La presentación clínica de pacientes con síndrome de obesidad hipoventilación (SOH) es heterogénea en su gravedad: Desde aquellos paucisintomáticos remitidos a consulta por sospecha de síndrome de apnea del sueño (SAHS), hasta aquellos cuyo diagnóstico se realiza tras el ingreso en una unidad de cuidados intensivos por encefalopatía hipercápnica. Las series clínicas publicadas indican que padecer de SOH asocia una morbimortalidad importante, siendo la muerte por fallo respiratorio o cardiovascular la causa de desenlace fatal. Es probable que la falta de sospecha del trastorno ventilatorio y la comorbilidad cardiovascular ya establecida en el momento del diagnóstico condicionen un pronóstico desfavorable en pacientes concretos1–4.
Hasta la fecha se han publicado varias series observacionales que estudian la mortalidad e identifican factores de riesgo asociados1–4. Recientemente Ojeda Castillejo et al. publican en Archivos de Bronconeumología un interesante estudio prospectivo sobre la evolución de pacientes con SOH del que queremos destacar positivamente varios aspectos5: Es probablemente el estudio con mayor tiempo de seguimiento (media>7 años) de los hasta ahora publicados, se realiza un seguimiento cercano de los pacientes, y se establecen criterios de ventilación que parecen adecuados. En cuanto a resultados, los autores encuentran que el grupo SOH sin SAHS presenta mayor mortalidad y, a diferencia de estudios previos, la persistencia de una capacidad vital forzada (FVC) reducida tiene valor pronóstico. Por otro lado, y en contra de lo que podría ser esperable2–4, encuentran que la paO2 basal no tiene valor pronóstico. Si bien los resultados de estudios como este son relevantes y necesarios para conocer la historia natural de pacientes con SOH, la ausencia de algunos datos limita la interpretación de los resultados:
- 1.
Los pacientes son reclutados, bien una vez estabilizados tras un ingreso hospitalario por acidosis respiratoria o bien desde la consulta. Es posible que los pacientes provenientes de ingresos padecieran de más comorbilidad que los reclutados desde consulta3,4. Sin embargo, los autores no aportan datos de comorbilidad.
- 2.
En el análisis de mortalidad los autores no indican si incluyen a pacientes no cumplidores de VMNI o CPAP —un total de 9 sujetos—. Este es otro dato relevante ya que la falta de cumplimiento se ha asociado a mayor mortalidad1,3. Tampoco se conoce la distribución por grupo de pacientes entre no cumplidores.
- 3.
Entre las múltiples causas de hipoxemia bajo VNI se incluye la hipoventilación central y los trastornos de ventilación/perfusión. En este sentido existen guías de práctica clínica que aconsejan que la presión soporte (IPAP-EPAP) sea de al menos 10mmHg antes de valorar añadir oxígeno. En el trabajo de Ojeda Castillejo et al. no queda claro si se tiene esta consideración en cuenta.
- 4.
Para el análisis comparativo de valores de FVC en el tiempo es más correcto el uso de métodos estadísticos tales como la comparación mediante ANOVA o la t de Student con la corrección de Bonferroni.
En resumen, para estimar factores pronósticos de mortalidad en pacientes con SOH es preciso realizar una correcta metodología de la VNI o CPAP y un estudio pormenorizado de los factores de riesgo potencialmente relevantes4. Por otro lado, y en espera de resultados de estudios en marcha, será interesante conocer si la monitorización nocturna de VNI en pacientes poco respondedores —mediante análisis del software del ventilador con o sin poligrafía simultánea— repercutirá positivamente en su calidad de vida y pronóstico vital.
FinanciaciónPara la elaboración de este manuscrito no se ha contado con ninguna fuente de financiación.
Conflicto de interesesLos autores declaramos no tener ningún conflicto de intereses.