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T eratomas del mediastino
Doctores G . Téllez de Peralta, L. Pérez Ruiz, J. Ardaiz San Martín y D. Figuera
Aymerich
El teratoma es un tumor embrionario del
grupo de los disembriomas heteroplásicos.
Es relativamente fre cuente (20-28 por 100
de las tumoraciones de mediastino, según
distintas estadísticas: Peabodey, Morrison,
etcétera). Generalmente asientan en mediastino
· anterior. No existen diferencias
fundamental es con los dermoides, aunque
éstos suelen dar tumores quísticos (derivan
principalmente del ectodermo) y los teratomas
sólidos (derivan de las tres hojas blastodérmicas).
Suelen ser silenciosos y cuando
dan síntomas es por compresión, ruptura
en pleura, erosión del pulmón (fístula) o
malignización.
CASO 1
Varón, de veintitrés años, que presenta
desde hace mes y medio tos, expectoración
sanguinolenta y dolor torácico. A la exploración
sólo destaca un soplo sistólico grado
111/IV en mesocardio. En la analítica, 10.400
leucocitos; velocidad de sedimentación de
15/40; L. D. H. 230 u W y discreto aumento
de la gammaglobulina, siendo el
resto normal. Radiológicamente, imá gene~
densas. uniformes, redondeadas, de situación
anterior, proyectadas sobre campo
medio izquierdo e inferior derecho. Es interven
ido a través de esternotomía media,
encontrándose una tumoración dura que
ocupa todo el mediastino anterior y superior,
íntimamente adherida a pulmón derecho
Se extirpa la pieza, que pesa 800
Bronconeumologla núm. 3 - 5
RESUMEN
gramos, arriñonada, que mide 20 x 1 O x 4
con una cápsula ligeramente rugosa. Microscópicamente,
diferentes componentes
glandulares con mitosis y dermofismo, cartílago,
timo, zonas vascu lares y áreas mixoides.
Diagnóstico Anatomía Patológica: Teratoma
maligno.
El posoperatorio inmediato evolucionó
satisfactoriamente.
CASO 11
Mujer, de cincuenta y seis años, que acude
a la Clínica por un problema alérgico y
al practicá;sele radiografías de tórax de rutina
aparece una imagen redondeada a
nivel de apex cardiaco, de mayor densidad,
sitvacióFl posterior, paravertebral a nivel de
IX, V y XI dorsales, redondeada y de bordes
regulare s.
La exploración era rigurosamente normal.
Los datos analíticos eran normales, aparte
de los de rutina de sangre, orina, autoanalizador,
se hicieron catecolaminas en orina
por si se trataba de un tumor nervioso, y
fueron normales.
Se interviene a través de toracotomía
izquierda, quinto espacio intercostal, encontrándose
una tumoración fá cilmente delimitable,
encapsulada con pequeñas adherencias,
que se enucleó con fa ci lidad. Era
nodular, de 250 ·gramos, con fina cápsula.
Midió 8,5 X 7,5 X 7,5.
Estaba constituida por formaciones nodulares
de tejido mesenquimal de aspecto
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primitivo, médula ósea, nódulos linfoides,
cartílago, hueso, formaciones epiteliales
glandulares y tubulares.
Se diagnósticó de teratoma.
El posoperatorio fue normal.
El primer caso, de localización típica,
destaca por la gran evolución de las lesiones.
Aproximadamente un 20-25 por 100
de los teratomas son malignos, casi siempre
bajo la forma de carcinomas (adenocarcinoma
o carcinoma papi!ífero). La evo/ución
en este caso rue rap1ctlsíma, pues al
mes y medio presentó una recidiva local y
dos metástasis en lóbulo superior derecho.
El segundo caso es de gran rareza por su
localización pastero-inferior. Hasta la fecha
sólo se han descrito cuatro casos con éste.
Todo lo demás recuerda fielmente con el
concepto de carcinoma.
En ninguno de los dos casos aparecieron
en la radiografía imá.aenes de hueso, dientes,
etcétera, lo que hubiese facilitado el
diagnóstico preoperatorio.
Adenopatías fímicas del mediastino
Doctores G. Téllez de Peralta, J. J. Rufilanches Sánchez y D. Figuera Aymerich
Generalmente, la tuberculosis primaria
infantil, con su complejo anatomopatológico
constituido por la lesión parenquimatosa y
la adenopatía satélite, suele cursar de modo
benigno hacia la curación, a no ser que se
complique.
Dentro de las complicaciones que se
producen, a pesar de un tratamiento médico
adecuado, llamamos la atención sobre
las adenopatías satélites, que a veces, en
lugar de regresar, pueden continuar evolucionando,
caseificarse y perforar o distorsionar
los bronquios, dando lugar a una
serie de complicaciones que integran lo
que podríamos llamar complicaciones regionales
de origen ganglionar del complejo
primario. Y esto ocurre porque es un hecho
comprobado que las drogas antituberculosas
tienen menos efecto sobre las adenopatías
fímicas que sobre las lesiones
parenquimatosas.
No se debe tomar una decisión quirúrgica
sin realizar previamente un adecuado y
completo estudio del enfermo.
El tratamiento en los casos de complejo
primario infantil con complicaciones regionales
de origen ganglionar que no se han
resuelto después de un tratamiento médico
bien conducido debe consistir en resecar
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RESUMEN
la adenopatía responsable o practicar su
vaciamiento. En los adultos, aunque las
adenopatías fímicas mediastínicas o hiliares
se compliquen con mayor rareza, deben
también ser intervenidos para eliminar un
importante foco caseoso crónico, en el que
casi siempre es posible evidenciar bacilos
tuberculosos aunque la enfermedad esté
aparentemente inactiva.
Esta conducta puede parecer a algunos
extremadamente agresiva, sobre todo a
quienes sostienen el criterio de la benignidad
habitual del complejo primario. Pero
no resulta tan agresiva si tenemos en
cuenta que Frostad encuentra perforaciones
bronquiales en el 28 por 100 de los
niños sospechosos sometidos a exploraciones
broncoscópicas y a la inocuidad de la
operación que proponemos, que dependerá
de la situación anatómica del ganglio o de
los ganglios afectos. Siempre que sea posible,
sin riesgos, debe resecarse la adenopatía.
Pero con mucha frecuencia, la situación
del ganglio en la intrincada encrucijada hiliar
y su adherencia a los vasos vecinos
hacen desaconsejable intentar su resección,
máxime cuando los mismos resultados se
obtienen abriendo el ganglio y vaciando