En respuesta a la Carta al Director firmada por la doctora René Agustín Flores-Franco1 en referencia al trabajo publicado en esta misma revista2 y de la que somos autores, queríamos aportar algunas aclaraciones. Estamos de acuerdo en que los medios económicos de los que disponemos nos limitan a la hora de aplicar determinadas actuaciones tanto diagnósticas como terapéuticas. Así, los bajos recursos económicos pueden obligarnos a utilizar medios menos sofisticados y de resultados parecidos. Sabemos que el sistema de drenaje tunelizado comercializado con el nombre de PleurX®, que se utiliza para los derrames pleurales malignos y del que nosotros hemos presentados nuestros resultados, sí está introducido en Méjico. Es un sistema con amplia experiencia y seguro, y por ello nosotros lo aconsejamosen las circunstancias en que está indicado y se puede acceder a él. Así, este dispositivo está diseñado de forma que su colocación resulta fácil y puede realizarse de forma ambulatoria según la experiencia de distintos autores3,4 y la nuestra propia. En nuestro estudio solo fue colocado en régimen de hospitalización cuando el paciente ya estaba ingresado;además, permite el alta hospitalaria una vez colocado para seguir su control en el domicilio. De esta forma se evitan hospitalizaciones y desplazamientos de los pacientes, lo que abarata sus costes y economiza su uso5.
El PleurX® dispone en el extremo proximal del catéter que está introducido en la cavidad pleural de una válvula unidireccional. La válvula tiene como función principal evitar la entrada a la pleura de aire u otros fluidos. Esta característica independiza al paciente de una sala de hospitalización con toma de aspiración o sello de agua continuo como en el sistema que propone la doctora Agustín Flores-Franco. Sin embargo, en aquellas situaciones en las que se quiera realizar una pleurodesis o introducir distintos tipos de medicación6, la válvula unidireccional puede ser salvada de forma sencilla por personal entrenado. En el caso del PleurX® no es habitual esta circunstancia, ya que en un porcentaje importante, como se indica en nuestro estudio, el propio catéter estimula la producción de una pleurodesis por un mecanismo no claramente entendido.
Por otro lado, la tunelización del drenaje es subcutánea y se realiza con facilidad siguiendo las instrucciones del fabricante. El catéter se tuneliza con la ayuda de una lanceta con extremo romo que no precisa la utilización de anestésico previo en el recorrido ni desbridamiento de la zona. La única anestesia tópica, aproximadamente 7ml de escandicaína en total, que se utiliza es para los dos puntos de incisión y solo en uno de ellos se aplicará en planos más profundos hasta la pleura parietal. Por lo demás, la técnica de introducción del catéter en la cavidad pleural se lleva a cabo, al igual que lo hace la doctora Agustín Flores-Franco con su catéter, mediante la técnica de Seldinger. En conclusión, consideramos que si se puede disponer del sistema PleurX®, este reúne suficiente experiencia, seguridad, comodidad para el paciente y sencillez de colocación y manejo para ser utilizado en los derrames pleurales recidivantes de origen neoplásico. Su uso ambulatorio independiza al paciente del hospital y disminuye los costes, por lo que economiza el sistema sanitario.