Leímos con gran interés la carta al director de Bacalja et al.1, que notificaron el caso de una mujer de 58 años de edad, que presentaba una masa en el lóbulo superior del pulmón izquierdo. La paciente se sometió a una lobectomía superior izquierda y el diagnóstico final fue de lipoma intrapulmonar. Los autores comentaban la dificultad que había supuesto para los radiólogos determinar la naturaleza de la lesión.
Nos gustaría destacar el papel de las técnicas de imagen, en particular la tomografía axial computarizada (TAC), como herramienta importante para la evaluación de pacientes con lipomas intrapulmonares. Presentamos el caso de un varón asintomático de 52 años de edad, que fue derivado a nuestro servicio tras detectarse un nódulo en una radiografía de tórax de rutina. Los resultados de la exploración física y de las pruebas analíticas fueron anodinos. En la TAC de alta resolución se observó un nódulo redondeado y bien definido de 13mm de diámetro en el lóbulo inferior derecho. Se trataba de un nódulo hipodenso, con una densidad media de –30 unidades Hounsfield (UH), compatible con lesión de contenido graso (fig. 1). Estos hallazgos indicaban un patrón benigno, y las características radiológicas fueron compatibles con lipoma intrapulmonar. El paciente acude a controles ambulatorios regulares y, 2 años después, el nódulo no ha variado.
Los lipomas son tumores mesenquimatososos benignos de tejido adiposo. A pesar de ser un frecuente tumor de tejido blando, su localización intrapulmonar es excepcionalmente rara2,3. La mayoría de lipomas intrapulmonares son asintomáticos, y muchos se descubren de forma accidental en placas de tórax de rutina, en las que se observa una opacidad solitaria que en la radiología simple es indistinguible de una neoplasia maligna2–4. En la TAC, los lipomas aparecen como nódulos homogéneos, redondeados, bien definidos y con coeficientes de atenuación correspondientes a un tejido graso (–30 a –150 UH)2–4. La presencia de grasa intranodular es un indicador fiable de su patrón benigno y el diagnóstico de lipoma pulmonar depende, en gran medida, de la detección de grasa en el interior de la lesión.
La resonancia magnética (RM) también permite distinguir los diferentes componentes de la lesión, grasa incluida. En las secuencias ponderadas en T1, las áreas de grasa muestran una alta intensidad de la señal. Las secuencias con contraste ponderadas en T1 con supresión grasa muestran la pérdida de señal del componente adiposo. Estos hallazgos son característicos de la presencia de grasa2,5. En el diagnóstico diferencial de los nódulos intrapulmonares lipídicos, la principal entidad a considerar es el hamartoma. Estos nódulos a menudo presentan áreas adiposas focales que se alternan con áreas de calcificación5.
Como conclusión, tanto la TAC como la RM pueden contribuir a identificar la grasa intranodular, un indicador fiable del carácter benigno del nódulo que elimina la necesidad de utilizar procedimientos invasivos, como la biopsia pulmonar o la cirugía. A pesar de que son raros, los lipomas intrapulmonares deberían incluirse en el diagnóstico diferencial de las lesiones pulmonares homogéneas que contienen grasa.