Al contrario de lo que se describe en otros países, la afectación de la mucosa de la vía aérea por tuberculosis es muy infrecuente en los países desarrollados1. En series de pacientes asiáticos, la afectación endotraqueal ocurre en un pequeño porcentaje de los pacientes con afectación endobronquial2; sin embargo no hemos encontrado descripciones de esta afectación por autores españoles (búsqueda en PubMed, términos: endotracheal tuberculosis o tracheal tuberculosis y Spain). En este sentido, en la serie española más extensa3, no encuentran afectación endotraqueal en ninguno de los 73 casos de tuberculosis con afectación endobronquial. Se ha propuesto que la causa de afectación de la vía aérea por tuberculosis es la presencia de gran carga bacteriana endobronquial4. De hecho, en la serie de Jung et al., 232 de 233 pacientes con afectación endobronquial tenían la baciloscopia directa positiva2.
Sin embargo, presentamos un caso de afectación traqueal por tuberculosis que tiene características adicionales excepcionales: no presenta otras lesiones endobronquiales, y los estudios de las tinciones de esputo previas a la broncoscopia fueron negativas para Mycobacterium tuberculosis.
Una mujer de 49 años de nacionalidad española, fue remitida a nuestra consulta al presentar tos de un año de evolución con expectoración escasa, disfonía y episodios de recurrentes de febrícula, con pobre respuesta a diferentes pautas de antibioterapia. Exfumadora de 10 a/p sin otros antecedentes de interés. Las pruebas de función respiratoria no mostraron alteraciones y la TC AR de tórax reveló la presencia de bronquiectasias en los segmentos apicales de ambos lóbulos inferiores y en LSD, un infiltrado en árbol en brote, y un engrosamiento de la pared posterior de la tráquea sin adenopatías hiliares ni mediastínicas. Las baciloscopias de esputo resultaron negativas y se realizó una broncoscopia que mostró una lesión sobreelevada de aspecto necrótico en la pared posterior del tercio medio de la tráquea, acompañada de una mucosa de aspecto granular circunferencial (fig. 1A). El resto del árbol bronquial presentaba una mucosa de aspecto normal. La tinción de Ziehl-Neelsen fue negativa en las muestras de broncoaspirado y lavado bronquioloalveolar, en cambio la PCR resultó positiva para Mycobacterium complex. En el esputo recogido tras la exploración endoscópica se observaron bacilos ácido alcohol resistentes y en la biopsia se observaron granulomas necrosantes. Con tratamiento antituberculoso se observó una resolución completa de las lesiones traqueales (fig. 1B).
La incidencia de tuberculosis endotraqueal es difícil de establecer debido a que la broncoscopia no se considera necesaria en muchos casos para su diagnóstico3. Tras revisar la literatura, no hemos encontrado descripciones de tuberculosis traqueal en nuestro país3,5. Sin embargo, en países asiáticos su hallazgo no es excepcional2,6. En un estudio prospectivo de 429 pacientes con tuberculosis a los que se realizó una broncoscopia, Jung et al. encontraron una afectación bronquial hasta en el 50% y traqueal en el 16% de los casos2. Como en nuestro caso se describe más frecuentemente en mujeres. El predominio por el sexo femenino se ha atribuido a la exposición prolongada a los bacilos, en parte condicionada por la estrechez de sus vías aéreas2,7.
Aunque la mayoría de los pacientes con afectación traqueobronquial por tuberculosis mejoran con el tratamiento específico, hasta en un 20% de los casos se ha relacionado con el desarrollo de estenosis traqueobronquiales2,7,8. Sin embargo, en nuestro país, en una serie de 136 pacientes tratados por estenosis de las vías aéreas centrales, en ninguno de los casos se atribuye a la tuberculosis el origen de la afectación5.
En conclusión, la afectación traqueobronquial por tuberculosis es una entidad que se debería considerar en los casos de tuberculosis, destacando el papel de la broncoscopia para su identificación, especialmente si se trata de mujeres con sintomatología prolongada. Establecer un diagnóstico y tratamiento temprano puede ser crucial para evitar el desarrollo de complicaciones posteriores.
A Eduardo García Pachón por sus ideas y colaboración.