Hemos leído con gran interés la editorial sobre el papel de las farmacias comunitarias en el control de las enfermedades respiratorias1. Sin embargo, a pesar de compartir las acciones descritas en el artículo, consideramos que la farmacia comunitaria también puede tener un papel relevante en el tratamiento directamente observado de la tuberculosis (TDO-TB)2,3. El TDO-TB es una medida ampliamente recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el control de la tuberculosis, especialmente en poblaciones con riesgo de incumplimiento terapéutico. Esta estrategia consiste en asegurar la adhesión al tratamiento farmacológico mediante la intervención de una segunda persona que observa directamente la toma de medicación por parte del paciente según la pauta terapéutica prescrita. Desde 1999 se desarrolla un programa de TDO-TB en el Departamento Sanitario 9 de la Comunitat Valenciana, consistente en la administración del tratamiento supervisado de la tuberculosis en las farmacias comunitarias, como parte de las estrategias para el control de la tuberculosis4. La distribución geográfica de las oficinas de farmacias favorece que el paciente pueda establecer un contacto rápido con un profesional sanitario para facilitar que se asegure la toma del tratamiento. Asimismo, la comunicación fluida y cooperativa entre las farmacias comunitarias, trabajadores sociales y los clínicos permite identificar incumplimiento del tratamiento y detectar efectos adversos del mismo. Resultados de nuestro programa previamente publicados han mostrado una mayor adherencia en pacientes con riesgo de mala cumplimentación y abandono del tratamiento, alcanzando en nuestro programa tasas de curación mayores del 75%5. Los equipos TDO-TB deben estar estructurados de una forma multidisciplinar con la participación de trabajadores sociales, clínicos y farmacéuticos comunitarios. Además, los programas sobre acciones sanitarias deben estar continuamente revisados para detectar cambios en las poblaciones atendidas, deben aplicarse indicadores de eficacia y debe favorecerse la difusión entre los profesionales e incentivación continuada de los mismos.
Consideramos pues, que la implicación de todos los agentes sanitarios disponibles en una población, con la inclusión de los profesionales de farmacia denota un compromiso real y firme para el control de la tuberculosis en un área determinada.
Vicente Abril López de Medrano: Servicio de Enfermedades Infecciosas, Consorci Hospital General Universitari de València
Estrella Fernández Fabrellas: Servicio de Neumología, Consorci Hospital General Universitari de València
Concepción Gimeno Cardona: Servicio de Microbiología, Consorci Hospital General Universitari de València
Francisco González Morán: Servicio de Vigilancia y Control Epidemiológico, Dirección General de Salud Pública, Conselleria de Sanitat, Comunitat Valenciana
Remedios Guna Serrano: Servicio de Microbiología, Consorci Hospital General Universitari de València
Carmen Illa Lahuerta: Unidad de trabajo social, Consorci Hospital General Universitari de València
Rafael Medina Almerich: Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia
Mercedes Melero García: Servicio de Medicina Preventiva, Consorci Hospital General Universitari de València
Elvira Pérez Pérez: Servicio de Vigilancia y Control Epidemiológico, Dirección General de Salud Pública, Conselleria de Sanitat, Comunitat Valenciana
Desireé Ruíz González: Vocal de Servicios Profesionales, Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia
Isabel Sanfeliu Vela: Atención farmacéutica, Muy Ilustre Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valencia
Francisco Sanz Herrero: Servicio de Neumología, Consorci Hospital General Universitari de València