De 1.300 enfermos enviados a una unidad oncológica médica, 87 tenían metástasis de un cáncer, cuya localización primaria no se evidenció por la historia clínica, exploración física y radiografía de tórax.
Un análisis de las investigaciones realizadas a estos 87 enfermos y los resultados muestran que en sólo 8 enfermos las investigaciones no quirúrgicas lograron diagnosticar el tumor primario. En dos pacientes se consiguió conocer el origen mediante laparotomía y en 13 el curso clínico permitió localizar la neoformación primaria antes de la muerte.
Pocas investigaciones deben realizarse en los pacientes en los que se desconoce la neoplasia primitiva, puesto que son poco rentables y además su conocimiento no reportó beneficio clínico ni modificó el tratamiento.
Los tumores tratables deben exluirse y esto puede lograrse en la mayor parte de los casos por análisis de sangre especialmente los que analizan la actividad de las fosfatasas ácidas y otros trazadores tumorales.