La tuberculosis (TB) continúa siendo un importante problema de salud pública. Actualmente, están infectados por Mycobacterium tuberculosis unos 2.100 millones de personas, un tercio de la población mundial, estimándose una incidencia anual de 9,4 millones de casos, con 440.000 de TB multirresistente en 2008 y detectándose TB con resistencia extensa en 57 países. Mientras que en los países desarrollados las tasas decrecen, la situación en los países pobres es y seguirá siendo dramática. Aunque en estos países las prioridades son, por el momento, más sencillas, es evidente que un diagnóstico rápido, tanto de la enfermedad como de las resistencias a fármacos, contribuye a un mejor control de la enfermedad. Hoy día se dispone de técnicas de biología molecular para identificar el ADN de micobacterias en muestra directa en unas horas, así como de cultivos en medio líquido en los que las micobacterias crecen mucho antes que en los medios convencionales. Del mismo modo, también en muestra directa, mediante amplificación de los segmentos de las micobacterias en los que asientan las mutaciones causantes de la resistencia a fármacos, es posible detectar éstas en períodos de pocas horas o días, pudiendo planificarse el tratamiento inicial en función de estos resultados. Por fin, uno de los principales obstáculos en la cumplimentación del tratamiento de la infección y la enfermedad tuberculosas, su longitud, podría en el futuro obviarse, cuando las nuevas combinaciones de fármacos antituberculosos que en la actualidad se están ensayando, junto con las nuevas vacunas, confirmen una efectividad similar a la que poseen las combinaciones actuales.
Tuberculosis (TB) continues to be an important public health problem. Currently, 2,100 million people – one third of the world population – are infected by Mycobacterium tuberculosis, with an estimated annual rate of 9.4 million new cases, and 440,000 cases of multidrug-resistant (MDR) TB in 2008; furthermore, cases of extensively-resistant (XDR) TB have been detected in 57 countries. While TB cases are constantly declining in industrialized countries, the rates and mortality due to this infection in developing countries remain alarming and will continue to be so in the future. Although the priorities in these countries are at present simpler, methods allowing rapid diagnosis of TB and of resistant strains will obviously contribute to better control of the disease.
Nucleic acid amplification techniques allow M. tuberculosis detection in clinical samples in a few hours, while liquid media cultures may yield positive results in only 2 to 4 weeks, half the time that is usually required for growth in conventional solid media, which also allows more rapid determination of drug susceptibilities. Similarly, based on molecular biology, several approaches may rapidly identify gene mutations associated with resistance to antituberculosis drugs in clinical samples. Finally, the main obstacle to treatment adherence among patients – its length – could be minimized in the future if the new combinations of drugs currently under investigation, and some promising new vaccines, confirm similar rates of efficacy to those used at present.