Se estudian 200 casos de carcinoma bronquial desde distintos puntos de vista, queriendo destacar la relación histo-radiológica.
originares
Sanatorio Clínica de Nuestra Señora
de la Merced, Barcelona
(Director: G. Manresa Formosa).
CARCINOMA BRONCOGENO. ASPECTOS
CLINICO-RADIOLOGICOS Y TRATAMIENTO
J.L. Viejo Bañuelos y G. Manresa Formosa
Introducción
A pesar de los adelantos actuales
de la medicina, el cáncer sigue siendo
importante causa de muerte y verdadera
preocupación de investigadores
y clínicos. En cuanto al carcinoma
broncógeno se refiere, contamos en la
actualidad con un solo medio de curación,
la cirugía; complementada por
la radioterapia y el empleo de citostáticos.
Sin embargo creemos que el
paso más importante en el campo del
tratamiento debe darse en el diagnóstico
precoz.
Se ha propuesto como ayuda diagnóstica
la radiografía y el examen
citológico del esputo rutinario en toda
la población. Sin embargo, una vez
demostrada la no rentabilidad del estudio
en masa por ser un método demasiado
costoso1 para los pocos datos
que proporciona (un caso entre 10.000
personas examinadas)2
, se considera
como más rentable la radiografía seriada
en varones de más de 45 años y
con algún síntoma · respiratorio, teniendo
en cuenta que la citología del
esputo en masa resulta impracticable.
64
Otro dato de sumo interés, es el
atender al paciente cuando sus molestias
son escasas o incipientes, sobre
todo en personas potencialmente portadoras
de procesos neoplásicos pulmonares,
como son los varones mayores
de 45 años y más si son fumadores.
Extremo éste al que dedicamos
en ocasiones poca atención. Existe
asimismo un riesgo adicional para
personas expuestas al polvo y emanaciones
de gases, uso del éter clorometilmetílico3;
para pacientes con
dolencias pulmonares serias superadas
y enfermos aquejados de úlceras digestivas•.
En el estudio que presentamos a
continuación, hemos intentado analizar
las posibles formas de presentación
y evolución de los diversos carcinomas
broncógenos en relación con
su histopatología. Para realizar nuestro
propósito, hemos recogido los 200
últimos tumores, diagnosticados en
nuestro Servicio de Enfermedades del
Aparato Respiratorio, y relacionado
diversos datos en forma estadística.
No se extiende este análisis a casos
similares diagnosticados con anterioridad,
por considerar que no se han
sometido a las mismas pautas de
diagnóstico y tratamiento. Son pacientes
que permanecieron hospitalizados,
y se excluyen los enfermos tratados
en régimen dispensarial.
Incidencia
En la casuística que presentamos,
· los diversos tipos de carcinoma se
clasifican en cinco grupos histológicos:
en primer lugar el carcinoma de
células escamosas o epitelioma espinocelular.
En un segundo grupo se recogen
los adenocarcinomas. En tercer
lugar se recopilan los tumores indiferenciados
incluyendo los de grandes,
medianas y pequeñas células. Un
cuarto grupo que recoge los tumores
con células en grano de avena u «oatcell
» y en último término encuadramos
los tumores de difícil clasificación
histológica.
Como se observa en la tabla I la
mayor frecuencia corre a cargo del
carcinoma de células escamosas, 82
[361
J.L. VIEJO BAÑUELOS Y COLS. - CARCINOMA BRONCOGENO. ASPECTOS
CLINICO-RADTOLOGJCOS Y TRATAMIENTO
TABLA l.
Frecuencia de los diversos tipos histopatológicos
Carcinoma de células escamosas
Adenocarcinoma
C. indiferenciado a grandes y pequeñas células
C. a células en grano de avena
84 casos (42 %)
28 casos (14 %)
49 casos (25 %)
8 casos ( 4 %)
8 casos ( 4 %)
23 casos ( 11 %)
Formas indeterminadas de dificil clasificación
Sin diagnóstico histopatológico
casos que corresponden al 42 por
ciento del total. Siguiendo en incidencia
los tipos indiferenciado, adenocarcinoma
y de células en grano de
avena. Entre los pacientes estudiados,
en 23 ocasiones ( 11,5 por ciento), no
se pudo llegar a un diagnóstico histológico,
a pesar de los métodos diagnósticos
empleados, y por tratarse de
pacientes con mal estado general y
que no permitían ciertas exploraciones.
Sin embargo en todos ellos hay
una firme sospecha neoplásica por la
clínica, radiología y evolución posterior.
En cuanto a la edad de presentación,
diremos, en acuerdo con la mayoría
de autores, que la incidencia
mayor ocurre entre los 50 y 70 años.
En estas dos décadas se encontraban
140 de nuestros pacientes (70
por ciento). Con edad inferior a los
40 años hay 12 casos, siendo 16 los
que superan los 70 años de edad (tabla
II).
También se constata la mayor incidencia
en los varones sobre las mujeres.
En nuestra estadística son 167 varones
frente a 33 mujeres, lo que nos
da un porcentaje de 5/1 a favor del
sexo masculino.
Se ha citado repetidamentes.• el predominio
de localización en pulmón
derecho sobre el izquierdo, y dentro
TABLA JI
Distribución de los casos según
edad y sexo
Edad Casos
Hasta 40 años 12
de 40 a 50 años 32
de 50 a 60 años 67 140(70%)
de 60 a 70 años 73
más de 70 años ,_._1.6_
Total 200
Sexo
Varones 167
Mujeres 33
Relación varones mujeres: 5/1
[39)
de aquél el lóbulo superior respecto al
inferior1
• Los resultados en nuestros
doscientos casos nos dan una incidencia
de 112 (56 por ciento) en el lado
derecho, y 85 (42 por ciento) en el pulmón
izquierdo, habiendo manifestaciones
bilaterales en tres ocasiones.
Respecto a la influencia del hábito
de fumar como causa del proceso, hemos
podido constatar la opinión de
autores con grandes estadísticas referentes
a este problema8 . Son 155 los
fumadores, la gran mayoría «grandes
fumadores», frente a 32 no fumadores.
De estos últimos, cabe destacar que
28 son mujeres. Por tanto sólo tenemos
constancia de 4 varones no fumadores.
En 13 pacientes no se precisó
esta circunstancia.
En los no fumadores, no encontramos
datos significativos respecto al
tipo anatomopatológic.o del tumor;
hay autores que señalan el predominio
de adenocarcinomas en los no
fumadores9
• En nuestra estadística se
trata de carcinoma de células escamosas
en 5 casos, adenocarcinoma en
1 O ocasiones, tumores indiferenciados
en 8, de dificil clasificación 2, y el
resto sin diagnóstico histológico, estando
de acuerdo con la tesis de los
autores que señalan la falta de relación
entre tabaco y tipo de tumor'º·".
No hemos encontrado en la bibliografia
datos referentes a la presencia
de antecedentes tumorales en familiares
directos. Revisando nuestros enfermos,
hemos observado que 36 de
ellos (18 por ciento) cuentan con antecedentes
neoplásicos dé cualquier
tipo en los padres o hermanos mayores.
Hemos de tener en cuenta que
muchos de los pacientes interrogados
ignoran la causa del fallecimiento de
sus padres.
Sintomatologia
En el presente estudio, hacemos
hincapié sobre la primera sintomatología
que presentó el enfermo, estudiando
a continuación el tiempo
transcurrido desde este primer síntoma
hasta la sospecha de un proceso
neoplásico y comienzo del estudio
diagnóstico.
En 59 de los pacientes (30 % ) la
primera manifestación fue el dolor torácico,
errático de tipo artromiálgico
unas veces, o fijo y persistente
en otras ocasiones. Puede deberse a la
compresión de los nervios peribronquiales,
a la invasión neoplásica de la
pleura o subpleura o bien a compresión
de ramificaciones nerviosas endotorácicas12.
Con frecuencia nos
cuenta el paciente que aumenta con
los movimientos respiratorios o del
tronco, con la tos, o con la compresión
de una zona que corresponde a
la localización del tumor.
La hemoptisis o la expectoración
hemoptoica en menor o mayor intensidad
fue en 3 1 casos ( 16 % ) el
motivo de la consulta. Raramente se
presentó como sangre abundante,
siendo con más frecuencia hemoptisis
de esputo, que procedió, en ocasiones
con varios meses de antelación a
otros signos directos del tumor. Suele
ser éste un motivo apremiante de visita
médica por alarma del paciente.
En ocasiones (29 casos), la causa de
consulta fue una astenia marcada,
con anorexia, que se acompañó o no
de pérdida de peso. Pero sin embargo,
en algunos pacientes no hubo sintomatología
alguna y fue un hallazgo
radiológico la presencia de imágenes
sospechosas de proceso neoplásicos.
Son 13 de nuestros enfermos los diagnosticados
en revisiones periódicas
rutinarias o al ser sometidos a examen
radioscópico por otro motivo.
Otros síntomas diversos encontrados
como primera manifestación fueron
la presencia de tos, disnea, episodios
intercurrentes respiratorios,
agudos o subagudos, etc. que se hallan
expuestos en la tabla III.
Cabe, sin embargo, llamar la atención
sobre la presencia como primera
manifestación de sintomatologías menos
frecuentes. Así ocurre con la aparición
de retículos venosos superficiales,
turgencia de yugulares, edema en
esclavina, disfonía o afonía, dedos en
palillo de tambor, alteraciones electrocardigráficas,
presencia de adenopatías
periféricas, etc. Dentro de este
grupo diverso hemos observado 1 O casos,
cuatro de los cuales corresponden
a la aparición de afonía.
Hemos podido comprobar que los
síndromes paraneoplásicos en ocasiones
acompañan, e incluso preceden a
la aparición radiológica del tumor. Se
trata de procesos degenerativos secundarios
a circunstancias tóxicas,
anóxicas, alérgicas, carenciales o autoinmunológicas".
Como síntomas más
65
ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 10. NUM. 2, 1974
TABLA IIl
Diversas sintomatologías como primera manifestación del proceso
neoplásico. Número de casos
Casos
Dolor torácico 59
Expectoración hemoptoica o hemoptisis 3 1
Astenia. anorexia, o alteradas generales 29
Episodios respiratorios intercurrentes agudos o subagudos 24
Tos 18
Hallazgo radiológico asintomático 13
Manifestaciones varias (texto) 10
Disnea 9
Síndromes paraneoplásicos 7
frecuentes aparecen uñas en cristal de
rel(!j, eritema palpar, fenómeno de
Raynaud, pigmentación cutánea,
tromboflebitis, artralgias, alteraciones
psíquicas, parestesias, etc. Son 7 los
casos que hemos recogido en nuestro
estudio.
Estos síntomas están subordinados
a la malignidad y desaparecen con la
extirpación del tumor, como es la
conducta de un síndrome paraneoplásico.
Cuando se producen metástasis
puede repetirse la sintomatología,
pero siempre siendo efecto lejano de
un tumor maligno y no atribuible a la
proliferación local o metastásica de
éste13 •
Dato de especial interés es la consideración
del intervalo ocurrido desde
la primera sintomatología a la que
nos acabamos de referir y el momento
en que se hace eviclente la sospecha
de una neoformación, y se inician las
exploraciones encaminadas al diag
nóstico histopatológico. Al enjuiciar
estos datos, observamos la tardanza
en sospechar procesos malignos, que
ya nos dieron sus primeras manifestaciones.
Inculparemos de este retardo
en ocasiones al propio paciente, que
minusvalora su sintomatología, quitando
importancia a lo que le ocurre
(figs. 1 y 2).
La tabla IV nos habla de 53 casos
(27 por ciento) en los que fue sospechado
el proceso maligno antes de los
dos meses y medio del inicio sintomático.
Incluimos en este grupo los
13 hallazgos radiológicos. Sin embargo,
en 120 casos (60 por ciento)
hubieron de transcurrir dos meses y
medio a un año para iniciar las exploraciones
diagnósticas. Por último,
en 27 casos (13 por ciento) pasó
más de un año para que se pensara en
la posibilidad de la presencia del carcinoma.
Frente a esta tardanza en la sospecha
clínica, recogemos el tiempo que
se precisó con los actuales medios
66
Fig. l. Imagen hiliar
derecha que pasó inadvertida
en una primera
revisión.
diagnósticos para llegar a la confirmación
histopatológica del carcinoma
broncógeno. Recordemos que se
trata de enfermos todos ellos ingresados
en centro especializado en donde
la sistemática de exploraciones permite
cierta celeridad en el diagnóstico.
De los 200 casos examinados se
diagnosticaron en el transcurso de la
primera semana 93 y en la segunda semana
7 4, lo que hace un total de 16 7
casos (84 por ciento) diagnósticos histopatológicos
confirmados en los 1 5
días siguientes a la sospecha clínica
de neoplasia. El resto de los casos
Fig. 2. Mismo paciente
de lafigura 1, 11 me·
ses después. Imagen sospechosa.
Diagnóstico:
Carcinoma a células en
grano de avena. Inope·
rabie.
[40]
TABLA IV
J.L. VIEJO BAÑUELOS Y COLS. - CARCINOMA BRONCOGENO. ASPECTOS
CLINICO-RADIOLOGICOS Y TRATAMIENTO
~o extraído en el curso de una toracotomia
exploradora.
Número de casos según el tiempo transcurrido desde Ja primera
sintomatología hasta Ja sospecha clínica de un proceso neoplásico
Analizando el método diagnóstico
en relación al tipo histológico del
tumor, hemos observado que las neoplasias
espinocelulares han sido diagnosticadas
en 4 3 ocasiones ( 51 % ) por
medio de la broncoscopia con BAS
o biopsia bronquial. Sin embargo
en los tumores indiferenciados y adenoca
rcinomas sólo se hizo por-este medio
el diagnóstico del 2 5 por ciento
de los casos, siendo precisa la biopsia
quirurgica para llegar a conocer la histología
neoplásica en casi la mitad de
estos tumores. En cuanto a los demás
métodos diagnósticos no se aprecian
diferencias relativas al tipo de carcinoma.
Casos
Antes de l mes
De 4 a l O semanas 38
De 10 a 20 semanas 38
De 20 a 30 semanas 51
De 30 a 40 semanas 22
Después de l año 27
fueron diagnosticados: 7 en la tercera
semana, 3 en semanas sucesivas y 23
no pudieron ser confirmados histológicamente
como indicábamos con anterioridad.
Método diagnóstico
La tabla V indica el porcentaje de
positividades diagnósticas obtenidas
con los diferentes métodos empleados.
A la vista de estos datos, deducimos
como método de exploración más
útil en el carcinoma broncógeno la
broncoscopia, que ayudada de la biopsia
bronquial y la broncoaspiración selectiva
(BAS) nos ha dado el diagnóstico
de certeza en 71 casos (36 por
ciento). Además de este dato, la broncoscopia
nos suministra otros como
son: la extensión del tumor, su operabilidad,
y su posible tratamiento
deducido del diagnóstico histopatológico
por la biopsia. Es un método relativamente
sencillo en manos expertas
y con pocas complicaciones. Actualmente
en nuestro Servicio se practica
con anestesia general, siendo así mucho
m{'.jor tolerada por el paciente.
Se señala esta exploración por algunos
autores14 como firme ayuda diagnóstica
en las hemoptisis, encontrando
su causa por este medio en el 75 %
de los casos, de los que el 42 % eran
neoplasias.
Otro método que actualmente da
buenos resultados es el estudio citológico
del esputo. Requiere buenas
condiciones en su recogida y conservación
hasta el momento de ser observado.
En ocasiones será preciso, ante
una sospecha neoplásica, estudiar repetidas
tomas para poder confirmar o
negar un diagnóstico"- 2 5 de nuestros
pacientes ( 13 % ) fueron diagnosticados
por este método, teniendo en
cuenta que el porcentaje de positividades
depende de la repetición del
examen de esputos••.
En once pacientes el diagnóstico se
hizo por el examen citológico del liquido
pleural existente. En siete casos
nos lo dio la biopsia de la· masa pul-
[41]
Antes de 2 t meses: 53 casos (27 %)
De 2 t m. a un año: 120 casos (60 %)
Después de 1 año: 27 casos (13 % )
monar con agl1ia o con trépano de
Still por punción transtorácica. En
seis ocasiones más fue la biopsia de
adenopatías la que nos dio un diagnóstico
de certeza, practicada por mediastinoscopia
11 o bien por intervención
de Daniels.
Por último, en 57 casos (28 % ) se Radiología
hizo el diagnóstico por biopsia quirúrgica
de la tumoración. En ocasiones
se realizó una biopsia peroperatoria
que indicó la pauta quirúrgica
a seguir, y en otras fue el examen de
la pieza extirpada o bien el fragmen-
Hemos intentado relacionar las
manifestaciones radiológicas de las
neoformaciones con el tipo histológico
del tumor. Los resultados obtenidos
se exponen en la tabla VI, basada
TABLA V
Número de resultados histopatológicos positivos obtenidos
con los diversos métodos diagnósticos empleados.
Broncoscopia con BAS o biopsia bronquial
Biopsia quirúrgica
Examen citológico del esputo
Citología del líquido pleural
Biopsia transtorácica de la masa pulmonar
Biopsia de adenopatías
Sospecha clínica. Sin diagnóstico histopatológico
TABLA VI
71 casos (36 %)
57 casos (28 %)
2 5 casos (1 3 % )
1 1 casos ( 5 % )
7 casos ( 4 %)
6 casos ( 3 %)
23 casos (1 1 %)
Patrones radiológicos según el tipo celular. Se citan por separado
las manifestaciones principales (P) y secundarias (S). En este~uadro
no figuran las imágenes correspondientes a los tipos de difícil clasificación
y a los no confirmados histológicamente.
Carcinoma Adenocarc. carcin. Cel. en
escamoccl. Ad enocare. indiferen. avena
84 casos 28 casos 49 casos 8 casos Total
p . s p s p s p s p s
l. Imágenes parenquimatosas.
masa pequeña menor de 4 cm. 4 - 1 - 3 - - - 8 -
masa grande mayor de 4 cm. 30 - 11 - 17 - 2 - 60 -
masa apical (Pancoast) 7 - 1 - 4 - - - 11 1
masas múltiples 5 - 2 1 2 - 2 - 11 1
neumonitis 4 - 1 - 1 - - - 6 -
cavitación 5 - 1 - - - - - 6 -
atelectasia 4 6 2 - 8 5 2 1 16 12
11. Imágenes hiliares
prominencia hiliar 11 - 1 - 2 - 1 - 15 -
masa hiliar 11 1 2 - 8 - - - 21 1
III. Imágenes extrapulmonares
ensanchamiento mediastínico 2 - - l 4 2 - - 6 3
derrame pleural 1 4 - 1 - 10 1 1 8 19
elevación diafragmática - 6 - 3 - 2 - - - 11
alter. costal y de pared - 4 - l - 2 - - - 7
Totales: 169 54
67
ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 10. NUM. 2, 1974
en la clasificación presentada por
R.G. Fraser y J.A.P. Pare en su Tratado
de Diagnóstico de las Entermedades
del Tórax, al relacionar los patrones
radiográficos según el tipo celular
en 600 enfermos de carcinoma broncógeno'
8.
Hemos hecho tres grupos de manifestaciones
radiológicas: imágenes
parenquimatosas, hiliares y extrapulmonares
ultratorácicas. Dentro de estos
grupos hemos observado:
- masas pequeñas, con un tamaño
inferior a Jos 4 cm de diámetro, que
corresponden al llamado nódulo solitario
o lesión en moneda. Es en esta
fase en la que la cirugía obtiene mayores
éxitos de curación. Su diagnóstico
es a menudo difícil y sólo se consigue
tras la toracotomía. Son 8 los
casos de nuestra recopilación (figs. 3,
4 y 5).
- masa grande, con diámetro superior
a 4 .cm. Es la imagen radiológica
que aparece con más frecuencia. Independientemente
de su localización
hemos observado 68 casos (34 % )
(figs. 6 y 7).
- masa apical o tumor del seno vértebropulmonar
superior o tumor de
Pancoast: Estas lesiones con frecuencia
pueden traspasar la pleura y extenderse
en la pared torácica inmediata
produciendo el llamado síndrome
de Pancoast'9
• Con frecuencia se
asocia a alteraciones costales radiográficas.
Son 14 los casos de nuestra
estadistica.
- masas múltiples, agrupando en
ocasiones masas uni o bilaterales y de
tamaños variables. Son 1 5 los casos
observados.
- neumonitis: motivo por el que
todo neumonía debe seguirse radiológicamente
hasta su total resoludón,
sobre todo en pacientes del «grupo de
edad canceroso»º, y máxime si recidiva
en un corto período de tiempo.
Con esta imagen radiológica hemos
observado 8 casos.
- cavitación, con superficie interna
irregular, o bien sem~jando un absceso
pulmonar o más raramente un
quiste broncógeno. Esta forma cursa
con variada sintomatología'º y diversidad
histológica, aunque con predominio
de espinocelulares y adenocarcinomas".
Se citan 6 casos (figs. 8 y 9).
- atelectasia. Es una manifestación
frecuente. El colapso suele ser segmentario
o lobar y más raramente de
todo el pulmón, y se produce por la
obstrucción bronquial. Son 19 los pacientes
que presentaban esta imagen.
Algm1os autores han encontrado en
todas las formas radiológicas, predo-
68
Fi9. J. N6dulo solitario
(marcado con flechas).
Tratamiento quirúrgico:
extirpación.
Diap_nóstico: carcinoma
indiferenciado metastásico.
Fi9. 5. Mismo enfermo
de la figura anterior
tras intervención de lobectomía
superior derecha.
minio de las derivadas de la obstrucción
bronquial: neumonía, atelectasia,
enfisema o absceso ·segmentario22 •
- imágenes hiliares. Distribuidas en
·promínencia hiliar en 16 ocasiones y
masa hiliar presente en 26 pacientes.
Estas imágenes pueden ser debidas a
la presencia de un carcinoma primario
Fig. 4. Nódulo solitario.
Diagn6stico: carcinoma
espinocelular no
carnifican/e. Tratamiento
quirúrgico.
en un bronquio principal, o a un
aumento de tamaño de los ganglios
linfáticos.
- ensanchamiento o masa mediastínica:
11 casos. La afectación de los
ganglios mediastínicos posteriores
puede en ocasiones desplazar el esófago
con las· consiguientes molestias. La
(42)
compresión de los grandes vasos puede
dar origen al síndrome de la vena
cava superior y la invasión del nervio
frénico o del laríngeo ocasionarán parálisis
diafragmática o ronquera respectivamente.
- derrame pleural. Se han observdo
9 casos de intensidad variable. En ocasiones
su punción dio el diagnóstico citológico
de· neoplasia. Sin embargo la
presencia del derrame no indica siempre
la invasión directa de la pleura,
sino que a menudo es debido a obstrucción
linfática ganglionar. La existencia
de un derrame hemorrágico indica
casi siempre una invasión tumoral
di recta.
- elevación diafragmática y alteraciones
costales y de pared torácica. En
ningún paciente constituyeron mani.festaciones
principales, pero aparecen
como signos acompañantes en 11 y 7
casos respectivamente. La elevación
diafragmática está causada por la
afectación del nervio frénico. Las alteraciones
costales y de la pared son
frecuentes en tumores muy invasores
y periféricos, viéndose a menudo en
las neoplasias apicales.
(45)
J.L. VIEJO BAÑUELOS Y COLS. - CARCINOMA BRONCOGENO. ASPECTOS
CLINICO-RADIOLOGICOS Y TRATAMIENTO
Fig. 8. Neoplasia abscesificada.
Dia9nóstico:
carcinoma indiferenciado.
Tratamiento quir-úrgico:
neumonectomía.
Fig. 9. Mismo paciente
de la Ji9ura anterior.
Ra~iogra}ía lateral izquierda.
Fig. 6. Imagen radiológica
ocluida en parte
por el arco aórtico. Se
realizó lobectomía superior.
Fig. 7. Histopatología
del paciente de Jafig. anterior.
Lobulaciones
neoplásicas de carcinoma
indiferenciado a
predominio a células
claras. Gran pleomorfismo
y zonas de iniciación
de .necrosis.
Tras analiza r la serie de datos radiográficos
obtenidos podemos llegar
a la conclusión de que las masas
grandes, mayores de 4 cm de diámetro,
son frecuentes y corresponden a
los tipos espinocelular, adenocarcinomas
y tumores indiferenciados. Sin
embargo, la presencia de tumores apicales,
imagen menos frecuente, se relaciona
con el tipo de células escamosas.
Por otro lado, las masas múltiples
son raras en todos los tipos de carcinomas.
El fenómeno atelectásico se observa
casi exclusivamente en los carcinomas
de células escamosas y en tumores
indiferenciados, sean de grandes o
pequeñas células. No se ha visto en
ninguna ocasión imágenes de condensación
que suelen ser poco frecuentes18.
Referente a la presencia de masas y
prominencias hiliares, se observa un
franco predominio de presentación en
los tipos espinocelulares con 22 casos,
mientras que es una presentación
proco frecuente en los adenocarcinomas.
De hecho, tanto los carcinomas
espinocelulares como los de células
en grano de avena pueden ser centrales
o periféricos, pero los adenocarci-
69
ARCHIVOS DE BRONCONEUMOLOGIA. VOL. 10. NUM. 2, 1974
nomas están situados casi siempre en
la periferia2"",
La cavitación como imagen radiológica
principal se presentó, como ya
dUimos, en 6 casos de los que 5 eran
tumores espinocelulares, no existiendo
en los tipos indiferenciados y de
células en forma de grano de avena.
Por último, el ensanchamiento mediastínico
ocurrió con mayor frecuencia
en tumores indiferenciados y viene
a ser significación en ocasiones de
la propagación del carcinoma.
En cuanto a las manifestaciones
secundarias o acompañantes, cabe señalar
la presencia frecuente de derrame
pleural, elevación diafragmática,
atelectasia y alteraciones costales
y de pared torácica como ya dijimos
anteriormente.
Tratamiento
La cirugía radical es actualmente la
única forma segura de curar un carcinoma
bronquial. En relación con esto,
consideramos importante la investigación
de los ganglios linfáticos regionales,
incluso los no palpables", ya
que la invasión tumoral de los ganglios
de la carina o paramediastínicos,
existente con frecuencia2
•, significa
prácticamente la incurabilidad quirúrgica
de la enfermedad21.
También se ha citado la posibilidad
de practicar una laparotomia
exploradora ante una neoplasia broncopulmonar
primitiva como posibilidad
de tratamiento de otras manifestaciones
abdominales de la afección,
encontradas en 9 de 26 pacientes
observados por Ch. Sors y colaboradores28.
Además de la cirugía, contamos con
la radioterapia y los citostáticos. La
radioterapia está indicada como paliativa
en casos no operables y como preoperatoria
en otras ocasiones. A veces
su empleo se limita a evitar síndromes
compresivos o dolorosos en ocasiones
causados por las metástasis
del tumor primitivo. Hay autores que
confirman su efectividad en los tumores
«Oat-cell» o células pequeñas sobre
la cirugía29
•
Respecto a la quimioterapia, las diversas
pautas existentes se emplearán
teniendo en cuenta el tipo histológico
del tumor y el estado del paciente,
siempre bajo estricto control hemátic<
Yº y vigilancia de sus efectos secundarios,
que pueden obligar a suprimir
su administración en caso de ser intensos.
· La tabla VII muestra el tratamiento
que se realizó en los 200 pacientes del
70
TABLA VII
Tratamiento aplicado en los diversos casos
- Tratamiento médico . . . . . . . . . . . . . . 99 casos (49'5 % )
Radioterapia ·
Quimioterapia
Expectante-sintomático
- Tratamiento Quirúrgico
Toracotomia exploradora
Segmentectomía
Lobectomía o bilobectomía
Neumonectomía
presente estudio. 99 de estos enfermos
no fueron considerados aptos para la
cirugía, lo que supone un 50 % del total.
De entre ellos, 19 fueron tratados
con radioterapia, 21 se sometieron a
tratamiento citostático, principalmente
con ciclofosfamida, sulfato de vincristina,
·sulfato de bleomicina y metrotexate.
Por último, 39 p¡icientes
fueron visitados en estadios tan avanzados
o con tan mal estado general,
que se indicó un tratamiento sintomático
paliativo, acons~jando terapia
con corticoides, cuyos beneficios parecen
compensar el pequeño riesgo de
las reacciones desfavorables en estos
enfermos3
' .
En los otros l O l enfermos ( 50 % )
se realizó tratamiento quirúrgico con
los siguientes resultados: en 39 casos
(20 % ), nuestra actitud se limitó a
practicar toracotomia exploradora
por ser tal la invasión neoplásica que
no fue posible la resección tumoral.
En 3 ocasiones se realizó segmentectomia.
En 26 pacientes pudo llevarse
a cabo una lobectomia o bilobectomia
acompañada de resección ganglionar
de ganglios invadidos. Finalmente,
en 33 casos hubo de realizarse neumonectornia
(figs. 10, 11 y 12).
Los pacientes tratados con resección
de un tipo u otro, hacen un total
de 62 que corresponde a un 3 l % de
los enfermos visitados. Siempre que
fue posible, se prefirió la lobectomia
a la resección totaP2. Asimismo, en todos
los casos de resección se extirparon
los ganglios mediastínicos acc"esiblesn.
34 • Hay que tener presente que
tumores que pudieran ser extirpados
quirúrgicamente, no son sometidos a
la cirugía por el mal estado del paciente
o por presentar éste deficientes
valores ventilatorios y funcionales.
Cabe también destacar que los carcinomas
descubiertos fortuitamente,
son con frecuencia tipos cancerosos
maduros desde el puntos de vista histológico,
y por ello, son más accesibles
a un tratamiento quirúrgico que
los otros tumoresn.
En la actualidad se emplean con-
19 casos
21 casos
59 casos
39 casos
3 casos
26 casos
33 casos
.101 casos (50'5 %)
Resección tumoral
en 62 casos (3 1 % )
juntamente y de forma complementaria
los tratamientos médicos y quirúrgicos
en el afá n de sobrepasar la escasa
barrera de los cinco años de supervivencia.
De esta forma, buen número
de pacientes realizan radioterapia
preoperatoria con buenos resultados,
mientras que en otros casos se indica
quimioterapia tras la resección, o bien
sesiones de radioterapia como tratamiento
paliativo.
No hacemos referencia a las posibles
complicaciones del tra~amiento
quirúrgico, como tampoco comentamos
las pautas de tratamiento médico
por salirse del planteamiento del
presente estudio. Por igual razón, no
abordamos en el tema de las recidivas
y metástasis tumorales, señalando
úpicamente que en la mayoría de los
casos son silenciosas u oligosintomáticas
siendo a menudo su descubrimiento
accidentaP•.
Evolución
La supervivencia de los pacientes
tras el tratamiento es muy variable, y
parece estar en relación con el tipo
histológico y el estado general del enfermo.
Algunos autores37 citan la mayor
supervivencia de los cánceres epidermoides,
así como la peor evolución
de los tumores de crecimiento rápido.
Otros autores no encuentran relación
significativa en los tipos histológicos.
Sin embargo, parte importante en la
evolución será el estado del enfermo,
siendo el pronóstico más sombrío en
pacientes de edad avanzada, con fiebre
o mal estado general.
En un centro diagnóstico-quirúrgico
como es el nuestro, nos resulta dificil
conocer la evolución posterior
de muchos enfermos, que tras su alta
son controlados por especialistas diversos.
Es por ello que no disponemos
de un dato valorable de supervivencia
a pesar de su elevado interés. Indudablemente,
tenemos noticia de enfermos
que fallecieron antes de los
dos años de su alta, así como otros
[46)
Fig. J 2. Pieza operatoria correspondieme al paciente
citado en las dos figuras anteriores. Pulmón
derecho extirpado por carcinoma indiferenciado.
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CLINICO-RADIOLOGíCOS Y TRATAMIENTO
Fig. 10. Paciente de
59 años. Dia9nóstieo:
carcinoma indiferenciado.
Tratamiento quirúrgico:
neumonectomía.
Fig. H. Mismo paciente
de la fig'!ra anterior
tras la' intervención.
con supervivencias superiores a los 4
ó 5 años, y uno de los casos presentados
sobrevive después de 7 años de
la extirpación de un carcinoma de
células escamosas.
Considerando la mortalidad operatoria
como los fallecimientos ocurridos
durante la intervención y en
los 1 5 dias sucesivos y siempre a causa
de la actitud quirúrgica, ha sido de
7 casos, que supone un 7 % de los
intervenidos quirúrgicam~nte. Uno de
ellos falleció en el acto operatorio por
embolia gaseosa, y de los restantes,
4 lo hicieron por insuficiencia ventricular
derecha ti.guda, uno por hemoptisis.
intensa y otro por embolia
ceret?ral.
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Conclusiones
Acabaremos aceptando que en la
actualidad, no se dispone de una medida
terapéutica alguna capaz de doblar
las cifras de curación, ya que casi
se han il.lcanzado los limites de las
posibilidades quirúrgicas, y no cabe
esperar tampoco un avance de importancia
por parte de la radioterapia.
El· úni.co dato alentador, puede basarse
en la doble supervivencia de los
tumores diagnosticados fortuitamente,
sobre los confirmados tras la presentación
de sintomatologia1
•.
Sólo pues, la exploración radiológica
en serie realizada sistemáticamente
cada año, promete, por el diagnóstico
precoz, un progreso real en la
lucha contra el cáncer de pulmón.
Resumen
Se presentan los datos analiticos
correspondientes a 200 carcinomas
broncógenos, estudiados desde los
puntos de incidencia, frecuencia de
tipos histológicos, sintomatología,
método diagnóstico, y tratamie[!to. Se
hace especial hincapié en las manifestaciones
rad iológicas en relación con
la histopatología tumoral.
Se citan las diversas conclusiones
esta,disticas y se insiste en el interés
del diagnóstico precoz como principal
medio de lucha contra la neoplasia.
Summary
BRONCHOGENIC CARCINOMA.
CLINICAL-RAOIOLOGICAL ASPECTS AND
TREATMENT
The authors .present the analyt ical
data coqesponding to 200 cases of
bronchogenic ca reí noma, studied from
aspects 9f incidence, frequency of
histological types, symptomatology,
diagnostic method and treatment. Special
emphasis is given to radiological
manifestations in relation to tumorous
histopathology.
T)1e authors quote various statistical
conclusions and insist upon the interest
-of a precocious diagnosis as the
principal means of fighting aga inst
neoplasia.
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