El mantenimiento de un estado nutricional óptimo en los pacientes con enfermedades respiratorias es crucial. La malnutrición produce una situación de riesgo y tiene efectos negativos en la evolución de la enfermedad, acompañándose de mayor morbimortalidad. En la repercusión de la desnutrición sobre el aparato respiratorio se ven afectados la musculatura respiratoria, el parénquima pulmonar y el sistema inmunitario1,2.
La valoración del estado nutricional del paciente se convierte en una necesidad para poder detectar de forma temprana a los sujetos con mayor riesgo de desnutrición y establecer el grado de soporte nutricional que se va a aplicar. La valoración de estos pacientes debe incluir: estudio dietético, antropométrico (peso, talla, índice de masa corporal, pliegue cutáneo), estudio hematológico, bioquímico e inmunológico3. Técnicas como la bioimpedancia eléctrica son muy útiles para conocer la composición corporal. En pacientes con déficit nutricional se pueden seguir las estrategias indicadas en la tabla 1.
Estrategias de alimentación
• Se deben realizar 5-6 comidas al día, repartidas en pequeñas cantidades, comer despacio y masticar bien |
• Consumir 3-4 raciones de fruta para asegurarse la ingesta de vitaminas y minerales |
• Consumir pescado 2-3 veces a la semana, considerando que al menos dos sean de pescado azul (sardina, boquerón, bonito, caballa, salmón) |
• Disminuir el consumo de grasa animal |
• Usar preferentemente aceite de oliva virgen para cocinar y condimentar |
• No consumir alimentos muy fríos o muy calientes, ya que pueden provocar sensación de tos y/o ahogo |
• Tomar abundantes líquidos (aproximadamente 1,5-2 l), siempre que no haya contraindicación al respecto |
La obesidad es otro aspecto importante y cada vez más frecuente en la EPOC. Puede limitar la capacidad de ejercicio, producir restricción respiratoria y agravar la disnea. En estos casos es esencial el consejo dietético.