Comparto con los autores1 el interés por aclarar la frase popular «la excepción confirma la regla», pero la prueba de su falsedad no es la que mencionan, ni la reprobación se debe al excéntrico premio Nobel de Física, Richard Feynman. El problema es más antiguo, no guarda ninguna relación con la física y más bien obedece a la falta de conocimiento del latín en nuestro medio. Marco Tulio Cicerón (106-43 a. C.), en uno de sus maravillosos discursos en el proceso de defensa de Lucius Cornellius Balbus, pronunció la frase siguiente: «exceptio probat regulam in casibus non exceptis», cuya traducción literal sería «la excepción prueba la regla en casos no exceptuados». El verbo latino «probare» significa probar, y de ahí proviene lo de confirmar. Pero probare no solamente significa probar o confirmar, sino que también tiene el significado de verificar, poner a prueba. Es decir, la verdadera traducción de la frase sería «la excepción pone a prueba la regla». O, en otras palabras, la excepción es la verificación de que existe una regla. Nunca pues que la regla sea falsa.
Con relación a si la medicina es una ciencia descriptiva, probabilística o ambas cosas a la vez, dejemos que sean otros los que se aventuren a criticar el editorial y pongan a los físicos en el lugar que les corresponde. En este caso de la excepción y la regla, demos humildemente al César lo que es del César y a Cicerón lo que le sea propio.