco frecuente, la actinomicosis debe figurar en el diagnóstico diferencial, especialmente si existe la posibilidad de aspiración de un cuerpo extraño. En nuestro caso, presentamos a una paciente con una lesión pulmonar producida por una actinomicosis pulmonar tras una broncoaspiración (no documentada en la historia clínica) de una espina de pescado que simulaba un proceso neoplásico pulmonar.