La brucelosis o fiebre de Malta es una zoonosis prevalente en las regiones mediterráneas y es endémica en nuestro país1. La enfermedad se adquiere fundamentalmente por el consumo de leche y productos lácteos no pasteurizados, como el queso y la nata2. Rara vez, el patógeno puede invadir el sistema respiratorio mediante inhalación. Tras un período de incubación de 2-4 semanas, la brucelosis se manifiesta con síntomas inespecíficos, como fiebre de hasta 40°C, sudoración nocturna, anorexia, cansancio y pérdida de peso3. La seroaglutinación en tubo o microplaca con rosa de Bengala es de especial elección como prueba rápida para el cribado de masas. La seroaglutinación convencional en tubo (prueba de aglutinación de Wright) es una de las pruebas de laboratorio más habituales usada para confirmar el diagnóstico4. El diagnóstico definitivo puede obtenerse con el aislamiento del patógeno a través de un hemocultivo y de un cultivo de una muestra de la médula ósea.
Un paciente varón de 20 años de edad, que se acababa de alistar en el ejército, se presentó refiriendo tos, expectoración, dolor punzante en el hemitórax izquierdo, sudoración nocturna, anorexia, fiebre ondulante y disnea de casi 10 días de evolución. También refirió la pérdida de 3kg de peso en el último mes. Presentaba fiebre de 38,4°C y su frecuencia respiratoria era de 22/min. La auscultación torácica reveló estertores inspiratorios basilares bilaterales. Se detectó un recuento de leucocitos de 27.930/mm3 y una velocidad de sedimentación de 68mm/h. El valor de proteína C reactiva era de 141mg/dl.
La radiografía de tórax mostró un infiltrado neumónico en la zona media derecha y una opacidad homogénea en la zona inferior izquierda. En la tomografía computarizada de tórax se observó derrame pleural bilateral de 2cm de extensión e infiltraciones neumónicas en el segmento anterior del lóbulo superior, en el segmento medial del lóbulo medio del pulmón derecho y en el lóbulo inferior del pulmón izquierdo (fig. 1). El paciente se sometió a una toracocentesis. La muestra de líquido pleural, de color pajizo, era un exudado desde un punto de vista bioquímico y contenía 2.000 leucocitos (80% mononucleares)/mm3. Tras el cultivo de las muestras obtenidas de sangre, orina y esputo, el paciente inició tratamiento empírico con ampicilina-sulbactam intravenoso en dosis de 1g/día con un diagnóstico preliminar de neumonía bacteriana y derrame paraneumónico. Las muestras de esputo y líquido pleural fueron negativas para bacilos ácido-alcohol-resistentes y el valor de adenosina desaminasa en líquido pleural era de 31UI/l. En los cultivos de esputo y líquido pleural no se observó crecimiento.
Al sexto día de tratamiento el paciente seguía febril y no era evidente ninguna mejoría clínica ni radiológica. Por otra parte, se documentó el crecimiento de Brucella spp. en el hemocultivo. Al detallar la anamnesis, se puso de relieve que el paciente había vivido en un pueblo, trabajando como pastor, consumiendo productos lácteos no pasteurizados hasta el último mes, y que en su familia, previamente, se habían dado otros casos de brucelosis. La seroaglutinación con rosa de Bengala fue positiva y la seroaglutinación de Wright fue positiva, con un título de 1/160. Se interrumpió la antibioterapia inespecífica en el sexto día y el paciente inició tratamiento con doxiciclina en dosis de 100mg 2 veces al día y rifampicina en dosis de 600mg/día por vía oral. Después de 14 días de tratamiento, se identificó una mejoría de los síntomas clínicos, las características radiológicas y los resultados de la gasometría arterial. El paciente fue dado de alta el día 20 del tratamiento y completó una pauta de 6 semanas con un total restablecimiento.
En un estudio previo, efectuado en nuestro país, se analizaron retrospectivamente 1.028 casos de brucelosis. En el 2% estuvo presente tos y en 7 pacientes (0,7%) hubo afectación pleural5. En un estudio prospectivo, que incluyó 110 pacientes con brucelosis, en 11 (10%) hubo afectación pulmonar. Se documentó que el tratamiento de la brucelosis dio lugar a la remisión completa de los síntomas pulmonares en todos los casos, sin otras morbilidades6.
En consecuencia, la brucelosis puede confundirse con diversas enfermedades debido a la ausencia de especificidad de sus características clínicas. La afectación pulmonar es una manifestación poco habitual; sin embargo, debe tenerse en cuenta en las regiones en las que la enfermedad es endémica, en especial si el paciente no responde a la antibioterapia empírica.