Se realizó una encuesta a 60 pacientes diagnosticados de enfermedades respiratorias crónicas con la finalidad de establecer cuántos conocían el nombre de su enfermedad, los medicamentos que recibían, la especialidad dedicada a su patología y qué era una espirometría. Sólo 23 pacientes (38%) conocían cómo se denominaba su enfermedad, estos eran todos los asmáticos y silicóticos pero sólo el 24% de los diagnosticados de otras enfermedades. Treinta y tres enfermos (55%) no eran capaces de decir qué medicamentos recibían. Sólo el 22% sabía qué era un neumólogo y una espirometría, aunque se le había realizado ésta al menos al 45% de los pacientes. Por el contrario, la mayoría de ellos sabía qué era un cardiólogo (70%) y un electrocardiograma (80%). Una gran proporción de enfermos respiratorios crónicos ignoran los aspectos básicos relacionados con su enfermedad. Parece necesario emplear una terminología correcta para mejorar sus conocimientos.
Sixty patients diagnosed as having chronic respiratory diseases were surveyed in order to establish how many knew the name of their disease, the medications they were taking, the name of the medical speciality dedicated to treating their condition and the nature of spirometry. Only 23 patients (38%) knew the name of their disease; among them were all those suffering asthma or silicosis, but only 24% of those with other diseases. Thirty-three (55%) were unable to ñame their medications. Only 22% knew what a pneumologist does or could define spirometry, although at least 45 °/o of these patients had undergone the procedure. The majority, on the other hand, knew what a cardiologist (70%) does and what an electrocardiogram (80%) is. A large number of patients with chronic respiratory diseases know ven little about basic aspects of their conditions. Use of correct terminology appears to be necessary if patient knowledge is to increase.