La gestión de la calidad, su medición y mejora se han establecido como líneas prioritarias en todos los centros sanitarios, siendo los indicadores herramientas fundamentales en su monitorización1-3.
Algunas sociedades científicas se han planteado el abordaje de aspectos más concretos de una enfermedad4-6, destacando en nuestra área la referente a estándares para la acreditación de unidades7, todas ellas sin entrar en el detalle de analizar los indicadores que puedan permitirnos evaluar el proceso asistencial en torno a una determinada enfermedad. Ante este vacío documental, Neumomadrid elaboró una Guía de calidad en patología respiratoria8 que, tras ser avalada por la Sociedad Española de Calidad Asistencial, se propone medir indicadores que permitan analizar la capacidad para reconocer la realidad de la calidad asistencial de la Neumología en nuestra Comunidad.
Presentamos un estudio retrospectivo y transversal, sobre 13 indicadores de la Guía8 seleccionados por los componentes de cada grupo de trabajo de Neumomadrid y supervisados por el grupo de Calidad, representativos y reproducibles de cada enfermedad en que se había estructurado la Guía (tabla 1, anexo, material suplementario).
El grupo de Calidad elaboró una plantilla para reclutamiento de datos que junto con las normas para el mismo, se hicieron llegar a todos los jefes de servicio a quienes habíamos solicitado previamente su participación.
El reclutamiento se llevó a cabo desde el 15 de octubre al 15 de noviembre del 2017, con un grado de participación ajustado a la complejidad de cada hospital. De los 23 centros con Servicio de Neumología, 14 participaron ofreciendo resultados para alguno de los indicadores, lo cual representa su intervención sobre un total de 4,7 millones de habitantes, 4centros lograron reclutar información de 12 de los 13 indicadores y 3 del 100%, lo cual representa su intervención sobre 2,5 millones de habitantes.
Los resultados obtenidos representan la medida del total de los hospitales participantes, quedando reflejados mediante frecuencias relativas (%), así como grado de participación para cada uno de los indicadores
De los 13 indicadores registrados, uno era de estructura (enfermería), 4 de proceso (broncofibroscopia, pleura, sueño-VMNI y cáncer de pulmón) y 8 de resultados (fibrosis quística ([FQ], TEP, pediatría, enfermedad pulmonar intersticial difusa, EPOC, asma, infecciones y tabaco).
Así, la evaluación de los datos (tabla 1, anexo, material suplementario) puso en evidencia resultados favorables al alcanzar el objetivo establecido como referencia8 en el 41% de los indicadores: cáncer de pulmón, enfermería, pediatría, EPID y tabaco. Del 59% restante, 3indicadores mostraron una desviación inferior al 5% del valor de referencia8, broncofibroscopia, EPOC y asma, mientras que los otros 4, sueño-VMNI, FQ, infecciones y pleura, mostraban una desviación superior al 35% del valor de referencia8. No fue posible obtener resultados en el de TEP dado que solo se logró el registro en 3de los centros debido a la dificultad para obtener dicha información de los Servicios de Admisión.
Al evaluar el grado de participación de los distintos centros, encontramos un 47% para el registro de la EPOC, seguida de la del asma con un 43%, un 39% para el de cáncer y enfermería, un 34% para el de broncofibroscopia, infecciones, tabaco, sueño-VMNI y un 30% para los de pediatría, EPID y pleura. El indicador de FQ fue reportado desde 3 centros, siendo el 60% de las unidades de esta enfermedad en la Comunidad de Madrid. Aunque hubiese sido deseable la participación de la totalidad de los centros, el área de influencia que representan permite analizar la intervención sobre un número amplio de la población, pues en los casos con mayor participación, como son los de EPOC o asma, alcanzaría hasta 4,7 millones de habitantes y en los que menos, como pediatría, EPID y pleura, hasta 2,5 millones, pudiendo haber sido más relevantes los resultados en caso de haber logrado la participación de todos los centros.
Ante la necesidad de medir la calidad y establecer áreas de mejora nuestra especialidad, nos propusimos evaluar 13 indicadores seleccionados de la Guía elaborada por Neumomadrid8, poniéndose en evidencia que en el 41% de nuestros indicadores alcanzaban el estándar establecido como de calidad8, mientras que en el 59% restante la desviación indicaba importantes áreas de mejora.
Desde las primeras publicaciones en relación con la evaluación de la calidad9, son muchos los avances implementados con un creciente interés entre los clínicos por mejorar y participar en la gestión siempre bajo el apoyo de las normativas y guías, poniéndose en evidencia la necesidad de disponer de indicadores propios de cada especialidad. Recientemente, ha sido publicado el estudio RECALAR10 por la SEPAR donde se plasman los recursos y la estructura organizativa de la Neumología en el Sistema Nacional de Salud. En este mismo documento, se hace referencia a la falta de estándares e indicadores de medida específicos de la especialidad, salvo algunos ejemplos sobre procesos muy especfíficos7,11,12.
El problema de los indicadores publicados en enfermedad respiratoria radica en que suelen ser excesivos para un pequeño número de entidades y prácticamente nulos para otras, con una formulación ambigua, no reproducible y poco factible, sin olvidar la gran limitación que nos encontramos a la hora de medirlos debido a su ausencia en los sistemas de medida empleados en los distintos centros y estructuras sanitarias.
De estas carencias, y de la necesidad de evaluar nuestra calidad como especialidad, surge el proyecto de Neumomadrid, logrando un documento base8, abierto a continuas actualizaciones, con una primera medida de los indicadores seleccionados.
En conclusión, la calidad asistencial precisa de un soporte de medida que la avale, por lo que, ante la falta de trabajos homogéneos en nuestra especialidad, Neumomadrid ha desarrollado la primera guía de indicadores de calidad con la posterior medida de 13 de ellos, trabajo realizado sobre una población cercana al 40% de la población de la Comunidad de Madrid, observando que el 41% de los indicadores superan el valor establecido como referencia8 pero que el 59% restante representa áreas de mejora, incluidos los sistemas informáticos, hecho que, por otra parte, podría facilitar la participación de un mayor número de centros.