Journal Information
Vol. 9. Issue 5.
Pages 463-478 (September 1972)
Share
Share
Download PDF
More article options
Vol. 9. Issue 5.
Pages 463-478 (September 1972)
Full text access
Estudio del riesgo en las bronconeumopatías profesionales por inhalación
Visits
11486
J. M.. Cortada Macíasa
This item has received
Article information
Full Text

Estudio del riesgo de las

bronconeumopatías profesionales

por inhalación

Doctor J . M . Cortada Macías

Las bronconeumopatías constituyen hoy

día un problema importantísimo en Medicina.

Su incidencia es cada día mayor, y este

aumento se traduce en un daño que no

alcanza sólo al individuo. sino también a la

sociedad de la que forma p arte. Este

aumento ha motivado que pasaran de ser

problema sanitario. a problema social. ¿Por

qué ha sucedido esto. si la humanidad en

conjunto vive mejor. tiene más medios terapéuticos

y conoce mejor estos procesos y

por tanto al conocerlos puede luchar con

más medios? Intentemos responder a esto.

En el binomio individuo y agresión o provocante.

si el factor individuo no está en

peores cor.1diciones. cosa que evidentemente

en la actual sociedad no sucede, es el

segundo fa ctor. el provocante, el que ha

aumentado. y por tanto será el responsa~

ble de esta incidencia en las enfermedades.

Esto es tan evidente, que se comenta solo:

el aumento del tabaquismo. el enorme parque

automovilístico de nuestras ciudades.

las concentraciones industriales, que son un

signo del avance del país y que manejan

una gama extensísima de productos hasta

hace poco inimaginable; la mecanización

del campo, ,que ha transformado un trabajo

de siglos, lento y pausado. en una fuente

de contaminación; las grandes obras públicas;

las aglomeraciones. etcétera. Todo ello

ha contriquido a que el segundo factor

productor de la enfermedad cada día tenga

más importancia. Es por ello que incluso

ha quedado desplazado a un segundo término,

muy lejano. el factor infeccioso, que

hasta el advenimiento de los primeros

quimioterápicos y antibióticos era la primera

causa de afecciones broncopulmonares.

Hoy las formas agudas de estos procesos

son cada vez más triviales y leves. pero

aparece frente a nosotros el problema de

las bronconeumopatías crónicas. Desgraciadamente.

estamos inmersos en un mundo

de sustancias perjudiciales para nuestro ·

aparato respiratorio. unos más que otros y

también con variaciones dependientes del

lugar, nadie en más o menos grado se libra

de esta agresión. Puede decirse que actualmente

el solo hecho de respirar ya constituye

·un riesgo. Y respirar es imprescindible

para la vida y debemos de respirar un aire

sobre el que hasta ahora continuamente

vamos influyendo en sentido negativo y

muy pocas veces intentamos hacerlo en el

positivo, que sería intentando pu'.rificarlo.

Nos fijamos asombrados en muchas cosas

que la industria y la agricultura facilitan a

sus productores, pero ¿cuántas veces vemos

mecanismos para purificar el aire? El

factor riesgo es, pues, evidente y casi me

atrevería a decir que inevitable. inevitable

para el individuo como tal, pero sería necesario

que lo fuera menos para la colectivi-

463

dad. El despertar la inquietud sobre estos

problemas es imprescindible para luchar

contra estos procesos.

El tema del riesgo es extensísimo, pero

hemos . creído más útil ceñirnos a la problemática

que presentan ciertos riesgos unidos

a determinados productos, como serán

el polvo. los integrantes de la polución

atmosférica y hacer referencia a este mismo

factor en enfermedades tales como el ·

asma profesional, la bronquitis crónica y el

cáncer.

Es importante considerar que las bronconeumopatías

crónicas son causa de un

absentismo laboral muy grande. En 1962,

Mac Donald intentó un estudio en ocasión

de una reunión de la Organización Mundial

de la Salud, efectuado sobre 300.000.000

de personas del Oeste europeo. España in- .

cluida. para saber el porcentaje de enfermedades

respiratorias no tuberculosas. La

estadística abarca cinco años, de 19 55 a

1960, y sus resultados impresionan en forma

especial. El asma perjudica alrededor

del 3 al 5 por 1 00 de la población; el 1 O

por 1 00 de la mortalidad general se debe

a las bronquitis crónicas, y el 35 por 100

del absentismo de la población trabajadora,

comprendida entre los quince y los sesenta

y cinco añ~s es debido a enfermedades

respiratorias no tuberculosas.

En 1964, Heimann, por encargo del Ministerio

de Sanidad de Estados Unidos,

hace un largo trabajo sobre la bronquitis

crónica, que resume así:

a) La tasa de mortalidad por bronquitis

crónica va asociada a la polución atmosféri

ca; b) el empeoramiento de la salud que

se manifiesta en ·situaciones agudas depende

también de la polución, y e) las observaciones

demuestran que la enfermedad se

agrava en los días de mayor polución.

Subiza Martín se ha ocupado de la estadística

en nuestro país. Según este autor, y

con datps dei Instituto Nacional de Estadística,

en 1958, de cada 100.000 habitantes,

nueve murieron de asma y 23 de bronquitis

crónica. Si nos re~erimos al absentismo,

a causa del asma hubo por cada 100.000

bajas una debida a esta enfermedad. Pero

mucho más demostrativo es ver lo que ha

sucedido con las cifras totales de mortalidad

por enfermedades respiratorias en los

años 1942, 1952, 1962 y 1966. Las neu-

464

monías causaron 35.872 bajas en 1942, y

10.900 en 1966. La tubercu.losis mató a

26.645 personas en 1942 y 4 .777 en

1966. La bronquitis crónica, en 1942, fue

causa de fallecimiento en 14.017, y en

1966, en 5.299. Vean que esta cifra es

ampliamente superior a la de la tuberculosis.

El asma, en 1942 causó 1.013 defunciones.

y en 1966, 3.170. Observen ustedes

cómo esta enfermedad que se tenía por no

mortal. lo va siendo cada vez más. Pasemos,

sin más dilación, a ocuparnos del primer

riesgo de los enunciados: el del polvo,

cuyas consecuencias conocemos bajo el

nombre de neumoconiosis.

Para la Medicina del Trabajo, las neumoconiosis

vienen definidas como tesaurismosis

exógenas por inhalación de polvos procedentes

del ambiente laboral. El concepto físico

del polvo es el de partículas sólidas suspendidas

en el aire, y estas partículas pueden

estar como tales o bien ser fibras. Según el

polvo tenga un origen mineral o vegetal. así

serán las neumoconiosis. En las minerales

englobamos a la silicosis, asbestosis, talcosis,

siderosis. beriliosis, antracosis, etcétera,

y entre las vegetales a la bisinosis y a la bagazosis,

principalmente. Las hay benignas y

malignas. siendo éstas las que producen una

reacción fibroso conjuntiva en el tejido pulmonar

que condiciona un déficit en su función

específica. La silicosis es el prototipo de

neumoconiosis maligna. Será, pues, de esta

afección de la que nos ocuparemos con algún

detenimiento y fijándonos solamente en

el riesgo silicógeno. Para ello seguiremos la

magistral exposición que del tema hizo el

doctor Baselga Monte en el simposio que,

dedicado a la silicosi s, se celebró en el Sanatorio

de la Magdalena. de Castellón. bajo la

dirección del doctor Gua llar.

La adecuada valoración del riesgo silicógeno

tiene gran importan cia en el diagnóstico,

prevención y reparación legal de la

enfermedad. Al estudiar el riesgo silicógeno

se pretende enumerar. valorar y caracterizar

aquellos procesos laborales en los cuales

es probable la adquisición de la enfermedad.

Para la Medicina del trabajo la silicosis

es una enfermedad profesional englobada

en el grupo de las neumoconiosis minerales

malignas. que tiene al sí lice como

agente etiológico. El diagnóstico sigue siendo

fundamentalmente radiológico, y por la

valoración del citado riesgo; habiendo contribu

ido las técnicas de la exploración funcional

respiratoria a conocer mejor el grado

de invalidez funcional y para aclarar los

casos dudosos en los que la radiología no

baste para diagnosticar una fibrosis.

Según la definición de la enfermedad, el

riesgo proviene del sílice. aunque hay formas

mixtas o impuras de silicosis en las

cuales esta sustancia se puede unir a otras,

lo que en muchos casos potencia su acción.

Entendemos como tal sílice no al

elemento químico, ni metáli co, que no está

libra en la Naturaleza. sino al anhídrido silícico

o ácido silícico, que es lo que impropiamente

se conoce por el nombre de sílice

libre. La sílice combinada o silicatos son

prácticamente inertes y no producen neumoconiosis

malignas, pero no hay que olvidar

que algunos llevan también sílice libre.

y en este caso será éste el responsable de

la malignidad del proceso.

Los factores que determinan el riesgo

pueden venir de dos maneras: O ser intrínsecos

al polvo o bien ser derivados del

proceso laboral. Estudiemos en primer lugar

cuáles son los factores de nocividad

intrínseca de un polvo: a) riqueza en sílice

libre. Se expresa en porcentajes de sílice

libre sobre el polvo total respirado (polvo

respirable es aquel cuyas partículas tienen

un tamaño i nferior a 5 micras). Es nocivo,

un porcentaje de síl ice libre superior al 1

por 100. b) Naturaleza de la sílice libre.

Parece ser que las formas cristalinas son

peores que las amorfas. Radiológicamente

hay diferencias entre ambos. e) Cantidad

de polvo. Cuanto mayor es la densidad,

mayor será su riesgo si licógeno; y d) Granulometría

del polvo. Cuanto menor es e l

tamaño de las partículas, mayor será su

peligrosidad y nocividad. Las partículas de

más de cinco micras quedan retenidas en

las vías respiratorias superiores y se eliminan.

Las partícu las pequeñas permanecen

en suspensión mucho tiempo en el aire,

con más probabilidades. por tanto, de contaminación.

Veamos en segundo lugar los

factores dei riesgo derivados del proceso

de trabajo; las cuatro condiciones intrínsecas

de un polvo que les acabamos de describir

determinan su potencial silicógeno y

a su vez dependen de las siguientes condiciones

laborales: a) Naturaleza de la fuente

de donde procede el polvo. La materia prima,

la ro ca, condiciona las características

del polvo que produce y por tanto influye

en su naturaleza, densidad y granulometría

ya descritos; b) Grado de mecanización del

proceso laboral. Los trabajos manuales generan

menos polvo que los mecánicos; e)

Procedimiento laboral. La humedad del proceso

interviene en forma -importante en la

pulverosidad de un determinado ambiente

de trabajo. Los procesos en humedad son

mucho menos pe ligrosos, así como también

tiene importancia valora r en este apartado la

estanqueidad del proceso de trabajo . d) Dilución

del polvo en el ambiente de trabajo. Es

dependiente de la relación entre el polvo

producido y el volumen de aire capaz de dilu

irlo; aquí se resalta la importancia de la

ventilación correcta de los lugares de trabajo.

e) Tiempo de exposición. De él depende la

cantidad de sílice inhalada y es proporcional

a las horas de trabajo; resaltemos la importancia

de un régimen laboral especial para

estas industrias, lo que evitará, como en el

caso de los mineros de Almadén. que actividades

f rancamente peligrosas den bajísimo

contingente de silicóti cos. f) Difusión del

riesgo real. Depende de las características

tecnológicas de la industria y por tanto en

muchos casos guarda relación específica con

un determinado puesto de trabajo : y g)

Aumento de la inhalación de polvo. Sucede

cuando la índole del trabajo produce un

aumento de la frecuencia respiratoria. por

ejemplo, el esfuerzo o el ca lor. y también

depende de la situación de la boca y nariz del

trabajador en re lación a la fuente productora

del polvo.

Para valorar a través de la anamnesis el

riesgo pulvígeno, es interesante enumerar

aque llas operaciones laborales en las que

frecuentemente se desprende polvo; las

dividimos en dos apartados: a) Que generan

polvo, y b) que movilizan polvo que ya

está depositado. Entre las operaciones que

generan polvo, tenemos: La perforación de

sólid os (barrenadores). las demoliciones y

derrumbes. el corte y aserrado de sólidos,

la fragmentación y machacado. las molturaciones,

la abrasión de superficies sólidas

y la percusión de sólidos (cincelado y escu

lpido). Son operaciones que movilizan

polvo: El paleo. la carga y ·descarga por

vertido, e l ensacado, el transporte por

465

muchos medi9s, el mezclado de productos

en· seco, el tamizado, el espolvoreo, el sacudido,

el barrido y la circulación de personas,

animales o cosas. Las anteriores y

elementales pulvígenas pueden darse en

diferentes puestos de tcabajo en distintas

actividades .laborales. Pero hemos de diferenciar

el puesto de trabajo de la actividad

laboral cuando hablamos de riesgo silicógeno,

puesto que trabajo es aquella zona

que define una tarea o fase del trabajo y

exige el servicio o la actividad especializada

de un trabajador o grupo de ellos; actividad

laboral es la integración de puestos

de trabajo en un proceso genérico. Como

ustedes comprenderán, puede haber puestos

con riesgo dentro de una actividad laboral

que por sí no entrañe riesgo silicógeno.

En cambio, si la actividad laboral es

toda ella con riesgo, todos los puestos de

trabajo, en' más o menos grado, parti_ciparán

de él. Les decimos esto porque vamos

a enumerar algunas de las actividades laborales

con riesgo silicógeno y referidas a

nuestro país. Procede también de la citada

aportación del doctor Baselga Monte al

citado Simposio de Caste~lón . Se dividen

estos trabajos en dos grandes ·grupos: a)

trabajos en la corteza terrestre, a su vez

divididos en trabajos extractivos y no extractivos,

y b) trabajos que se efectúan con materiales

procedentes de la corteza terrestre.

Al ser la sílice un gran componente de la corteza

terrestre, el riesgo va unido intrínsecamente

al medio en que se· desarrolla la actividad

laboral. Comentemos brevemente qué

actividades han sido descritas como fuente

de silicosis. La minerla ha sido la más antigua

y principal de ellas, y da un riesgo que

afecta a la mayoría de la población enrolada

en esta industria; 'la gradación de riesgo va

desde el máximo que tienen los picadores y

barrenadores del interior de la mina, al mínimo

de los trabajadores exteriores seleccionadores

de material. El rie sgo en las minas de

carbón es proporcional a la calidad del yacimiento.

La silicosis del minero tiene unas

características bien diferenciadas sobre las

que no nos podemos detener y es la de mayor

morbilidad en España; es de una forma

impura, ya que es mixta, de sílice y carbón.

En las minas metálicas (plomo •. cinc, oro,

cobre, hierro, uranio, wolframio. mercurio,

antimonio y bismuto). el riesgo es más arave

466

que en las de carbón. Ello es debido a que

estas minas se .encuentran ubicadas en terrenos

· de cuarzo. Las minas no metálicas

dan riesgo en el caso del espatoflúor. del

azufre y las pizarras bituminosas; la silicosis

del espatoflúor es gravísima y de rápida evolución.

Otra industria extractiva son las canteras;

dan riesgo silicógeno las que tienen sílice

libre, como las de areniscas. cuarcitas,

granitos, pizarras, pórfidos y basaltos. No

tienen ningún riesgo silicógeno los materiales

calizos, y son muy poco nocivas las canteras

para cementos. En los túneles de obras

públicas, aunque no sea una industria extractiva,

se utilizan las mismas técnicas que en la

minería, y por tanto se comportan los mismos

riesgos; pero con el agravante de que

debido a su provisionalidad, las obras se suelen

efectuar en peores condiciones. El túnel

que conlleva riesgo será el excavado en terreno

que desprenda sílice; lo mismo se puede

decir de las grandes obras públicas, hidráulicas

principalr:nente.

El otro gran grupo de actividades con

riesgo de silicosis lo constituyen los trabajos

con materiales de la corteza terrestre.

Tenemos los de tallado y labrado de piedras.

Hay que hacer notar que si el material

es exclusivamente el mármol, no hay

riesgo silicógeno alguno, ya que el mármol

no contiene sílice. Dentro de este tipo de

actividades hay tres muy específicas con

gran riesgo, y que son: los talladores de

adoquines, los preparadores de muelas de

molino y los pulidores de fachadas de edificios.

Otro trabajo es el de molinería de

minerales, para diversos usos, tales como

cerámicas, fundiciones, refractario s. filtros,

etcétera. Si los materiales que desmenuzan

son de contenido silíceo, el riesgo es

enorme y la silicosis que producen es gravísima

y de forma galopante. En la industria siderometalúrfÍCa

el riesgo silicótico abarca a

diversos sectores de esta actividad laboral,

que agruparemos en los tres siguientes: a)

En siderurgia de cabecera comprende todos

los trabajos en relación con los altos hornos;

b) fundiciones de moldeo con tierras; aquí

fundamentalmente el rie sgo proviene de la

tie rra en fundición con que se prepara el

molde. y e) trabajos mécánicos de transformación

de metales, sobre todo por el desprendimiento

de polvo con sílice en las labores

de pulido. En la industria cerámica, el

riesgo se halla bastante difundido. En esta

industria se parte siempre de unas mezclas

plásticas de tierra y arcilla a las que por cocción

se las fija en determinadas formas. Por

ello, en el riesgo silicógeno intervienen dos

fuentes principales, una de ellas los componentes

de la mezcla o materias primas y la

otra el amplio uso de refractarios que se

emplean para la cocción. Según el tipo de

cerámica tiene más o menos sílice, las calidades

inferiores, alfarería. ladrillos y tejas

vulga res tienen poco riesgo silicógeno, pero

la loza doméstica, la sanitaria, el gres, la porcelana

y los azulejos tienen mucho más riesgo.

El-uso de refractarios se extiende prácticamente

a todos los hornos, y como contienen

mucho sílice , ia actividad laboral a ellos

unida es altamente peligrosa ; puede ser una

actividad laboral autOnoma en su producción

o bien por formar parte de otra industria. Los

abrasivos se emplean muchísimo en la industria

y parten de la base que el sílice

natural es un gran abrasivo, por lo cual nos

explicamos el por qué todas las sustancias

imbricadas en esta industria son peligrosas,

y dentro de la industria los puestos con

más riesgo son los que corresponden al

moldeo de materiales y a los mezcladores.

En la fabricación del vidrio, el riesgo silicógeno

es grave, pero se halla reducido a

unos determinados ·puestos de trabajo: son

los que manejan los refractarios y los crisoles

y también el riesgo que conlleva el chorro

de arena cuando se usa esa técnica

para deslustrar el vidrio.

Es obligado hacer un breve comentario

final de este apartado a dos actividades

que son tenidas como silicógenas y que

prácticamente no lo son. La primera de

ellas es la que se refiere a la fabricación de

cemento, y ello es debido a que los materiales

o materia prima para su fabricación, calizas

y arcillas prácticamente no tienen sílice

libre. El producto final, o sea, el cemento,

contiene silicatos, que ya hemos dicho que

no eran peligrosos, y sólo en algunos casos

escasísimas proporciones de sílice libre.

Todos estamos de acuerdo al decir que. los

casos de silicosis diagnosticados en fábricas

de cemento conllevan antecedentes silicógenos

'de otros riesgos claros. mineros principalmente.

Consecuencia de esto es también

la rareza de silicosis en las fábricas de derivados

del cemento. tales las que fabrican

mosaicos prensados y piedras artificiales. En

las fábricas de fibrocementos el riesgo es de

asbestosis y no de si licosis. La segunda actividad

laboral es la industria de la · construcción,

a menos que en esta especialidad laboral

se manejen materiales silicógenos, tales

como refractarios, chorro de arena, piedras

silicógenas, etcétera.

Hay algunos paises en los que entre las

enfermedades que gozan de la clasificación

de profesionales están algunas de etiología

alérgica. Son aquellas en las que la citada

reacción alérgica viene causada por la labor

profesional. Vale esto especialmente

para el asma bronquial que haya obligadc

al paciente a abandonar su profesión o incluso

que sea tal su invalidez, que le impida

toda clase de trabajo. Evidentem~nte , si

recordamos la etiología y la forma de presentación

de alergias por inhalación, podemos

hacernos la _pregunta ¿existen alergenos

cuya acción vaya tan ligada a la actividad

laboral que pueda, cuando se inhala,

catalogarse de asma profesional o laboral

la que suscitan? Desde luego, la respuesta

puede ser afirmativa, pero siempre que se

pueda excluir un alergeno desencadenante

distinto, no dependiente del trabajo. o bien

otro proceso bronconeumológico de manifestaciones

clínicas parecidas, por ejemplo,

una bronquitis crónica o un "cor pulmonar",

y sobre todo cuando sin ningún género de

dudas se puede demostrar la relación ent re

el alergeno que llamaremos profesional y el

cuadro que desencadena.

Por tanto, serán alergias profesiona les

por inhalación, y en esto seguimos a Gronemeyer,

aquellas que: a) tienen una etiología

alérgica ; b) conducen por vía respiratoria

el desencadenamiento de fenómenos

patológicos, y e) permiten descubrir una

causa profesional.

El asma plantea en gran manera problemas

laborales, aunque por paradoja la legislación

española sólo reconozca como

tales asmas profesionales a unos procesos

que no lo son: son los cuadros producidos

por el vanadio, gases clorados y socianatos

y sa les de platino. Aquí la legislación

equivoca rotundamente lo que es asma y .

califica como ti1l situaciones asfícticas tóxicas

que no tienen nada que ver. En e l

Segundo Simposio sobre "Asma bronquial",

que en 1958 organizamos en Palma de

467

Mallorca, Subiza Martín hizo una brillante

exposición de los problemas laborales que

plantea el asma bronquial. A él deberemos

de referirnos varias veces en el curso de

nuestra exposición, ya que en nuestro país

los trabajos estadísticos y comparativos

brillan por su ausencia o bien tienen un

carácter triunfalista que les invalida científicamente.

Es evidente que no sirve para

nada el diagnóstico de asma bronquial que

figura en la mayoría de partes de baja laborales,

ya que lo mismo :.;ucede con la

bronquitis crónica. Estos diagnósticos se

presuponen, sin que, en la mayoría de los

casos, se hayan efectuado al enfermo las

exploraciones pertinentes. Pero un poco en

disculpa de los que así. obran, debo de decir

que el asma es un proceso de diagnóstico

muy difícil y que sólo puede ha cerse

con medios y personal especializado. El

asma es una enfermedad compleja en la

que se interfieren enormes números de factores;

pero de todos ellos, porque interesa

en nuestra exposición temática, resaltaremos,

en primer lugar, el factor constitucional

o predisponente. Ello crea un woblema

que puede resumirse diciendo que sobre

una base constitucional un obrero puede

sensibilizarse con los productos que inhala

en el trabajo, dando lugar a un asma profesional;

pero también un obrero puede estar

estigmatizado por un asma de otra etiología

y el inhalante profesional ser un desencadenante

o un agravante del cuadro como

puede serlo cualquier otro proceso broncomotor

ajeno a su actividad laboral. Por tanto,

es necesario que antes de sentar un

diagnóstico de este tipo se valoren perfectamente

aquellos tres factores que según

Gronemeyer definirán el asma profesional.

Pero en ·todo esto falta algo mas; al

lado de este factor constitucional ha de

haber el factor etiológico, o sea, el que hace

referencia al riesgo. Está claro que hay profesiones

en las cuales este riesgo es mayor

que en otras y aun evidente; pero, ¿en qué

profesiones? Desgraciadamente, la estadística

española nos dice bien poco, ya que

en 1965 sólo había en el Seguro de Enfermedad

doce casos de incapacidad permanente

por asma, de los cuales siete pertenecían

a la industria harino panadera.

Como ustedes comprenderán, esta exigua

cifra, enfrentada a los cientos de partes de

468

baja que se redactan con el epígrafe diagnóstico

de asma bronquial, o bien es ridícula

o es fal sa. Como luego comentaremos,

tampoco el riesgo de la_ industria harinapanadera

es tal para dar más del 50 por

100 de bajas. Si comparamos los datos de

diversos montepíos, veremos que también

es esa industria la que ocupa el primer

lugar, seguida de las de la construcción,

transporte, hostelería, peletería, comercio y

papel.

Esta versión clasificatoria tiene muy poco

valor frente a la que aceptamos todos, y

que se debe a Gronemeyer, en la que da

una visión general de las principales mezclas

antigénicas y de algunos an tígenos

profesionales de especial importancia. En

este caso, se valoran las interferencias de

provocantes, o sea, de riesgos que puede

haber y darse en varias profesiones, por

ejemplo, el asma profesional por pelos, que

tanto puede presentarse en un mozo de

cuadra, a un veterinario, a un colchonero, a

un campesino, etcétera. Aquí se impone la

colaboración del médico con otros técnicos

interesados en problemas laborales, ya que

éstos, muchas veces, conocen mejor qué

sustancias se manejan en la actividad laboral

de determinados obreros y cuáles de

ellas pueden constituir un riesgo en el problema

asmático que estamos tratando. Por

tanto no es correcto hablar de un riesgo

referido individualmente a una determinada

actividad laboral, sino que lo que debe

hacerse es valorar el riesgo que puedan

comportar sustancias específicas manejadas

en muy diferentes actividades laborales.

Así, los mohos pueden provocar el

asma a un fontanero, a un panadero y a un

campesino. Y aprovechamos para hacer

hincapié que la extensión de la Seguridad

Social a los trabajadores agrícolas habrá

servido para que entren en el apartado de

asmas laborales muchos procesos que

antes no se tenían como tales, y contando

además qué el campesino, por la índole de

sus trabajos. tiene un riesgo alergizante

mucho mayor que el trabajador ciudadano.

A continuación nombramos las sustancias

más frecuentemente responsable s:po/vo

como antfgeno profesional; Como mezclas

.antigénicas están el polvo de pelos, el de

harina. el de salvado. el de las paredes, el de

tapicería, el de droga·s. el de medicamentos,

el de flores. el de hierbas. el de cosméticos.

el de piensos. el de esporas de mohos y el de

madera. Y los aerosoles de cosméticos y de

sustan cias aromáticas. Entre los antígenos

puros, está el polvo de café verde. el de ricino.

el de goma arábiga. el de seda natural. el

de algodón y el de in sectos. Veamos ahora

los alergenos químicos. En primer lugar. el

gran grupo de los productos para: parafenilendiamina.

metilhidroquinona. paranitrometilanilina.

difenilguanidina. anilinas, colorantes

y medicamentos. Acido diclorogénico.

Cromo. Persulfato amónico y socianatos y

furaminas.

Si se cumplen los tres postulados de

Gronemeyer. el diagnóstico de un asma

laboral no es difícil, pero si el antígeno

laboral actúa encima de un portador de

una natura leza o estigma alérgico. la cosa

ya no está tan clara: la diferenciación tendrá

importancia en el trabajador afecto a

una determinada actividad, por ejemplo. en

el caso del carpintero que accidentalmente

se ponga en contacto con el polvo del café

verde o bien que el trabajador asmático

sea un manipulador del citado café. En este

último caso el etiquetar de laboral este

asma no tiene ningún problema, como

tampoco es problema el decir que el asma

del carpintero no es profesional. Pero

podemos encontrarnos con el caso de que

el trabajador tenga un asma provocada por

cualquier otro antígeno y que a su vez el

laboral sea un desencadenante o un agravante

de su proceso. En este último caso

no basta el diagnóstico del riesgo, porque

en el caso del asma, el diagnóstico no está

tan mediatizado por el citado f actor riesgo.

como en otros procesos bronconeumológicos.

Recuerden lo dicho para la silicosis, en los

cua les es .fundamental para el diagnóstico.

Entol")ces se impone una exploración para

deslindar el problema. Lo tenemos en la

práctica del aerosol test. Es una prueba de

provocación, ya instituida por Tiffenau hace

muchos años y que nosotros también hace

tiempo modificamos y propagamos y que

actualmente es de uso corriente en muchas

clínicas alergológicas. Persiste. en esencia.

en someter al presunto sensibilizado a una

exposición controlada del alergeno desencadenante

.. Por medio de un aerosol se administra

el inhalan te y se mide en el espirógrafo

la broncoconstricción que produce, y si la

modificación de ciertos parámetros respiratorios.

el V.E.M.S. principalmente,alcanza

como mínimo una disminución del 10 por

100 sobre su valor inicial. la prueba es positiva.

O sea, aquella sustancia es la responsable

del asma.

Con esta prueba se obtiene una clara

relación entre la causa y el efecto, o sea.

una relación entre el inhalante y el asma laboral

que produce.

Prácticamente, esta prueba ha desplazado

a todas las demás y sólo creo interesante

recordarles que un interrogatorio

hábil y cuidadoso y una investigación de

las condiciones laborales pueden completar

el diagnóstico. Pero ¿el estudio del riesgo y

la práctica del areosol test solucionan todos

los problemas en el diagnóstico de un

asma laboral7 Prácticamente, sí, y no repetimos

las razones para no caer en reiteraciones.

¿Y si el individuo ya era un alérgico?

Creemos que también, porque la prueba del

areosol test puede completarse con su repetición

tantas veces como sea preciso con

otros alergenos que, bien por el interrogatorio.

bien por otros medios, hayamos podido

detectar. Pero es que además hay en estos

casos unas normas generalmente reconocidas

que sirven para clarificar el asunto.

Son las siguientes: 1.8 La exposición del

antígeno profesional se limita al lugar del

trabajo y el enfermo no tiene prácticamente

contacto fuera de este lugar. Siguiendo

con el símil del carpintero. diremos que es

el caso del que inhala polvo de madera en

e l trabajo y no lo inhala en su ¡;asa. 2.8 El

contacto con el antígeno profesional puede

existir fuera del lugar de trabajo. pero será

un contacto mínimo y casi insignificante y

tendrá una gran reactivación en su asma

con la reexposición masiva que le significa

el volver al lugar de trabajo; es el caso de

una obrera de una industria de plumas que

en la f ábrica tienen gran contacto y que en

su casa puede tener un ah10hadón de este

material. En estos dos casos si la prueba

de.l areosol test es positiva, no puede dudarse

de la etiología laboral del proceso.

Pero hay un tercer caso en que el antígeno

profesional existe en gran cantidad,

tanto en el lugar de trabajo como en su

casa; es el caso del campesino inmerso

prácticamente en un ambiente alergizante.

Entonces. una vez comprobado por el estu-

469

di.o del riesgo y del areosol test que hay

relación entre su proceso y el citado antígeno,

no hay otra conducta a seguir que la

de alejar al paciente del ambiente, sea cual

sea, y ver qué curso tiene, valorando bien

todos los factores para encontrar con la

máxima certeza la citada relación de causa

a efecto. En estos casos. y como no en todos

los ambientes la concentración del antígeno

provocante será igual. también por la prueba

del aerosol test podemos conocer a qué concentración

el antígeno le es un provocante, y

comparando esta concentración con la del

ambiente laboral, ,podremos decir. si son

idénticas. que la causa es laboral, pero si no

se da esta identidad. ya es problemático que

lo sea. Empero. hay que reconocerlo en algunos

pocos casos. el problema, a pesar de los

esfuerzos del médico. persiste. y su solución

ya escapa al facultativo.

Por tanto, y así terminamos este apartado,

en la valoración del riesgo en el asma

profesional hay que tener en cuenta no la

industria o la actividad laboral como tal,

sino las sustancias que se manejan y se

pueden inhalar· y que por tanto son susceptibles

de convertirse en verdaderos antígenos

inhalantes. Pero nos parecería incompleta

esta referencia si no hiciéramos mención.

muy breve, a otros problemas que

pueden provocar los inhalantes y que no

son propiamente respiratorios. De acuerdo

con la regla de con tacto formulada por

Hansen, que expresa que en el lugar del

primer contacto con el antígeno se manifiestan

también los primeros síntomas clínicos.

pertenecen, pues, a las alergias profesionales

por inhalación las reacciones hiperérgicas

de las mucosas de las vías respiratorias

altas y bajas con sus variadas sintomatologías

clínicas. Incluimos aquí las conjuntivitis

alérgicas debidas a estos contactos.

Pero hay algo que a veces no se tiene

en cuenta, ·y es que la inhalación de un

alergeno puede producir síntomas a distancia

o reflejos con cuadros clínicos tan diferentes

como son el edema de Quinke y el

eccema.

Terminamos este apartado con un breve

comentario para decirles que el asma profesional

es un problema importante dentro

del mundo laboral, pero que hay otras bronconeumopatías

crónicas que también pueden

llegar a constituir una grave preocuoa-

470

c1on en este sentido. Son procesos que no

tienen una tan clara etiología laboral como

puedan tene r una neumoconiosis o un

asma, pero sobre los cuales el ambiente

laboral influye también profundamente. Al

hablar de la bronquitis crónica en su aspecto

labora 1 insistiremos sobre ello, pero

ya adelantamos aquí que el trabajar en un

ambiente inadecuado va agravando progresivamente

todas las bronconeumopatías. En

este caso, la responsabilidad laboral no es

etiológica, no es de causa, pero puede ser

también importante como factor de mantenimiento.

Hay un gran riesgo, que se manifiesta

principalmente por vía respiratoria . y,

como en seguida veremos, su existencia va

entrañablemente unida a la actividad laboral,

hemos creído oportuno y de actualidad

referirnos a él en esta disertación. Es el riesgo

que comporta la polución atmosférica.

¿Qué es la poi u ción atmosférica? Debemos

atenernos a la definición que dio el

Consejo de Europa el 14 de septiembre de

1967, al decir: "Hay polución del aire,

cuando la presencia d~ una sustancia extraña

o una variación importante en la proporción

de sus constituyentes es susceptible

de provocar un efecto perjudicial o de

crear una molestia, teniendo en cuenta los

conocimientos científicos del momento".

Varias cosas hay que remarcar en esa definición:

La primera que no sólo es polulante

la sustancia perjudicial en el sentido patológico.

sino que también lo es la que produce

molestias, por ejemplo, los olores o la

niebla, que sólo reduce la visibi lidad de sus

objetos. En segundo lugar, destacaremos la

frase que dice teniendo en cuenta los conocimientos

científicos de la época; e llo

abre la puerta a considerar como peligrosas

sustancias, que sin los estudios y mediciones

del rigor científico, no serían consi- ·

deradas como tales.

Aunque hoy esté de actualidad el tema.

de la polución atmosférica, no es nuevo;

probablemente es tan antiguo como la

humanidad o al menos tan antiguo como el

descubrimiento del fuego. Es evidente que

con este avance la humanidad facilitábase

un gran adelanto, pero también atentaba,

por primera vez, contra la integridad del

ambien te; sin saberlo, podía modificar la

composición de un elemento tan vital para

la vida como es el aire. Y la historia nos

relata cómo Plinio el Viejo murió sofocado

por los vapores del Vesubio. j un to con

o.tros contemporáneos suyos en la erupcion

del año 79; pero antes, ya era sabido que

el mismo hombre de las cavernas había

perecido asfixiado por el humo en el. interior

de ellas. Pero fue la revolución

industria l con centrada en determinados

puntos y bajo el influjo de condiciones

meterológicas excepcionales lo que hizo

r elacionar verdaderas catástrofes con la

polución atmosférica. Son de t errible recordación

las poluciones del valle del Mosa en

1930; la de Donora. en Estados Unidos.

en 1948; la de Londres, en diciembre de

1952; la de Poza Rica. de Méjico. en 1950.

y la muy reciente de Los Angeles. Pero

antes de estas catástrofes. verdaderos aldabonazos

a la conciencia mundial, conocíamos

los médicos que en determi nadas

condiciones meteorológicas se exacerbaban

las bronconeumopatías, y que si estas exace

rbaciones se producían en zonas muy

industrializadas, las consecuencias eran

francamente graves, con grandes aumentos

de las tasas de mortalidad.

Hay dos factores a considerarse en este

asu nto: uno. que es el meteorológico. y. otro.

el pululante, que puede ser. lo veremos a

continuación, de claro signo labora l en

muchos casos. Ambos cor-sti tuyen el riesgo

que estamos estudiando a lo largo de esta

disertación. Poco valdría el conocer qué

sustancias polulan el aire si ignoráramos

en qué condi ciones meteorológicas esta

polución se convierte en dañina. Hagamos,

pues, un breve memento a cada uno de

estos f actores. De los meteorológicos es el

viento uno de los que más influyen en la

presentación de poluciones; pero también

debemos men cio nar. aunque sólo sea de

pasada, la influencia de las radiaciones.

No podemos- detenernos en un estudio del

viento ni de los factores que influyen sobre

él, pero sí recordar que la temperatura de

las diversas zonas de la atmósfera es en

·gran parte responsable de su existencia. El

fenómeno de los cambios de temperatura ,

con su sucesión de ca lmas y movimientos,

tiene gran importan cia en el fenómeno de

la polución. Muchos problemas de fí si coquímica

han hecho posible llegar a la conclu

sión de que la densidad del aire decrece

cuando la temperatura crece; ello hace posible

el vuelo de las mongolfieras y que el

penacho de humo de las _,chimeneas sea

ver'tical. Si el viento es débil o nulo y las

co ndiciones meteorológicas son normales,

el humo sale vertical; pero si el v iento es

ligero. pero ya apreciable, el penacho se

dobla y se ensancha por difusión. Pero si

hay un cambio de temperatura, las cosas

va rían y esta difusión o dispersión del

humo de la chimenea sufre importantes

modificaciones proporcionales a la altura

de la chimena y a la temperatura del aire.

Si la capa de aire en la cual hay una varia-

, ción de la temperatura es más alta que la

chimenea, el humo queda aprisionado y

enton ces no expande verticalmente y el

penacho, a medida que la cantidad de

humo aumente, se irá ensanchando y difundiendo.

La co nce ntración de pul ulantes

que pueda l levar el humo aumentará proporcionalmente

y prog resivamente hasta

que el vien to los arrastre o modifique la

· temperatura de la capa de aire que hacía

de barrera a la expansión vertical del penacho.

Este fenómeno, explicado en una chimenea,

puede, al producirse en varias y en

unión de otras sustancias de d iverso origen.

producir un grado de polución que

con gran fa cilidad llega a límites peligrosos.

Pero aún hay más: si las condiciones meteorológicas

llegan a cierta situación, por

ejemplo a la que el vapor de agua puede

alcanzar una temperatura inferior a la temperatura

de condensación de la misma,

aparece la niebla, que puede estar contaminada

por todos los polulantes que con tenía

la atmósfera. Es el "smog",palabra inglesa

contracción de niebla y humo. Es la peo.

etapa de la polución, porque al ser opaca.

se opone al paso de las radiaciones, que si

pudieran calentar modif icarían la temperatura

y al elevarla disolverían la niebla. Hay

una serie de procesos meteorológicos imbricados

en esto con su cesivos enfriamientos

y ca lentamientos de d iferentes

capas de la atmósfera que son responsables

de la per sistencia del smog y de que

éste descienda al suelo. Por tanto, no debería

tomarse la deci sión de instalar una zona

industrial cerca de una aglomeración humana

sin haber hecho un estudio de los

vientos dominantes, y si ésta ya está instalada,

también es necesario este estudio

471

para saber hasta qué grado todo ello puede

constituir un riesgo. Y también, ya lo hemos

dicho, hay que valorar las radiaciones. ·

por la influ encia que también tienen. En

conclusión, hay que decir que el riesgo lleva

aparejados factores meteorológicos que

hay que conocer y valorar.

Hagamos ahora una referencia al otro

fact,or: el polulante como t al. ¿Qué es un

polulante? Es una susta n cia que se encuentra

en la atmósfera y concentrada con

una intensidad superior a la normal, siendo

ésta, por otra parte, y con frecuencia. exceptuando

e l gas carbónico, el ozono y el

amoniaco. constituyente normal de una

atmósfera no polu lada. Los polulantes tienen

varios orígenes: a) los hogares domésticos;

b) los focos y emisiones indu striales;

e) el gas de escape de los motores de

combustión, y d) aporta ciones de la naturaleza.

A con tinuación vemos reunidos los

polulantes más frecuentes, a los que dedicamos

un breve comentario:

Po/u/antes sulfurados: el bióxido o trióxido

de azufre es producido por la combustión

de carbones y aceites minerale s de

ca lidades dudosas. Todos ellos contie nen

más o menos azufre, y éste es el responsable

del fenómeno. El hidrógeno sulfurado

no es un componente normal de la atmósfera.

Puede producirse en grandes lugares

de putrefac ción. depósitos de basuras y

también se produce en cantidad más peligrosa

en las refin erías y yacimientos de

gas natural. Compuestos carbonados: e l

bióxido de carbono o gas carbónico es el

producto normal de todas las combustiones

de todos los cuerpos orgánicos. El mo nóxido

de carbono es el producto de combustiones

incompletas de sustancias orgánicas

siempre que la cantidad de oxígeno

sea insuficien te. Por lo genera l, los focos

industriales emiten poco monóxido de carbono.

pero no así los hogares domésticos.

pero la gran fuente de producción son los

gases de escape de los automóvil es. Es

actualmente el polulante que más preocupa

en el ambiente ciudadano. Hidrocarburos:

sólo en las zonas petrolíferas y en algún

marjal debería haber de estas sustancias;

pero resulta que actualmente lo hay en

la atmósfera , sobre todo en las ciudades en

concentraciones variables. Su principa l fuente

es la evaporación de productos petrolífe-

472

ros de los carburadores de los vehículos; esto

se da cuando el motor caliente, se para. Los

aldehfdos provienen también del gas de escape

de los automóviles, de humos de incineradores

y de la combustión de materias

orgánicas.

Ozono: Es un constituyente habitual de la

atmósfera y su concentración aumenta con

la altura. A baja altura suele desapare cer al

reaccionar con otra s sustancias del tipo

de los hidrocarburos, especialmente olefinas.

Son grandes componentes del "smog".

Compuestos nitrogenados: El amoniaco

es en pequeñas cantidades un co'mponente

habitual de la atmósfera y parece prevenir

de las reacciones de putrefacción. El riesgo

proviene de su aumento provinente de escapes

o accidentes en las fábricas q4e lo

producen o cuando es transportada. Los

óxidos de nitrógeno son también constituyentes

normales · de la atmósfera y están

presentes en fenóm enos naturales tales

como las tempestades o las erupciones

volcánicas. Su riesgo proviene de la concent

ración peligrosa que alcanzan en los

hornos de tratamiento térmico y en los

motores de combustión interna. El ácido

nítrico se encuentra en las proximidades de

las fábricas que lo producen o consumen y

en las que no se adoptan las precauciones

de rigor.

Los nitratos de peracilo son sustancias

que se evidenciaron en la polución de Los

Angeles y son el resultado de reacciones

químicas de complicada estructura. Parece

que la fuerte iluminación, actuando sobre

productos del tipo de la olefina y los óxidos

de nitróge no. contribuye a su formación.

También influyen los cambios de temperatura.

Po/u/antes minerales diversos: Fluor y

fósforo y sus derivados son su stancias

muy extendidas en la naturaleza. Las industrias

más polulantes son las de abonos. y

las del aluminio. La contaminación ·por

plomo y sus derivados tiene dos grandes

fuentes: una, de la indu stria que utiliza estas

sustancias en sus actividades. y la otra

proviene de la introducción en las gasolinas,

como antidetonantes. de estas sustancias.

Los óxidos de hierro provienen de las

siderúrgicas. Los silicatos ya hemos visto al

hablar del riesgo silicógeno cuál es la extensión

que abarcan y no caeremos en la

reite ración de repetir lo dicho. Partículas

sólidas y líquidas: E~ éste un amplio apartado

en el que el polvo ocupa el principal

factor. La gama de polvo es inmensa y sus

fuentes de proqucción tan diversas, que

prácticamente abarcan cualquiera de las

actividades hu~anas. El humo, otro producto

que podemos incluir en este apartado,

es una emulsión en la que se concentran

partículas tanto sólidas como líquidas

y que, como fácilmente se comprende y ya

se comentó su ext-.:nsión y producción, son

prácticamente tan grandes que no hay industria

que no lo genere. Por tanto, hay

que tener en cuenta que el comportamiento

como riesgo del polvo y del humo es

muy importante: Olores: Constituyen una

incomodidad y muchas veces un perjuicio.

Su origen puede ser industrial o ·bien de

1<.-s desagües o sumideros de. las grandes

ciudades. En algún caso puede ser responsable

de procesos alérgicos. Sustancias

naturales: Su número es muy grande y tiene

importancia porque en determinadas

condiciones pueden comportarse como antígenos

alergénicos y producir cuadros asmáticos.

Esta anterior enumeración es ya una

muestra de lo que puede ser la polución

atmosférica. Hemos creído, tambien en

este apartado, que sería más demostrativo

hablarles de sustancias mejor que de determinadas

actividades industriales y por

las mismas razones que les exponíamos de

referirnos al asma laboral. Hay que tener

muy en cuenta que las industrias raras

veces utilizan una sola y determina sustancia.

sino que barajan en sus actividades

varias de ellas. Un riesgo bien estudiado

será aquel que por encima de una deten;ninada

actividad laboral específica considere

los productos que intervienen en la citada

actividad.

Los procesos patológicos que el riesgo

cond iciona son muy numerosos y tienen

importa n cia en el mundo del trabajo. No

sólo son procesos bronconeumopáticos, de

los que con especial detención nos ocupamos,

los que tienen en estos riesgos su origen,

sino que hay otros que afectan a diversos

órganos de nuestra economía; desde

los ojos al aparato circulatorio pueden verse

seriamente afectados, así como producirse

alteraciones serias en piel, hígado,

riñones. También son graves los trastornos

de la sangre, ·sobre el esqueleto, sistema

nervioso, etcétera.

Pero evidentemente el riesgo que comportan

los inhalantes es un riesgo principalmente

broncopulmonar. Ya nos hemos referido

a los procesos neumoconióticos y al

asma laboral. Pero hay otra afección a la

que debemos dedicar un comentario. Es la

bronquitis crónica. Desgraciadamente, hay

aún entre los facultativos un profundo desconocimiento

de esta enfermedad cada día

más corriente y más grave, "no 'sólo "per

se", sino por las consecuencias que produce.

En 1969 el Hospital "La Magdalena··. en

colaboración con la S.E.P.A.R., organizó en

Castellón un simposio referido a la B.C. Les

refirió las conclusiones de esta reunión: la

B.C. es una broncopatía primitiva caracterizada

por hipersecreción bronquial con tos y

expectoración persistentes durante por lo

menos tres meses en el curso de dos años

cconsecutivos y que tiende a producir la

dificultad respiratoria. La B.C. es la afección

que causa más mortalidad entre todas

las enfermedades crónicas del aparato respiratorio,

incluido cáncer y tuberculosis, y

constituye al mismo tiempo una de las

causas más frecuentes d.e absentismo laboral,

inval idez y daño social. La bronquitis

crónica, el asma y el enfisema son entidades

nosológicas distintas, aunque con frecuencia

se asocien e intrinquen. La sintomatología

clínica puede ser similar, por lo

que se prestan a confusión diagnóstica.

Pueden diferenciarse gracias a determinados

datos clínicos, radiológicos, broncológicos,

alergológicos, bacteriológicos y de explora

ción f uncional pulmonar. También

existen síndromes bronquiales secundarios

con semiología clínica similar a la de la

B.C., que deben ser diferenciados mediante

exploraciones adecuadas. La exploración

funcional pulmonar, la espirometría y la

gasometría. arterial sobre todo, es de gran

utilidad en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento

del bronquítico crónico.

Este bosquejo conceptual de la bronquitis

crónica nos obliga a pensar que puede

haber en su producción otros factores.

otros riesgos que. sin formar parte de la

polución atmosférica. entrañen un riesgo

evidente para una gran masa laboral. Serán

las sustancias que sólo constituyen riesgo

para un número determinado de trabajadores,

a veces para un solo trabajador. En

473

muchos casos, sólo constituyen riesgo para

el individuo predispuesto. o sea, que a este

factor hay que añadirle el factor constitución.

Hay algún autor, entre ellos López

Merino, que dice que el binomio exposición

más riesgo son los causantes de la bronquitis

crónica. Es interesante la sistematización

que del problema hace este autor. Es

importante investigar la reacción , la labilidad

de un sujeto, y al hacerlo no intentamos

más que penetrar en lo que el f actor

constitución puede influir en la citada reacción.

Después de una cuidadosa anamnesis,

los test de reaccionabilidad bronquial

-el ya nombrado areosol -test entre. e llosnos

definen mejor un perfil rea ctivo; en

este caso las pruebas de areosol-test no

están encaminadas a detectar un alergeno

provocante, sino a medir la respue sta del

bronquio frente a una determinada sustancia

que, aunque su manera de actuar no

sea alérgica . es importante tener en cuenta

esto, porque ya hemos dicho al definir la

bronquiti s crónica que muchas veces su

sintomatología era similar a la del asma y

que sólo la exploración funcional pulmonar

las diferenciaba. Los fa ctores que intervienen

en la presenta ción de bronquitis crónica

de etiología claramente laboral, con expresión

de sus riesgos, pueden resumirse:

en primer lugar, los factores físicos, ta les

como la temperatura que afecta con sus

ca mbios bru scos (panadero s). o bien, con

la exposición a calores y fríos extremos (siderometalurgia).

o con la exposi ción a la

intemperie (albañiles). La humedad con la

atmósf era húmeda. Luego,· los factores

mecánicos con sus sobrecarga·s fun cionales

del aparato respiratorio, por un lado (sopladores

de vidrio, atletas). y por el otro, la

inhalación de partículas de polvo que pueden

ser de origen orgánico o inorgánico.

tema al cual hemos hecho amplia referencia

al principio de esta charla. En segundo

lugar, los factores qulmicos contenidos en

los gases, los vapores y los humos. De

toda esta larga lista destacaremos el amoniaco.

el ácido nítrico, el anhídrico sulfuroso,

.el cloruro de cinc, el cromo, el picrato

amónico, los vapores nitrosos y la yperita.

En ter cer lugar, se exponen los factores

biológicos, que pueden ser vegetales, como

polvos texti les. harinas, hongos, medi camentos

de origen vegetal o derivados de

474

las indu strias de transformación de vegetale

s; o bien pueden ser de origen animal.

siendo los principales, las plumas, las pieles

y los pelos.

Después de contemplar estos tres tipos

de factores. veremos en seguida que muchos

de ellos han sido catalogados también

como polulantes atmosféricos; algunos son

responsables de los proce sos neumoconióticos

de los que hablábamos al principio, y,

en f in. algunos de ellos son antígenos responsables

de la producción de asmas laborales.

Otra vez aquí aparece la imbricación

de estos procesos. Hay una serie de conceptos.

pues. que serán comunes a cualquier

bronconeumopatía, el más importante

de ellos y que vamos remarcando a todo lo

largo de nuestra exposición es el de la

causalidad; existen bronconeumopatías en

que el papel del agente exógeno es notorio

y de manera constante induce en cualquier

sujeto la enfermedad, y esta inducción es

independiente de la calidad rea ctiva de la

sustancia. Es el caso de los oases irritantes.

que afectan a todos los que se exponen a

ellos. Si los afectados son el 1 00 por 100

de los expuestos y la lesión es reversible

después de un cuadro agudo, nos encontramos

frente a un accidente laboral. no

frente a una enfermedad profe sional. pero

si el proceso es irreversible y el sujeto

queda con una enferm edad. entonces sí

que ésta tiene una etiología profesional.

Pero, lo repetimos una vez más. esto será

así siempre que la tantas veces mentada

relación ca usa a efecto se dé entre un

agente provocante claramente profesional y

la enfermedad que produce.

En la bronquitis crónica se plantea el

mismo problema que ya les exponíamos al

hablarles del asma. y el médico a través de

sus exploraciones debe sentar el diagnóstico

de la afección, pero el conocimiento del

riesgo será imprescindible para centrar la

causa de esta afección. Aquí también habrá

casos en que el factor laboral no es

causa de la enfermedad. pero sí es un factor

agravante al actuar sobre un terreno.

sobre un sujeto con unas condiciones especiales

y cuya descripción nos alejaría de

nuestro propósito. El factor laboral matiza,

por así decirlo. la enfermedad.

Hay quien cree que en la bronquitis crónica,

si no hay unos factores endóoenos

propios, no hay enfermedad. Ello, conceptualmente,

acercaría este proceso al asma;

recuerden que en esta afección el factor

endógeno es el terreno alérgico. Personalmente,

no estoy muy de acuerdo con estos

conceptos, pero para todos los neumólogos

es evidente que estas dos afecciones,

conjuntamente con el enfisema, constituyen

la expresión de las broncopatías laborales,

y que su valoración, o sea, la postura

diagnóstica, tiene importania, como ya

hemos visto, para etiquetarlas de accidente

de trabajo, de enfermedad profesional, o

bien de un proceso patológico sin relación

profesional.

Es evidente que quedaría muy incompleta

esta exposición si no hiciéramos referencia

a otro problema. y es el que plantea el

cáncer broncopulmonar y sus relaciones

con el mundo del trabajo. Hay dificultades

al intentar relacionar esta enfermedad con

la polución del aire; sucede un poco como

con el tabaco. en que la relación parece

evidente, pero la demostración del porqué

de esta relación sigue siendo una incógnita.

Ello es en gran parte debido a que desconocemos

por completo a qué obedece el

cáncer. Pero sí vemos la posible rela ción

que hay entre el número de cánceres broncopulmonares

y el aumento de la polución

del aire. Es una relación que no admite

duda, sobre todo si nos referimos a un período

relativamente reciente, de quince a

vei nte años. Y todo ello salvaguardando

que actualmente se diagnostica mucho

mejor esta enfermedad que antes de esta

época; pero es precisamente éste el tiempo

en que la polución industrial del aire ha

llegado a términos alarmantes. Vean a continuación

cómo en 1943 el número de fallecimientos

por cánceres broncopulmonares

en todo Europa fue de 3.316 (2.541

hombres y el resto, mujeres); en 1950, el

número fue de 3.638; en 1955, 5.516; en

1960. 7.442 (6.125 hombres y 1.317

mujeres), y en 1963. 9.144 (7 .558 hombres

y 1.586 mujeres).

Es precisamente de todos los cánceres.

el broncopulmonar el que aumenta más en

estos últimos años, y a pesar de la influencia

de 1 tabaco y del mejor diagnóstico, hay

que pensar que otros factores juegan un

papel muy importante; la polución del aire

es uno de ellos, cosa que se demuestra al

pensar que su morbilidad es mucho mayor

en la ciudad que en el medio rural, y que

cuanto mayor e industrializada está la ciudad,

mayor aún es este número. No olvidemos

que es en estos sitios donde el aire

está más polucionado. Ya en 1958. Stocks

estableció una re lación entre el cáncer de

pulmón y la densidad de población, y entre

ambos factores y la concentración de

humos. Hay un detalle muy importante en

todo esto, y que después de los estudios

de Eacsott y de Dean admitimos todos los

neumólogos: es el que se precisa una exposición

determinada a la atmósfera pulutante

que también debe reunir ciertas condiciones

que en seguida comentaremos,

para que se produzca un cáncer. Y aún hay

que añadir más, ya que, según han demostrado

Kotin y su equipo. esta enfermedad

empezaría por una fase de a~resión bronquial

claramente provocada por el pululante

atmosférico, incluyendo entre éstos a

todos los descritos al hablar de la bronquitis

crónica. Si esta agresión es breve, no

pasa nada, a lo máximo un cuadro agudo,

que más que enfermedad es accidente;

pero si la agresión prosigue, hay profundas

modificaciones no sólo funcionales, sino,

aquí está el peligro, también estructurales,

que para algunos son ya estados precancerosos

y que para otros son sólo un estadio en

el cual los polulantes cancerígenos encontrarían

el terreno abonado para su acción.

¿Cuáles son los polulantes cancerígenos?

Apresurémonos a decir que no tiene tal

carácter una especie o sustancia química

específica diferenciada. sino que esta acción

se encuentra en series químicas muy

diferentes. La lista de estos cuerpos se va

extendiendo cada vez más conforme avanzan

los trabajos de investigación en este

sentido, y por lo tanto, sólo podemos nombrarles

aquellos para los cuales se ha podido

demostrar una relación suficiente para

englobarlos en el decir que constituyen un

riesgo cancerígeno. Son los hidrocarburos

policíclicos. como los derivados del perileno

y del pireno. También el naftoperi leno y

otros productos de la oxidación de los hidrocarburos;

recordemos que los hidrocarburos

son el gran componente del hollín.

Debemos nombrar los minerales que pueden

ser cancerígenos. tales son el níquel. el

475

cromo. el arsénico. el hierro. el berilio y el

selenio. Mención especial merece el asbesto,

cuya variedad más pel igrosa es el

amianto. U ltimamente las partículas del

llamado industrialmente carbón negro han

demostrado ser cancerígenas. ¿Y el papel

del polvo?

Evidentemente el polvo es un vehicu lante

de estos productos. y además produce acciones

irritantes. Pero no está probado que

sea directamente el responsable. Tampoco.

con verdadero rigor científico se puede

responsabilizar en la producción de esta

enfermedad a los gases de escape de los

automóviles. Pero sí es cierto que estos

gases llevan polulantes peligrosos y que al

aumentar cada día su cantidad y el tiempo

de exposición a los mismos, puede .ser posible

que su influencia sea real. Aunque

nos movemos en un campo en el que hay

grandes incógnitas. es evidente que la relación

entre cáncer broncopulmonar y polución

es cada vez más cierta. En el estudio

de esta enfermedad debe valorarse lo que

constituye un riesgo, y si legalmente este

estudio no tiene aún eficacia, sí puede tenerla

como aviso. como prevención. ya que

está demostrado que disminuyendo o evitando

el riesgo, actuaremos de un modo

real sobre la incidencia de esta terrible

enfermedad.

476

Quisiéramos que de toda esta disertación

pudieran sacarse algunas conclusiones de

utilidad práctica. La importancia del estudio

del riesgo en las bronconeumopatías de

origen profesional es importante para el

diagnóstico de las mismas. porque sin la

relación. causa y efecto. no puede haber

una etiología laboral. Si a este riesgo se

añaden algunas de las premisas que a continuación

les exponemos. la labor diagnóstica

se verá ampliamente facilitada. Son:

a) Que actualmente exista una bronconeumopatía

demostrada objetivamente.

b) Que anteriormente no exista ninguna

afección de esta índole.

e) Que estadísticamente se compruebe

que el ambiente de. trabajo entraña un riesgo

concreto. mayor que el del medio en

donde el sujeto se reúne fuera del trabajo.

d) Que el ambiente laboral presente

condiciones de riesgo para la presentación

de procesos bronconeumológicos.

e) Que se den en la enfermedad las

condiciones de tiempo de latencia. eclosión

típica y concomitancias apropiadas.

f) Que haya casos similares en la empresa.

g) Que puedan verificarse pruebas objetivas

como el areosol-test.

h) Que el proceso esté legalmente admitido

como enfermedad profesional.

Archivos de Bronconeumología
Article options
Tools

Are you a health professional able to prescribe or dispense drugs?